Capítulo 6

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Pasada una semana exactamente, el lunes volvió a darle inicio a la monotonía con las idas y vueltas a clases. Lo único que me ha parecido diferente son las sensaciones que cada día de estas tres semanas transcurridas descubro por Kate. Y aunque muy poco la he visto desde aquel día de la piscina, no he dejado de pensar en ella. La extraño con añoranza.

Por mi madre supe que ya abrió aquel estudio de fotografías y que de allí casi no sale. Permanece dedicándole esmero a ello. Así que mientras estuve en clases se me ha ocurrido pasarme por allá.

El cielo asoma sus colores naranjas y el ruido de las calles hacen compás con el sonido de mi corazón que está como un loco desesperado. Por el camino he comprado dos cafés vainilla con polvos de chocolate.

Después de unos minutos más caminando, me detengo frente a una puerta de cristal con el nombre del estudio enmarcado en un bonito dorado; Foto Estudio - Kate Benson. La puerta se abre y doy un respiro, terminando de entrar.

Siento de pronto el aire frío y los sonidos constantes de los flashes, voces dando ideas de poses distintas y un montón de luces directas al escenario. El espacio es suficientemente amplio para todos los equipos; unos tres escenarios, pantallas reflectoras, fotómetros, sombrillas, y otro montón de elementos necesarios para las sesiones que ni tengo idea de qué son. Allí también estaba esa pantalla fotográfica que había visto en la casa de Kate.

Dos personas apuntando sus cámaras a una mujer delgada que posa semi desnuda, y un poco más a mi derecha se encuentra ella, con unos lentes de lectura. Kate parece concentrada mirando a la chica delgada con una pasión y visión clara de lo que quiere, y tal vez siento un poco de celos.

Enseguida una cosquilla sube por mi espalda cuando escucho su voz.

-Colócate esta chaqueta y no muerdas tu labio, por favor. Solo sencilla y natural -la chica le asiente y toma la chaqueta-. Jack, dale luz, por favor.

La chica continúa con nuevas poses más sublimes, y las cámaras vuelven a apuntar sobre ella.

Kate luce totalmente más hermosa en este rol. Ya tenía varios minutos aquí sin que me notara hasta que su mirada reparó en mí, quedándose inadvertida y paralizada. Siento entonces como mi corazón se acelera súbitamente. Su mirada es interrogante y dulce a la vez. Escucho sus tacones acercándose y realmente espero que mi voz funcione.

- ¿Charlie? -Kate se quita sus lentes y los coloca en su cabeza-. ¿Qué haces aquí?

Te he echado de menos. Quise responderle.

-Disculpa por haber venido así.

-No, tranquila. No tienes que disculparte -me sonríe-. ¿Pero... cómo has venido?

-Caminando.

- ¿Viniste de la escuela caminando?

-Sí. Esto es para ti -le entrego el envase de café que he comprado para ella.

-Muchas gracias -me mira dulcemente, sin embargo, tiene esa mirada analítica sobre mí, como tantas veces.

-Kate -un chico con acento francés se acerca y las dos giramos a la vez para mirarlo. Lleva una cámara profesional guindada a su cuello, y un poco a su izquierda, justo en su bolsillo, está enganchado un carnet con su descripción de cargo y con el nombre del estudio-. Ya hemos terminado. ¿Quiere que sigamos con la próxima sesión?

-No. Vamos a dejarlo para mañana. Pueden irse, chicos. Gracias.

Ver a Kate en su lado profesional aumenta mi dopamina, y tuve que bajar la mirada, cuidando que el brillo en mis ojos no me delate.

KateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora