La plática había durado poco más de medio día, expusieron su sentir, sus vivencias y dudas, dejaron sus corazones al descubierto. Conociéndose entre ellos. Hubieran podido seguir, tenían muchas cosas que contarse, pero la melodiosa voz de Wualburga los sacó a los tres de su charla corazón a corazón.La difunta matriarca se apresuró a armar un nuevo plan de estudios para Harry, uno que incluye a ambos magos cómo profesores de Defensa.
Después de todo, ¿Quien mejor que los Merodeadores para mantenerte alerta todo el tiempo... día y noche. Llegando al grado de revisar tu comida o bebida en busca de maleficios poco comunes y con difíciles contramaleficios.
Claro que Harry no quedaría atrás, pronto comenzó a devolverles las pesadas bromas.
Potter Menor se convirtió en un campo de guerra, en dónde en el mejor de los casos quedarías inconsciente por media hora... en el peor, pues, tal vez necesitases de la Poción Crece-huesos.
Así llegó por fin el día del juicio.
Se levantaron muy temprano y dieron unos últimos consejos al menor. La ropa ya había sido elegida por lo que no demoraron mucho.- Tonks te espera en el atrio, te guiará hasta la sala correspondiente. —Comentó Remus dándole un último abrazo a Harry.
—No dejes que el idiota de Fudge te intimidé —aconsejo Sirius antes de ver a un sonriente Harry ser absorbido por las llamas verdes.
Cuando abrió los ojos ya no estaba en su acogedora sala en la mansión, ahora se encontraba en el frío atrio del Ministerio.
Uno movimiento de varita basto para limpiar cualquier rastro de ceniza de su túnica.
Salió de la chimenea mientras se acomoda los anteojos y busco discretamente a Tonks. No tuvo que esforzarse mucho, la pelirosa resalta entre toda esa multitud de magos y brujas comunes. También se percató de la presencia de otros miembros de la orden que vigilaban la estrada de visitantes. Llamo, con discreción, la atención de la metamorfomaga, un cabeceó fue todo el saludo que intercambiaron.
Registraron con rapidez la varita de Harry y subieron al elevador. Nadie parecía prestar demasiada atención al Gryffindor, todos encerrados en sus propios asuntos, todos ellos ignorantes de que el elegante joven a su lado es en realidad aquel al que han estado llamando mentiroso en los últimos meses.
El elevador ya estaba vacío, a excepción de ellos dos, para cuando llegaron al piso indicado. Harry sonrió galante hacia Tonks y dijo.
—Ve con ellos. Diles que me has visto pero no me diste alcance entre tanta gente — instruyó Harry a Tonks—. El juicio está por iniciar.
Nymphadora quería discutir esto (se supone que el juicio daría inicio en tres horas más) pero el elevador ya se había cerrado y estaba listo para partir. Antes de alejarse, Harry le guiño un ojo a la Auror, y se alejó por el pasillo.
Justo cuando llegó a las puertas de la Sala el reloj marco las 7 a.m., el jurado, integrantes del Wizengamod*, la perra... perdón, la subsecretaría, Percy y el Ministro ya estaban en su lugar.
Harry entró con elegancia, con la mirada en alto y una cortés sonrisa. Se sentó con gracia sobre la silla del acusado, luciendo imponente y elegante cómo todo un Lord. Dió un leve cabeceó para informar a los presentes que podían empezar.
El movimiento pareció sacar del trance a los adultos que no habían notado que hasta habían dejado de respirar ante la presencia del último Potter.
Fudge carraspeó, siguido de cerca por la falsa e irritante tos de Umbridge.
—Iniciamos el juicio contra Harry...
—Es; ¡Lord Harry James Potter!, Ministro —dijo Harry interrumpiendo al regordete hombre.
ESTÁS LEYENDO
Hijo de la Muerte
FanfictionHarry demostró ser digno de las Reliquias de la Muerte, convirtiéndose en el Amo de la Muerte pero también en el hijo de la misma. Y es gracias a ella, la Muerte, que Harry tiene la oportunidad volver a su quinto grado y escribir su propio destino...