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Habían pasado tan solo tres días, ninguno se había dirigido la palabra ni siquiera cruzaban miradas, el menor seguía cumpliendo con su trabajo con normalidad, Yang Mi se pego mas a sus amigos para evitar caer en tentaciones; pero de algún modo esperaba que Yugyeom volviera a hacerla temblar, pero esta vez solo se quedaría en sus pensamientos. 

Cada vez faltaba menos para que acabara la suspensión y regresara todo a la normalidad, solo tenía que aguantar tres días más para que se levantara la suspensión de la escuela aunque ella seguía castigada por el incidente. 

—Yang Mi podemos hablar — le dijo su padre entrando a su habitación. 

—Claro, ¿todo bien? 

—Quiero que te vayas a vivir al departamento, no quiero que Yugyeom sea una mala influencia para ti y si te vas levantare tu castigo 

—¿A que te refieres papá? — los nervios de Yang Mi aumentaban por las miradas de su padre.

—El otro día vi que entro a tu habitación por la noche, no quiero pensar mal de ti hija pero él no es exactamente lo que quiero para ti en un futuro

—No recuerdo haberlo visto — se quedo confundida porque no recordaba que eso hubiese pasado en los últimos días — además tu sabes que no lo haría, no quiero dejarte solo aquí y se que quieres lo mejor para mi pero puedo cuidarme sola 

—Yang Mi, por favor no hagas nada de lo cual puedas arrepentirte después y yo estaré bien solo estaremos dos aquí 

—¿Cómo que solo estarán dos? 

—La madre de Yugyeom y yo hemos decidido mandarlo a un internado en China es el mejor, la situación no puede continuar así — confesó algo triste — me hubiera gustado que Yugyeom confiara en mi y me pudiese ver como un padre 

—No creo que esa sea una solución, se que suele ser un dolor de cabeza pero lo entiendo yo también perdí a mi madre cuando era niña y tal vez solo necesita que lo entiendan

—Ya tratamos y no pone de su parte, esta decidido no hay marcha atrás se ira cuando termine el semestre 

—Entonces se va en tres meses, vaya y él lo sabe 

—No, se lo diremos antes de que acabe lo que menos queremos es que se escape como otras veces 

—Esta bien me iré a vivir al departamento 

— Mañana empezaremos con la mudanza, te quiero mi princesa — dijo depositando un beso en su frente, salió de su habitación dejando a Yang Mi confundida pero a la vez triste. 

No entendía porque se sentía culpable, también no sabía porque se sentía así de triste pero muy en el fondo había aceptado irse a vivir a ese departamento para que no le doliera ver partir al menor, porque se acostumbró tanto a su presencia, a su voz, a sus ojos retándola, pero esta vez había algo más que recordaría y le dolería más. Salió de su habitación y se acerco a la habitación del rubio, entro sin hacer mucho ruido y lo miro dormir plácidamente en su cama, su respiración tranquila, no pudo evitar suspirar e imaginar como sería si se hubiesen conocido en otra circunstancia; se acerco a él lentamente para admirarlo dormir, quito sutilmente un mechón de cabello que cubría parte de su rostro; sonrió al recordar que alguna vez cuando eran niños la señora Kim hacía eso cuando el se quedaba dormido en el sofá. 

—Ojalá supieras como me siento — dijo en un susurro, no quería despertarlo. 

Se levanto y miro aquella camisa que le había regalado una navidad, la tomo en sus manos para olerla, tenía impregnada la loción que suele usar el menor y era una droga que le gustaba demasiado. Se llevo la camisa, sería como un recuerdo de él y lo conservaría para no sentir su ausencia, tal vez no lo aceptaba pero con el tiempo se enamoró de aquel chico problemático, de las travesuras que solía hacer, de su manera de llamarla Lee, de la forma en que suele salir cuando se le hace tarde, de la forma en que sonríe cuando algo le sale bien, tantas cosas que había vivido con él, que hicieron a su corazón florecer. 

ꜰᴏᴄᴜꜱ ᴏɴ ᴍᴇ × ᴋɪᴍ ʏᴜɢʏᴇᴏᴍ ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora