Caleb sigue mi paso por la cocina como un niño sin orientación alguna a la espera de que yo me de la vuelta y le conceda un perdón que no creo que se merezca. Ayer en la noche, Leah me llamó para decirme que Caleb se había marchado de la casa a toda prisa veinte minutos después de que yo me fuera, luciendo bastante alterado y nervioso. Por eso, Cedryc y yo intentamos contactar con él después de encontrar llamadas perdidas suyas en mi teléfono, pero no conseguimos ubicarlo hasta que él mismo se apareció a las tres de la mañana en nuestra casa.
- No sé dónde anda metido, Anaïs. - se justifica. - Lo he estado llamando toda la mañana. Ni siquiera ha justificado su ausencia en el trabajo. Simplemente ha desaparecido.
- Me importa muy poco ese tipo, Caleb. - le replico molesta. - Lo que quiero saber es por qué carajo tuviste que ir a su casa.
- Anaïs, Jada no está bien de la cabeza. - repite. - Intentó suicidarse. ¿Cómo podía yo haber cargado con su muerte en mi conciencia? Si no hubiese llegado a tiempo, esa mujer se hubiera ahogado en su propio vómito.
- Santo dios, pero qué demonios tiene Jada en la cabeza. - suelto sorprendida por la noticia, pero cuando Caleb intenta acariciar mi mejilla, yo rehuso de su cariño.
- Dime que está pasando, Anaïs.
- ¿Y tú me lo preguntas a mí? - pregunto molesta. - ¿Quieres hablar en serio? Pues vamos a hablar. ¿Sigues con ella?
- ¿Seguir?
Quiero terminar esta conversación que no conduce a nada. Dejar de mirar el rostro confuso de Caleb, y así no empeorar mi propia confusión. No cuando a mi marido lo ampara su amnesia, pero al sentir su mano apoderándose de mi brazo, me doy cuenta que no será posible. Que Caleb Coleman quiere respuestas, y que no se detendrá hasta obtenerlas.
- No quiero hablar de esto, Caleb.
- Pues yo sí. - replica afianzando su agarre, y sólo así puedo darme cuenta que Cedryc también ha entrado en la cocina. - C, por favor. Déjanos solos.
- Anaïs, es hora de contárselo.
El día de hoy los gemelos Coleman se han puesto de acuerdo para ir en mi contra.
- ¿Contarme qué?
- Cedryc, por favor. - le replico. - No es el momento.
Caleb busca respuestas de parte de su gemelo y después en mí, pero no consigue más que nuestro silencio cómplice.
- Hazlo, Anaïs.
- El día del accidente, Caleb...- empiezo a relatar. - Killian y yo no estábamos en casa, sino en el rancho. Había decidido separarme de ti.
- ¿De qué estás hablando, Anaïs?
- Yo...sentí que ya no me querías. Y no pude más que... - los ojos se me llenan de lágrimas inmediatamente. - Me marché porque las cosas ya no funcionaban entre nosotros, Caleb. Y esa mujer...
Cedryc se acerca a nosotros para intentar ejercer de mediador, pero al final sólo me ofrece su consuelo como si entre ellos no existiera lazo de sangre que los una.
- Después del accidente, Anaïs estuvo cada día a tu lado en el hospital. - le cuenta Cedryc. - Decidió hacer borrón y cuenta nueva porque te ama. Por eso, yo les negué a tus amiguitos cualquier comunicación contigo. Porque no podía permitir que rompieran tu familia. Nuestra familia.
Caleb boquea ante la noticia, y no tiene más que un suspiro de resignación.
- Ojalá pudiera decir "lo siento" sabiendo lo que he hecho. - responde Caleb avergonzado. - Pero estoy tan confundido. Vosotros, Jada y Wade decís tantas cosas que yo...

ESTÁS LEYENDO
No me olvides🌾
RomanceAnaïs Coleman tenía la vida que siempre había deseado, con un marido al que amaba y al cuál consideraba el amor de su vida. Caleb era un sueño hecho realidad. Así que, cuando el pequeño fruto de su amor empezó a crecer en el interior de su vientre...