Capítulo XXXVII: Enemigos al Acecho

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"Narrador Testigo"

 

Jacob se notaba muy preocupado, no se había podido comunicar con Karen desde aquella ocasión en la que le contó que había colocado cámaras de seguridad en la casa de Van Slyke y se estaba comenzando a preocupar por ella. La llamaba constantemente, pero no contestaba nadie, además de preguntar si se encontraba en IEPCOM, recibiendo una respuesta negativa, por lo que se preguntaba, mientras volvía a marcarle a su celular:

—¿En dónde te metiste, Karen? ¡Atiende de una buena vez ése aparato!

De repente, recibió una llamada y miró su celular con rapidez, pensando que era ella. Pero, al ver que se trataba de Van Slyke, comentó, serio:

—¿Qué sucede, señor?

—¿No has sabido nada de Jhonson? —fue la pregunta de su jefe.

—No, he intentado hablar con ella, pero no lo he conseguido. ¿Por qué la pregunta?

—Lo que sucede es que Jhonson cree que no he cumplido con mi parte del trato —explicó él—, me está chantajeando con dar a conocer nuestra sociedad por ello.

—¿Y qué quiere que haga?

—Que si te enteras de algo o si llegas a comunicarte con ella, me informes —fue la indicación de Van Slyke.

—No se preocupe, lo haré.

Después de eso, él colgó la llamada, pues se había dado cuenta de que lo que Van Slyke quería en realidad era que, si descubría el lugar en donde se escondía Karen, le avisara y, entonces él enviaría a su mano derecha a acabar con ella, por lo que se preguntó:

—¿Qué diablos hiciste, Karen? ¡Te enfrentaste al jefe seguramente, eso es malo! Por otro lado... ¿Acaso será cierto que Van Slyke es un traidor?

Karen se encontraba oculta en un pequeño pueblo, cerca de Medford, en Oregon, pero no porque quisiera huir, sino porque no quería que nadie la encontrara, salvar su vida era su prioridad en ése momento.

Ella estaba en medio de una encrucijada después de haberse rebelado contra Van Slyke. Por una parte, se sentía liberada del peso -o parte de él- que llevaba encima, se aliviaba un poco de todos los remordimientos que rondaban en su mente, que no la dejaban en paz, por el daño que le había causado a gente inocente.

En contra-parte, sabía muy bien que al hacer eso, se estaba poniendo a sí misma en peligro, porque, al ponerse en el lugar de ése hombre, adivinaba lo que haría con ella: no más que quitarla del medio. Sin embargo, ella no estaba arrepentida de ello, hacía lo que era correcto, después de haber cometido tantos errores.

—Tal vez merezco la muerte por lo que hice —se decía a sí misma—, después  de todo, no soy tan diferente a Van Slyke.

Un segundo después, escuchó sonar -por enésima vez- a su celular y lo revisó, para ver que era su ex esposo el que la llamaba, pero le colgó y dijo:

—No quiero hablar con nadie, entiéndelo. Además, podrías decirle Van Slyke donde estoy y eso no sería nada bueno para mí, no puedo confiar en ti, Jacob.

A su mente comenzaron a llegar recuerdos de su vida...

Era la única niña en una familia de seis hijos, siendo la menor de todos. Por ello, a veces solía comportarse como lo hacían sus hermanos mayores y todos sus compañeros de la escuela se burlaban de ella por eso.

Al crecer, se volvió una chica callada y tímida, que escondía sus sentimientos y aspiraciones de los demás, porque no había mucha gente a la que le interesara la Ingeniería Genética en ése tiempo, cuando ella cursaba estudios para la carrera en su Universidad. Tiempo antes de culminar la carrera, conoció a Jacob.

Vio en él todo lo que le faltaba y se dejó dominar por él, que fue mermando poco a poco su voluntad, para que no lo abandonara y además, poder controlarla; a lo que no se opuso, por creer que así podría ser feliz. Uno de los pocos momentos de felicidad que experimentó durante su matrimonio fue cuando tuvo a su hija. Se sintió plena y realizada, además de haber alcanzado uno de sus mayores deseos, como lo era el de ser madre.

Pero el que su hija desapareciera hizo que ambos se distanciaran y acabaran divorciándose, el amor se había acabado y lo único que ella quería en la vida era encontrar a su niña. Intentó buscarla por su cuenta, pero no lo logró y, por eso mismo, terminó aliándose con Van Slyke, que le aseguró que la encontraría, pero que le pidió algo a cambio...

Que entrara a IEPCOM y desarrollara uno de sus proyectos en esa compañía.

Continuará...

La Verdad Sobre IEPCOM 2: La Rebelión de Los OprimidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora