Durante la noche no conseguí conciliar siquiera dos horas seguidas de sueño, y en lo poco que dormí, Kate se adueñó de todo. Encima, para intensificar mí mañana, antes de irme a clases la veo subiendo a su camioneta. Luce fresca y de nuevo con tacones. Mi corazón salta. Lo más que puedo hacer es levantar mi mano temblorosa y mandarle un saludo al aire, y ella me regala la sonrisa más hermosa antes de marcharse.
En el salón, las horas se me vuelven una tortura. Aquella última sonrisa de Kate es lo único que puedo entender, y solo estoy ansiando por llegar a casa y verla de nuevo.
Horas más tarde, con la bandeja de almuerzo en mis manos, me siento frente a Margi en una de las mesas de la cafetería. Sus ojos miel como el caramelo apenas se levantan. Tiene una extraña diadema vintage en la mitad de su cabeza, y la miro arrugando mi ceño, puesto que la hace ver como la dulce chica que no es. Ella es rústica y odiosa.
-Hola -le saludo y le dejo en su bandeja su dulce de coco favorito como estrategia principal, pero lo coge sin ni siquiera mirarme y se lo empieza a comer-. No puedes seguir molesta conmigo y comerte el dulce -protesto.
-Sí puedo.
- ¿Qué quieres que haga?
-Acepta la cita -ahora me mira a los ojos-. Me preocupo por tus hormonas en crecimiento, Charlie. Pienso que pueden estar algo pasmadas.
-Mis hormonas están bien -defiendo, comiéndome una papa.
-Mira -coloca sus manos cerca de mi bandeja para llamar más mi atención-. Solo acepta la cita. Es una chica linda la que te he buscado. Hasta podrías tener tu primer beso. Estoy segura que tus endorfinas deben estar gritando por salir de allí.
En cuanto escucho 'primer beso', la parte de mi lóbulo temporal busca automáticamente el nombre de Kate, y su rostro ahora está por toda mi cabeza.
-Ves, que te ha gustado la idea. Tus ojos están brillando. ¿En quién has pensado? ¿Ya tienes a alguien y no me lo has dicho? ¿Es eso?
-No. Lo que pienso ahora es que deberías preocuparte por esa diadema en tu cabeza.
- ¿Me luce mal? -me pregunta preocupada con las manos puestas en su cabeza, pues su imagen es importante para ella.
-Estoy jugando. Te ves guapa -digo, logrando cambiar de tema por toda la tarde.
***
Unas horas después, el timbre de las cinco suena indicando la culminación de las clases.
Camino los veinte minutos que hay del colegio a mi casa, y cada vez que me aprecio más cerca, mi pulso es cada vez más espeso. Veo su camioneta y confirmo que Kate se encuentra en su casa. Tiro la vista hacia dentro por una de las ventanas y le veo cargando las cajas de la mudanza. Dejo el bolso en la entrada de mi casa y camino hasta la suya. Toco el timbre y me doy cuenta que es la primera vez que piso la hectárea de la casa del difunto señor Benson.Kate abre la puerta y se asombra de verme.
-Hola -saludo con mis manos en los bolsillos de mi chaqueta para ocultar mis nervios.
-Hola, Charlie.
-He visto que sigues con la mudanza. ¿Puedo ayudarte?
-Claro. Pasa.
Mi pulso se acelera cuando me abre paso. El interior de su casa se percibe en un total desorden. No lo había podido apreciar todo desde la puerta y me quedo quieta al ver montones de cajas y papeles de envoltorios tirados por todas partes.
- ¿Te estás arrepintiendo? -pregunta con gracia.
-No, claro que no. ¿Por dónde puedo empezar?
-Si quieres, aquella caja -señala una ya abierta.
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Kate
RomanceCuando se muda junto a mi casa, no puedo evitar expresar mis sentimientos de forma genuina hacia Kate. Sin embargo, ella intenta detenerme para mantener sus razones morales intactas. Obra registrada bajo el número: 2105067761906 TODOS LOS DERECHOS R...