— Entonces... ¿puedo volver? — preguntó Harry a su antiguo Director, sin verlo realmente, en su lugar observo su alrededor. Era tan raro ver la estación de King Cross de color blanco, carente de movimiento y ruido.
— No lo sé, nunca lo intente...
— Profesor, ¿esto... es real... o solo está pasando en mi cabeza?
— Todo está en tu cabeza, Harry, pero eso no significa que no es real.
Harry asintió con la cabeza para mostrar su entendimiento o falta del mismo. La confusión escrita claramente en su rostro. Siendo sinceros, lo único que desea en este momento es dejarse morir y poder reunirse con sus padres, Sirius, Remus, Tonks y Fred. Aún así, tampoco quería abandonar la lucha y dejar atrás a los amigos y seres queridos que siguen con vida.
Soltó un suspiro resignado, ese último pensamiento le dió la respuesta de su dilema, después de todo, él, Harry Potter nunca le había dado la espalda a sus amigos y no empezaría a hacerlo cuando más lo necesitan.
Regresaría y pondría fin a la estúpida guerra. Cerró los ojos y se concentro en su decisión de regresar.
§•••§•••§
Agudizó su audición para poder hacerse una idea de lo que sucedía a su alrededor sin tener que delatar que sigue con vida.Gotas de sudor le escurrieron por el rostro, hacía mucho calor. La hierba se sentía seca bajo sus manos. Nada comparado al clima gélido y húmedo característico del Bosque Prohibido.
Al no escuchar las risas desquiciadas de Bellatrix y los demás Mortífagos abrió lentamente uno de sus ojos. Y lo que vio le quitó el aliento por un segundo.
¿Qué hace él en Privet Drive?
Más específicamente... ¿Qué hace recostado en el jardín lateral de la casa de sus tíos?
Trató de levantarse pero se detuvo cuando sintió algo resbalar por su brazo. Ahí a su costado izquierdo pudo sentir, más que ver, su capa de invisibilidad. Desconcertado, levantó la exótica tela y debajo de ella encontró la piedra de la Resurrección y la varita de Sauco.
¿Qué hacen las Reliquias de la Muerte aquí?
Desconcertado, guardo las reliquias entre los holgados pantalones que trae puestos.
Camino a tráves de Privet Drive. Observo las calles vacías y, disimuladamente, se asomo con discreción a algunas casas, pudo distinguir a los habitantes de estas resguardarse del abrasador calor del exterior.
Todo lo contrario a como recordaba la última vez que estuvo en Surrey.
Siguió caminando hasta que llegó al parque, se sentó en los desocupados columpios y observo todo.
Unos minutos más tarde vio a Dudley acompañado de su pandilla, como de costumbre los sobre alimentados adolescentes presumían de sus "grandes hazañas" intimidando a niños más pequeños que ellos.
La escena le pareció una especie de dejá vù.
¿Eso era lo que esto es?, ¿Un recuerdo?
Harry se perdió entre sus pensamientos y reflexiones, al punto de ignorar todo a su alrededor, pero fue sacado de su estado de ensoñación por el creciente instinto de esquivar.
Su cuerpo se movió por si solo, antes de ser conciente de lo que hacía, se agachó y esquivo el pucho de Dudley que le pasó rodando el cabello, su varita salió al aire de forma inmediata. Sin pensarlo o siquiera ser consciente de su oponente, clavó su varita sobre el pecho de su agresor.
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Hijo de la Muerte
FanfictionHarry demostró ser digno de las Reliquias de la Muerte, convirtiéndose en el Amo de la Muerte pero también en el hijo de la misma. Y es gracias a ella, la Muerte, que Harry tiene la oportunidad volver a su quinto grado y escribir su propio destino...