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Las invitaciones habían sido enviadas a las personas que asistirían incluyendo a sus amigos porque sería perjudicial para los planes de Sehun que se den cuenta de algo extraño. En cuanto a los dos grandes amores de Yang Mi seguían teniendo moretones, no entendían nada habían hablado sobre lo sucedido y sabían que algo iba mal pero no tenían ningún indicio. 

La rubia no comía solo se limitaba a llorar, ya había tenido la prueba de vestido que escogió Sehun para ella, sabía muy bien que en unos días por el resto de su vida será infeliz pero su único consuelo es que salvaría a sus seres queridos. 

—Cielo necesito que sonrías, vendrán mis padres y no quiero que te vean así 

—Deja de decirme así, haré lo que pueda 

—Harás justo lo que yo quiera querida — tomo su rostro obligándola a mirarlo — sino lo haces ya sabes lo que pasará — la soltó de mala gana — arréglate porque así te ves horrible 

La dejo encerrada de nuevo, lo odiaba, se arrepentía de haberle dado una oportunidad en Francia, no podía creer que aquel chico que era tan bueno, tan servicial, tan amable fuera un antagonista que estaba haciendo su vida miserable. Los padres de Sehun llegaron, Yang Mi fingía ser feliz, todo parecía una vida de ensueño pero en realidad era una terrible pesadilla de la cual quería despertar. Después de un buen rato los padres del pelinegro se marcharon, volviendo a la realidad de su pesadilla, la encerró de nuevo, no tenía salida en menos de lo que pudiera desear estaría formalmente casada con un monstruo. 

Hace días que sabía de la noticia de que sus mejores amigos serían padres, se alegraba por ellos porque ambos son excelentes seres humanos, tenían un amor muy puro, lo que hacía preguntarse a la rubia si ella no hubiera sido tan egoísta no estaría en esa situación, no tendría que casarse a la fuerza con un psicópata que la ha acosado desde que se conocen, Yugyeom no habría sido golpeado, no habría lastimado a Youngjae. 

—Soy una idiota, una idiota que perdió todo a cambio de nada — se repitió así misma entre sollozos, estaba en una situación jodida que sin planearlo ella creo aquel día frente al rector. 

(...) 

La estaban preparando, había llegado el gran día, la maquillista estaba haciendo un buen trabajo cubriendo los rostros de maltrato, las ojeras que tenía por no dormir, le había puesto color a su palidez, sus ojos reflejaban estar perdida en sus pensamientos, distante y fría, era un esqueleto que vivía porque no tenía opción, se colocó el vestido y el velo, si tan solo fuera Yugyeom con quien se fuese a casar, con él que fuese a envejecer, con el que quería formar una familia, porque seguía siendo el amor de su vida. 

—Mira así hasta te ves preciosa, no que sin maquillaje te ves horrenda cielo — sonrió — me haces el hombre mas feliz del mundo — tomo su rostro de forma brusca — espero que sonrías no quiero que me hagas quedar en ridículo 

—No te preocupes, se fingir bien mi papel 

Salieron de la casa donde la tenían cautiva, se dirigían a los salones mas prestigiados en Seúl la boda no sería una convencional, tanto la ceremonia como la fiesta sería en el mismo lugar, durante el camino solo miraba los edificios sintiéndose un poco mas muerta a cada paso, se arrepentía de todo lo que no logró hacer, se arrepintió de no tomar las riendas de su vida cuando tuvo oportunidad, se arrepentía de no haberle dicho al mundo que su amor verdadero era ese chico rebelde, impulsivo, arrogante, posesivo, tierno, inteligente y cautivador llamado Kim Yugyeom. Llegaron al recinto todos los invitados estaban ahí, todos podían notar lo preciosa que lucía, entre la gente se encontraban grandes empresarios de Corea, sus amigos y familiares, mientras entraba su padre con la señora Kim ella miraba atrás esperando ver a alguno de sus dos caballeros, quería ser rescatada y huir de nuevo para vivir sin ataduras, la música comenzó a sonar y para ella era como estar en su funeral, para ella no era una boda.

ꜰᴏᴄᴜꜱ ᴏɴ ᴍᴇ × ᴋɪᴍ ʏᴜɢʏᴇᴏᴍ ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora