Camino distraídamente por las calles de Hogsmeade, en compañía de Ron y Hermione, se dirigían a la Cabeza de Puerco para encontrarse con todos aquellos que formarían parte de el "Ejército de Dumbledore".
Cuando llegaron ya estaban todos dentro, sentados alrededor de una mesa sucia y los gemelos repartían cervezas de mantequilla para todos los que habían asistido.
Ron y Hermione se dirigieron directamente al centro, la castaña estaba apunto de decir su (ensayado) discurso sobre porque necesitan a alguien que les enseñe Defensa de una manera descente cuando Harry puso una mano sobre su hombro para que esperase un poco más.
El metamorfomago rento una habitación y se aseguró de sellarla apropiadamente antes de dejar que su amiga continuará con lo que tenía planeado.
Todos parecían algo incómodos al ver a Harry haciendo magia fuera del colegio pero nadie dijo nada.
— Ya saben por qué estamos aquí.— Comenzó a decir Hermione después de aclararse nerviosamente la garganta.— Por un maestro, uno de verdad...
Harry casi quiso reírse de su amiga, era el mismo discurso que dió en su línea de tiempo original, todo era igual, las preguntas, las odiosas miradas curiosas y el silencio nervioso que parecía rodearlos a todos. Dejo a su mente vagar libremente por unos instantes hasta que una frase lo trajo de regreso.
—... Talvez, sí nos contará un poco sobre lo que sucede en la tercera prueba... — Dijo un Hufflepuff, Smith, con la misma actitud de mierda de siempre.
La mirada nerviosa de Ron y Hermione se centro en él, sus ojos nublados por el horrible recuerdo, un escalofrío les recorrió el cuerpo y los dejo fríos, todo el valor con el que la castaña había llegado y que con mucho esfuerzo había logrado reunir para poder pararse en dónde está y hablar enfrente de todos se esfumo.
Irritado y molesto más haya de lo creíble, Harry se puso de mi y centro su atención en el grupo de adolescente frente a él.
— Estoy haciendo esto para enseñarles a defenderse, les estoy ofreciendo una oportunidad de defenderse de lo que se avecina ¿y quieres que te cuente sobre la muerte de un compañero al que le tenías envidia? — Pregunto Harry, dirigiendo la última pregunta a Smith.
La expresión fría de Harry los hizo temblar a todos, desviaron la mirada avergonzados de sí mismos.
— ¿Cómo sabemos que no mientes? — Pregunto con descaro el Hufflepuff, enojado por qué alguien se atrevió a hablarle así.
— Puedes creer lo que quieras, no estoy aquí para entretener a niños que no son capaces de ver más allá de su nariz.— Gruño Harry, dejando que su cabello cambiara a color rojo escarlata.
— ¿Y que nos puedes enseñar tú? ¡Ni siquiera asististe a todas tus clases el año pasado y tienes la misma edad que nosotros! — Replicó con nerviosismo Smith, poniendo a prueba la paciencia de Harry.
§•••§•••§
El dolor era tan intenso como el primer día. La agonía era interminable... casi lacerante. La oscuridad y humedad propias de las mazmorras no hacían nada más que empeorar lo todo.
La culpa era más grande que nunca. Haber visto através de los ojos del Señor Oscuro y experimentar todo lo éste había sentido cuando mato a su mejor amiga lo hacía sentir sucio y asqueado de sí mismo.
Había vuelto al principio y se estaba hundiendo muy rápidamente en las profundidades de un horrible pozo sin fondo.
Tanto era el dolor que por momentos temía perderse para siempre en el, es por eso que decidió distraerse con algo más, lo que fuese. Para su desgracia, lo único que fue capaz de despertar su curiosidad fue la actitud de Potter.
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Hijo de la Muerte
FanfictionHarry demostró ser digno de las Reliquias de la Muerte, convirtiéndose en el Amo de la Muerte pero también en el hijo de la misma. Y es gracias a ella, la Muerte, que Harry tiene la oportunidad volver a su quinto grado y escribir su propio destino...