Emily es una joven bruja que accidentalmente descubre que toda magia tiene un precio. Unos jóvenes son secuestrados por un ser que tiene como objetivo traer el mal al mundo mortal.
En el principio solo existía el caos.
Los humanos vivían en comple...
"Tres veces el circulo debes asegurar para así alejar a la oscuridad"
Tras salir de su dormitorio caminaron por las calles húmedas, en dirección de la cafetería.
—Deben tener algo para los nervios —dice Emily, sujetando la mano de Tarah.
Sentadas en una de las mesas de la amplia cafetería, la cual estaba llena de joven, a pesar de ser casi la media noche, la cafetería era veinticuatro horas y brindaban una gran variedad de comida, lo mismo que toda clase de infusión mágica.
Una de ellas debe ayudarnos a calmarnos, pensó, Emily.
Tarah cerro el abrigo para intentar dejar de temblar. Y se frotó las manos, mientras Emily buscaba dos tazas de té, sentada en la cafetería de la academia trataba de olvidar lo que vio. Las sensaciones las sentía en la lengua
podía escuchar claramente los gritos en su memoria. Mirando a lo lejos, luchando con su mente.
Las largas ventanas de cristal azul se levantaban a los laterales de la cafetería.
Una pintura de escamas de dragón estaba en la pared, con las fotos de los seres mágicos más poderosos que ayudaron a el colegio.
Mirando las listas de té que podía pedir y con las cejas fruncidas.
—Lo mejor sería de saturnia, tiene un agradable sabor, solo que es muy fuerte.
Le comenta un chico que está al lado de ella, preparando un café.
—¿Seguro que es el mejor? Mi amiga necesita algo fuerte —dice Emily, mirando nuevamente a Tarah que garabatea en una hoja.
Emily está preocupada, no paraba de mirar en dirección a Tarah, y se frotaba las manos para conservar calor, mientras sirve las tazas de saturnia.
El vapor que sale del líquido espeso tiene un olor parecido a hierbas silvestres, y un sabor dulce.
El chico bebía simple café.
— Por cierto, me llamo Connor.
—Emily, y esa de allá es mi amiga Tarah— responde jugando con su cabello.
Sus oscuros cabello reflejaba la luz y le daba un aspecto misterioso.
Emily no dejaba pensar que fue una mala idea realizar ese encantamiento, y no se atrevió a dejar a Tarah sola en el cuarto después de tratar de calmarla.
Tarah está tratando de aprender a convivir con su don y debido a la fuerza y frecuencia con la que le llegan a la mente. Lleva todo el tiempo en su bolsa un cuaderno donde garabatea sus visiones poniéndose a dibujar lo que vio y garabatea unas imágenes, explicando a detalle la visión. Para así poder mostrar a su amiga lo que vio:
Gritos, un círculo. Desesperadamente jóvenes desnudos alrededor de un círculo, el cual en su interior tenía un espiral y en el centro un ser oscuro.
Hombre, con un collar.
La energía de vida abandonado el cuerpo y dejando solo llamas, todo en un rectángulo de poder.
No más vida.
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