Emily es una joven bruja que accidentalmente descubre que toda magia tiene un precio. Unos jóvenes son secuestrados por un ser que tiene como objetivo traer el mal al mundo mortal.
En el principio solo existía el caos.
Los humanos vivían en comple...
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<<En la noche, en la oscuridad de tu cuarto, no mires al mal, pues, el mal te estara mirando>>
Roja las medias de Emily cubrían por encima de sus rodillas.
Eran sus preferidas cuando se sentia ansiosa, su madre se las había hecho y ya añoraba regresar a su casa y comentarle todas sus vivencias durante estos últimos meses.
La noche gobernada por una brisa violenta y salvaje, producía sonidos semejantes a el llamado de un puño en la puerta, eran las ramas del viejo árbol sus golpes con las ramas que chocaban entre sí y otras con la pared.
Emily dormitaba mientras intentaba comprender un viejo libro de ciencias antiguas. La habitación se sentia más solitaria cuando Tarah se iba al cuarto de su amigo y pasaba la noche.
Hablar con Liam le había devuelto una perspectiva de la vida diferente, nueva, casi como una catarsis.
Sentia sus labios resecos, y la noche parecía gobernada por alguna energía plutónica proveniente del abismo, no, no volverá.
Es que a veces solo necesitamos hablar sobre lo que ocurre con alguien, amigos, familiares, para cambiar la opinión sobre nuestros problemas.
Los sucesos ocurridos últimamente habían llenado toda la atmosfera de una presión producida por lo contrario de las opiniones. Muchas veces hasta racistas en cierta forma en contra de los otros seres mágicos.
Pocos se atrevían a defender a los licántropos, miedo a ser categorizados como traidores.
Hablar con otros que tiene diferentes pensamientos le permitía analizar los propios.
Khalil no regresaría, a pesar de ello, tenía aun su brazalete con el ojo de Hera. Y el cuaderno que le había entregado.
Debe ser este el momento que tanto esperaba, sino regresa, da igual si lo leo <<ya poder leer este cuaderno que me entrego>>
Tomo el cuaderno y leyó...
Por alguna ajena sensación y pensamiento le resultaba trasgresor el ojear las páginas de ese cuadro.
No podía aceptar lo que había visto en la reunión.
Khalil no volvería, tomo el cuaderno que él le entrego y leyó:
"Desde que soy ayudante del profesor Takayama, he tenido que leer ciencias ocultas.
Prohibidas no solo para un estudiante como yo, sino por las leyes del ministerio.
Lo peor de todo es que me afecta al nivel espiritual, me siento asechado y debo actuar
la mayor parte del tiempo para que no se me note que oculto esto.
