Capitulo 2

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Corrió escaleras arriba y se encerró dentro de la biblioteca, con Hedwig en sus brazos y con el rostro cubierto de lágrimas. Está era la tercera vez en la noche que llora. La primera vez fue cuando vio a Remus en Privet Drive, la segunda cuando Sirius salió a recibirlo y darle la bienvenida al cuartel de la Orden, y la tercera fue cuando escucho el batir de las alas de su mejor amiga, Hedwig.

La mirada perpleja de todos a su alrededor al verlo llorar y abrazar cual koala a los Merodeadores restaurantes y a su familiar lo ayudaron a regresar al presente. Trato de calmarse pero la felicidad de volver a ver  a sus seres queridos... vivos, fue tal que termino llorando de felicidad, un llanto incontrolable e inexplicable... para los demás. Aunque la Señora Weasley convenció a todos de que estaba asustado por haber sido atacado otra vez por Dementores.

Para sorpresa de todos, Fred y George no se salvaron de la ola de abrazos y lloriqueos en la que los Merodeadores y  Hedwig se vieron envueltos.

Antes de que cualquiera pudiera cuestionarlo o decir algo más, salió corriendo y se encerró en la primera habitación desocupada que encontró. Ya tendría tiempo mañana para "pedir información o explicaciones". Hoy tiene que enfocarse en controlar sus emociones y con ellas, su magia, pues  casi se había salido de control momentos antes. Harry podía sentirla más intensa y temperamental de lo que nunca había sido nunca.



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Al despertar, Harry se levantó y revirtió la transfiguración que hizo en el escritorio para poder dormir sobre él, regresansolo a su forma original antes de salir de la biblioteca. Hoy se sentía con mayor control sobre sí mismo, puede que dormir como se debe (después de un asalto a Gringotts, una batalla en Hogwarts y un repentino viaje en el tiempo) le haya ayudado un poco.


Una gran sonrisa se apoderó de él, todo era real, Sirius, Remus y Hedwig están vivos, al igual que Fred, Moody y Tonks. La guerra aún no comienza. Y, él, tiene la oportunidad de hacer que esta no se lleve a cabo nunca o por lo menos no cómo fue en la línea de tiempo original.

Bajo las escaleras y se dirigió a la cocina cómo si de su casa se tratase, al entrar se dió cuenta de que dentro están la señora Weasley y sus cuatro hijos menores, Sirius, Remus, Tonks, Hermione y Mundungus. Estaban a mitad del almuerzo y parecían un poco asombrados al verlo sonrier.

— Hola —saludo con timidez.

— Harry, cariño, ¿te sientes mejor? ¿Te duele algo? ¿Ya has comido algo de chocolate? ¿Tienes hambre? —la señora Weasley lo asalto con preguntas sin darle tiempo a responder ningúna de ellas.

— Estoy bien — aseguro dándole  una brillante sonrisa a la mujer, sin perder más tiempo, camino hacia su padrino y su tío honorario. Se sentó entre ambos e inicio una conversación con ellos mientras desayunan.

Todos los demás parecían un poco incómodos porque Harry había ignorado deliberadamente la presencia de sus dos mejores amigos, a todos los demás les había hablado por lo menos una o dos veces, o mínimo sonreído... Bueno, menos a Mundungus, de hecho, Harry a tuvo que esforzarse por evitar maldecir al hombre que se atrevió a asaltar la Noble y Ancestral Casa Black. El menor  hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para no atacar al estúpido mago que fue lo suficientemente estúpido para rodar la casa de su padrino. De quitarle lo único que le cadaba de su última figura paterna.

— Bueno, ¿vas a contarnos que sucedió con los Dementores? —preguntó Remus cuando se canso de ver a Harry evadiendo el tema.

La atención de todos fue atraída hacia el ojiesmeralda y observaron cómo su mirada se volvía sería y fría, los mayores podían jurar que el tono de verde en la mirada cambio al color de la maldicion asesina y que la temperatura en la habitación descendió algunos grados.

Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora