Oscura Atracción (Completa)

La bestia

"No importa que en la oscuridad te sientas solo, la emociones no te pueden lastimar como los habitantes de las profundidades" 

Emily entrelazaba sus dedos con los de Connor y sus labios se unían, se miraban. Llevaban más de dos horas en ese juego y disfrute.

Se besaron con más pasión después de hacerlo por quinta vez, estaban sudados. El sudor perlaba la frente de Connor estaban empapados de pasión.

Jadeando y besándose se miraron un instante y él dijo:

—Eres importante para mí.

Emily sonrió.

—No arruines el momento. Lo disfrutamos, a pesar de ello sabemos que no debemos confundir las emociones" dijo Emily, sentándose sobre Connor.

—¿A qué llamas confundir?" le preguntó Connor besando el cuello de Emily.

—Estamos desnudos en estos momentos" agrega Connor quitando las sabanas para apreciar mejor la desnudez de Emily.

—Lo sé— dijo Emily tomando la cara de Connor colocando sus dedos en los labios de Connor y presionando los pasos sus dedos por las facciones firmes y excelentemente proporcionadas de él. En el fondo sabía que no podía confiar en este chico a pesar de pasar horas tan íntimas con él.

Pero, debemos decir lo que sentimos y sentir en realidad lo que decimos.

No solo porque se supone que debe ser así.

Emily lo volvió a besar.

Después de salir de la habitación Connor dejó a Emily durmiendo en habitación de él.

Bajo a la cafetería por algo de comer eran las 6:00 am y la cafetería empezaba recibir a los madrugadores, poco a poco era más difícil conseguir asientos.

El desayuno consistía en pan tostado y Connor disfrutaba comer cinco con un buen vaso de leche.

Debía cuidar su dieta y mantenerse fuerte, sus padres practicaban el alpinismo y desde pequeño le enseñaron a tener una dieta estricta para mantenerse en forma.

Tenía por hábito comer muchas frutas, si bien, en el fondo amaba las hamburguesas.

Eso lo obligaba a aumentar los ejercicios y no le importaba pues un placer debe ser pagado.

Connor no sentía remordimiento por tener una vida sexual activa, pues, siempre había amado su cuerpo y  un fuerte orgullo por ser un brujo encantador algo que no dudaba en utilizarlo para conseguir lo que quería.

Luego de desayunar vio entrar a Stella y la llamó levantando la mano. Un gesto que solía hacer con todos los miembros de su equipo. 

—Te ves alegre y lleno de energía—le dice sonriendo y agitando su largo cabello. El cabello de Stella era como una bandera que indicaba que estaba ingresando a un lugar, lo agitaba con tal maestría que era difícil no voltear a verla.

—Eso es esta aburrido, no va conmigo, las personas que esperan tener un buen día para sentirse bien. Crear un buen ambiente divertirme, no necesito a otros para sentirme fuerte, sexy— le responde, mientras observa la pegada blusa que llevaba la amiga de Stella.

La blusa tenía un gatito cuyos ojos parecían querer explotar.

 —Y no nos vas a presentar— dice Connor mirando a Stella haciendo referencia a la amiga que la acompañaba.

la chica sonrió coquetamente, y tomó asiento.

—Con todo esto que está pasando, he tenido que aumentar mis horas de meditación— dijo Stella.