2.

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Incrédulos como siempre ambos comían juntos al llegar a casa, por lo regular los mayores se encontraban en sus labores de siempre, así que por mucho que no quisieran pasaban mucho tiempo juntos.

—Supe que estuviste molestando a Sehun hoy — dijo mientras se servía el estofado de verduras que tanto le gustaba.

—Ya vas a defender a tu novio, pobre cosita fea 

—Simplemente dije algo, no lo estoy defendiendo y si fuese mi novio a ti que mas te da Yugyeom 

—Lo lamento por él si es el caso, digo quien podría soportar a un erudito como tú 

—Me sorprende que uses erudito en tu vocabulario, al menos de algo te sirve que te obliguen a estudiar 

—Si, no es que te incumba pero voy a salir y debes cubrirme — chasqueo la lengua — si no quieres que revele tu pequeño y sucio secreto 

La castaña lo miro confundida ¿a dónde saldría? pero no entendía cual pequeño y sucio secreto se refería el ahora rubio cenizo de su hermanastro, Yugyeom tendía a cambiar de tinte de cabello cada que se le antojaba, por eso Yang Mi pensaba que no tenía las suficientes neuronas, por el uso constante de peróxido que se aplicaba en el cuero cabelludo.

—No tengo porque cubrirte, siempre haces lo que quieres — se encogió de hombros.

—Si pero esta vez necesito que lo hagas, prometí algo antes de salir de esta casa y mas te vale ayudarme si no quieres que le diga a tu padre que estas fumando 

—Solo lo hago cuando estoy muy estresada, pero esta bien te cubriré la espalda y ahora me deberás un favor 

—No te voy a deber nada, hermanita — tomo el mentón de la castaña provocando que esta se sonrojara al instante — estamos a mano porque sigo guardando tu secreto 

Yang Mi sabía que su hermanastro podía ponerse algo pesado la mayor parte del tiempo, lo que menos quería era llevarle la contraria o perjudicaría su imagen pero tampoco podía negar el hecho de que su simple presencia la hacía temblar y ahora tenía la curiosidad de saber a donde va su hermanastro.

Las horas pasaban, la castaña no podía concentrarse en sus deberes como era lo habitual, Yugyeom era la persona mas misteriosa para ella porque nunca ha roto las reglas como el rubio cenizo, ni siquiera le preocupaban las consecuencias de sus actos como a ella. Los dos son tan diferentes y eso hace que ambos estén atraídos, aunque lo negaran por su aparente odio.

—¿Qué será lo que esconde Yugyeom?

Se escucho el ruido de una ventana, Yang Mi sabía que provenía de la habitación del menor, decidió mirar por su balcón, vio una sudadera negra que caminaba a un paso apresurado lejos de su casa, eran alrededor de las 10 de la noche.

—Voy a dar una vuelta, regreso enseguida — aviso al mayor causando confusión, no era normal que ella saliera de noche.

Siguió a su hermanastro hasta un punto donde lo perdió de vista, él sabía cómo esconderse bien de las personas que solían seguirlo para descubrir sus asuntos.

—Eres un idiota Kim Yugyeom

Regreso a la casa rendida, no sabría que hacer si su madre descubre que su hijo se ha marchado a algún lugar que desconoce, la noche pasaba lentamente porque aún no había rastros de su hermanastro; varias ocasiones se levantó para ver si Yugyeom ya se encontraba en su habitación, la última visita a esa habitación se quedo pensativa mientras admiraba lo ordenado que esta y eso le sorprendía porque nunca había demostrado ser ordenado o pulcro.

 —¿Qué escondes detrás de estos muros Yugyeom? 

La puerta se abrió lo que ocasiono la mirada de disgusto del rubio cenizo, aunque le parecía divertido ver a su hermanastra parada observando todo, no hizo ruido alguno para que Yang Mi no se diera cuenta de su presencia. Se acerco lentamente hasta ella rodeándola por la cintura, Yugyeom disfrutaba mucho ponerla nerviosa pero disfrutaba mas hacerla enojar por su comportamiento tan repentino.

ꜰᴏᴄᴜꜱ ᴏɴ ᴍᴇ × ᴋɪᴍ ʏᴜɢʏᴇᴏᴍ ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora