Emily es una joven bruja que accidentalmente descubre que toda magia tiene un precio. Unos jóvenes son secuestrados por un ser que tiene como objetivo traer el mal al mundo mortal.
En el principio solo existía el caos.
Los humanos vivían en comple...
La herida sangraba el chico con aliento a hirbabuena convulsionaba mientras la sangre salía de su boca. El sacerdote procedió a separar la proyección astral del aprendiz para así alimentarla con éter. Logrando así que subsista en otro plano. Dando y colocó un sello que ralentizar el proceso de muerte en el cuerpo. Hablando con él le dijo:
— Esto no debía pasar. Té enviare al mundo astral, allí estarás mientras encuentro una forma de sanar tu cuerpo. Ahora soy más fuerte, solo nos falta un ritual más y seremos invencibles. El chico miraba su propio cuerpo herido suspendido en el tiempo y espacio. Una imagen que no se le borrara de su memoria. El sacerdote levantó las manos y transfirió gran cantidad de energía al cuerpo astral del chico y con un conjuro lo envió al mundo astral, tomo rocas de sanación de energía y las coloco alrededor del cuerpo. Colocar plantas sobre las heridas. Empezó a curar el cuerpo, dejando lo en un estado de recuperación. Khalil en el mundo astral....El brazo del sacerdote estaba herido, lo puso en agua y tiró tres líquidos de sanación procurando recuperar fuerzas. tenía tres jóvenes listos para ser sacrificados en el segundo ritual, así que procedería a conseguir los siguientes con el ministerio de investigación conociendo de sus actividades, sería más difícil conseguir jóvenes.
En el campo de batalla ya hace unos cuerpos calcinados.
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El viento soplaba meciendo las capas altas, las nubes cruzaban de un lado al otro el horizonte y la temperatura bajaba cada vez más, según se hacía más de noche.
Emily estaba de pie en la habitación de Connor mirando como se movían los árboles. Connor la toma por la espalda y coloca sus fuertes brazos alrededor de su cintura.
— Parece que será una noche fría.
— Sí, pero, ya debo irme.Por una extraña razón Emily no podía dejar de pensar en Khalil a pesar de estar con Connor. Han pasado tres días desde la última vez que lo vio.
Se giró y le dio un beso en los labios, tomó su chaqueta y salió.
Mientras caminaba por los pasillos pensó en cómo hacer provecho de tener acceso a la zona prohibida. Ya sabía el nombre del ser y su historia referente a las épocas antiguas. Las paredes amplias estaban llenas de retratos y frases de motivación que hacían referencia filósofos mágicos.
Mañana debía presentar un ensayo sobre la paz entre el mundo mágico y los humanos. Además de asistir a la actividad de Stella quien ahora ayudaba a la vicepresidente del grupo estudiantil.
Irían a ayudar a las hadas al bosque con un problema de plagas. Stella le resultaba algo irritante pero no podía negar que tenía estilo.
Tarah los esperaba con Magnar para tomar algo en la cafetería. En la mesa había unos vasos de té con pan, y algo de vino en la mano de Magnar que siempre buscaba una forma de divertirse.
— Después de que se fueron esos rectos y aburridos de investigación las cosas están más calmadas por aquí, Aun no comprendo porque iras a ayudar a las hadas, yo iré a fumar un poco con los chicos al bosque, deja de ser tan perfecta Emily.
— Iría pero, tengo metas Magnar algo que no creo conozcas
— ríe Emily mirando a Tarah.
— ¿Iras Tarah?— No. Me quedaré escuchando la exposición de la profesora sobre la naturaleza—Dice Tara mirando su taza de té sin terminar.
— No sean tan aburridas, somos brujos, casi dioses debemos divertirnos.
— En otra ocasión Magnar, cuando tenga suficientes puntos te acompañare—responde Emily comiendo un poco de aquello que había pedido.
Liam entro a la cafetería y la mayoría de las chicas se le quedo mirando, estaba molesto.
—¡Vaya!
—¿Qué le ha pasado? — pregunto Tarah.
—No te has enterado, el ministerio está haciendo allanamientos en las casas de los clanes, se le acusa de tener algo que ver con el suceso de los brujos oscuros, están relacionados con la desaparición de los chicos.
—¡ESO NO ES CIERTO—Gritó Liam
Por un momento Magnar olvido que los lobos tiene el mejor oído del mundo mágico. Liam salió de la cafetería y lo seguían sus amigos, manadas.
—No fue mi intención ofender—dijo Magnar tratando de relajarse después de esa respuesta de parte de Liam.
—Lo sabemos—dice Tarah mirando a Magnar y tomando su mano en signo de comprensión, pero, sabía que también los hombres lobos tenían una reputación de ser cero comprensivo, hasta impulsivos. Algo que debían mejorar por ello estaban el instituto estudiando leyes y aprendiendo a controlar sus ataques de ira.
En su habitación Emily estaba intentando aumentar sus poderes de telekinesis para levantar su propio cuerpo mientras meditaba. Estaba trabajando en mejorar sus pócimas de explosión para su próximo examen debían destruir una enorme roca combinando las correctas cantidades y no pasarse en la combinación exacta.
El estado de meditación le permitía sentir los objetos alrededor de ella como si fueran parte de su cuerpo. Recordaba cuando tenía sus ataques de ira de pequeña y su padre debían reordenar todo, al punto que debieron encantar cada objeto para que se ordenen solos. Sus padres la querían mucho. También anotó en su cuaderno que debía ir a buscar ciertos ingredientes en su mochila para preparar el insecticida de el hada.
Así que procedió a ir por más flores especiales en el almacén. El dibujo del ángel estaba tapado por una enorme sábana de color rojo, solía verlo durante minutos últimamente cada vez más. Y pensó en cómo ayudarse a sí misma, sentía una gran curiosidad por la sección de libros privados y la ciencia oculta.
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—Dinos desde cuando no ves a tu amigo, sabemos que eran muy unidos. El hombre no se inmutaba en mover ninguna extremidad, sólo se dispone a mirar el fondo. Sino me dices lo que sabes por las buenas serán por las malas.
Miguel lanzó un conjuro que infringía dolor en el hombre que gritaba, no se perdonaba el haber estado tan cerca de su objetivo a y haberlos perdidos. Había mucho en juego sino encontraba a ese sacerdote pues ya había rumores de su incapacidad como investigador.
El jefe solo se conformó con reclamarle que no llevaba suficientes refuerzos según el protocolo para estos casos. Este caso estaba haciendo que se ganará muchos enemigos y aquellos que no lo querían en el puesto estaban ganando argumentos para poder destituirlo. Así que no se permitiría cometer el mismo error dos veces, a pesar de que ello conlleva lastimar a unos cuantos en su camino.
