He despertado obligatoriamente por el golpeteo incesante en mi puerta, y mientras me levanto con pesadez, miro mi ropa con desagrado por habérmela dejado toda la noche. Entonces, recuerdo el episodio con Kate. Y sonrío. Y creo que no se me saldrá de la cabeza en todo el día.
Abro la puerta y me encuentro con la cara de Margi, que de pronto se vuelve interrogativa mirando mi ropa.
–Hey– le saludo animosa–. ¿Y esa cara?
–Mejor háblame de la tuya. ¿Por qué tan sonriente?
–No lo sé. ¿Qué hora es?
–Son las 12 del mediodía– contesta séptica, indicándome que algo le pasaba. Ya sospechaba a qué se debía, pero no le asumo el caso, y comienzo a quitar mi ropa deseando un buen baño–. Tu mamá me pidió que no te despertara, porque habías llegado pasada de las 3 de la mañana. Y resulta que te fuiste del Karaoke a media noche– la miro de reojo. No quiero afrontar sus deducciones. Que por cierto, son inequívocas.
Margi se ha cruzado de brazos, esperando mis explicaciones. Sin embargo, he querido guardarme todo lo relacionado con Kate. Pero, sabía que con Margi era más que un reto.
–Quiero darme un baño.
Entro a la ducha con Margi detrás de mí. El agua salió fría al principio, que me estremecí. Segundos después sentí la tibia sensación de pies a cabeza, relajándome por completo.–Sé que te fuiste con Kate. La vi en el Karaoke– me quedo quieta bajo la ducha y solo pude tapar mi cara con mis manos–. ¿Seguirás diciéndome que no pasa nada?
Abro la cortina de baño y la veo apoyada en el marco de la puerta, entre preocupada y molesta.
–No quiero involucrarte en esto.
– ¿En esto? ¿Y qué es esto? – el sonido de la ducha absorbe todo mi silencio–. Pues te digo algo, "esto" es grave– dice, expresando las comillas con sus dedos.
–No es grave. No exageres. Y estoy en la ducha. ¿Puedes darme un momento?
Margaret cierra de un portazo, y de alguna manera me hace sentir una punzada en el estómago. Sabía que esto de alguna manera pasaría. Y entendía su preocupación.
Rato después me encontraba vestida y sentada en la cama, con Margi al frente, ocupando la silla giratoria de mi escritorio. Ella seguía soltando palabras, sin permitirme decir una de las mías.
–Y como ya te dije, es grave– repite y sigo frunciendo mi ceño–. Solo que no lo ves. Estás cegada y tu sentido común está ahora metido en tu culo. Hasta el fondo.
–Si no me permitirás explicarme, entonces no te metas, Margi. Ya. Por favor.
–Soy tu amiga. Solo estoy siendo objetiva. Eso es lo que estoy siendo. Y tengo que hacerte ver que estás perdiendo la cabeza ante todo.
–Esto es inútil. De verdad. No vas a entenderme. Solo estás sentada en esa jodida silla, juzgándome– gruño, levantándome de la cama y yendo hacia la puerta.
–No salgas. Ella está abajo– me freno con la manilla en mis manos, y la miro enseguida con el corazón ilusionado.
–No creo que con eso logres detenerme.
–Cierto. Seguro es lo más feliz que has escuchado en tu vida.
–Por supuesto.
Entonces, siento a mis nervios hacer su presencia innata. Margi repara en mi reacción y al parecer un reconocimiento le vino enseguida, porque su cara cambia al instante. Baja la mirada como si estuviese estudiando el suelo. O entendiendo aquella posibilidad. La única tan real que puede partirme en dos.

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Kate
RomanceNo puedo evitar expresar mis sentimientos de forma genuina hacia Kate. Sin embargo, ella intenta detenerme para mantener sus razones morales intactas. Obra registrada bajo el número: 2105067761906 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.