Capítulo XXVI: Visitando Ejnur

14 1 3
                                    

"Narrador Testigo"

Shirley y Tea habían concertado pasar por un pequeño pueblo llamado Ejnur, punde de excelencia en lo que a venta y producción de suministros, alimentos y armas de todo tipo. Los integrantes del grupo bajaron del vehículo y, mientras Hiro y Sean se quedaban muy cerca de él, para estar al pendiente y evitar que trataran de robarlo, Shirley, Janet y Bernie compraban comida en el Gran Mercado, porque ellos tenían experinecia en ésos quehaceres. Tea, Katherine y Trent, por su parte, fueron a ver si podían comprar armas o municiones.

Nolee simplemente decidió recorrer el lugar, pues nunca había estado en un sitio como ése y quería hacer turismo, por lo que sacó su cámara- que funcionaba con rollo- y comenzó a tomar fotografías de algunos lugares del pueblo. Entonces unos maleantes la rodearon, con la intención de robarle sus pertenencias.

Uno de ellos- que parecía ser el líder- le dijo:

—Niña, es mejor que nos entregues lo que traes.

—¿Y si me niego?— preguntó ella, desafiante.

—Será mejor que no lo hagas.

Fue entonces que ella se dio cuenta de que era un grupo de cinco hombres y que ella estaba sola en ése instante, por lo que se encontraba en franca desventaja.

—¡Hey! ¿Por qué no se meten con alguien que se pueda defender?— escuchó decir a alguien.

—¿Y quién nos va a detener? ¿Tú? Vete a jugar con tus figuritas de acción, niño.

Nolee volteó a ver a la persona que la estaba defendiendo de esos delincuentes, encontrando a Troy allí, por lo que le dijo, angustiada:

—¡Troy, vete de aquí!

—¡Yo no me voy de aquí sin antes darle su merecido a éstos imbéciles.

—A ver si puedes, idiota— dijo otro de los malhechores.

Ése hombre se acercó a Troy, con la intención de golpearlo en el abbomen y así, hacerle perder el aire, pero ése chico lo recibió dándole un gancho de derecha en el rostro, lo cual dejó al sujeto fuera de combate.

—¡Acaben con él!— ordenó el líder de ésa banda, al ver lo que el chico había hecho.

Dos hombres se fueron contra él, para ver si lo podían detener, pero él los esperaba ya. El primero de ellos trató de enroscar sus brazos alrededor del cuello de Troy, que le aplicó una llave, haciéndolo caer al suelo y golpearse la cabeza, por lo que quedó inconsciente; el otro hombre intentó atacarlo con una navaja, sin embargo, él le fracturó el brazo y el sujeto quedó tendido en el suelo, quejándose del dolor.

—Si quieres detener a alguien, hazlo tú mismo— se dijo a sí mismo el líder de la banda, molesto.

Después se lanzó sobre él, para atacarlo, pero el chico le dio una patada en la pierna derecha para hacerle perder el equilibrio y luego, noquearlo con un puñetazo en el rostro. Luego, miró al último de los malhechores, que al verlo, salió huyendo de ése lugar rápidamente, aterrado.

—¿Estás bien, Nolee?— le preguntó el chico, al ver que aun se encontraba en shock.

—Sí, estoy bien— respondió ella.

—Vamos con los demás— dijo él, tranquilo.

Ambos comenzaron a caminar, de regreso al lugar en donde se encontraban los demás, pues era seguro que los estaban esperando para seguir camino. Nolee, en medio de su sorpresa, solamente se podía preguntar:"¿Cómo es posible que éste chico pelee de ésa manera?" Ella nunca se imaginó que él fuera un luchador experto, pues se veía que era muy tranquilo.

—Perdón por lo que pasó, yo normalmente no suelo luchar, pero no podía dejar que te hicieran daño, Nolee— dijo él, un poco apenado.

—Tranquilo, no te preocupes— comentó ella, un poco más serena—. Ya pasó todo.

Cuando llegaron a donde estaba el autobús, ellos dos se encontraron con Tea, que les preguntó:

—¿En dónde estaban ustedes?

—Unos sujetos intentaron asaltarme y Troy los enfrentó para defendreme— respondió Nolee.

—Eres muy valiente Troy, eso me agrada. Bueno, dejando eso de lado, tengo una noticia que darles.

—Pasó algo malo?— preguntó él

—No realmente, es que se nos hizo muy tarde para irnos, los caminos para salir de aquí son muy peligrosos en la noche y ya va a anochecer.

—¿Y qué hacemos ahora?— preguntó Nolee.

—Shirley consiguió hospedaje en una posada para todos por ésta noche...

—Nos estabas esperando, disculpa— dijo Troy, apenado.

—No se preocupen, vámonos.

Y después, los tres se fueron caminado hacia la posada, en la que se encontraba el resto del grupo.

Continuará...

La Verdad Sobre IEPCOM 2: La Rebelión de Los OprimidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora