Hijo de la Muerte

Capitulo 5

— Uno, dos, tres, uno, dos, tres y uno, dos, tres. Giró y vuelta. ¡Comenzamos de nuevo! Uno, dos, tres, uno, dos, tres y uno, dos, tres. Giró y vuelta.

Harry dejó caer su dolorido cuerpo sobre el primer sillón que encontró. Nunca jamás de los jamases se imagino que bailar pudiera ser tan agotador y tedioso.

— Recuérdame porque me estoy sometido de forma voluntaria a esta tortura —pidió Harry con la voz cansada.

Cuando le dijeron que aprendería danza pensó que solo le enseñarían lo básico en Vals, que equivocado estaba,

—Porque harás que tus Madres estén orgullosas de ti —respondió con simpleza el cuadro de Wualburga Black.

¡Ah, eso! El día después de instalarse en la Mansión había llegado Lady Yue muy emocionada, fue llevado casi a rastras hacía el jardín y en todo el camino la hermosa mujer le fue diciendo que le presentaría a su pareja; que era la persona más linda y cálida en el mundo, y que ya era hora de que se conocieran, ya que técnicamente también es hijo de ella.

Cuando por fin llegaron al jardín, Lady Yue lo soltó y corrió al lado de la mujer que estaba sentada a la orilla de una fuente.

Lady Zoé, así es cómo se llama la deidad de la vida y la magia. Una dama tan bella y elegante cómo Yue, pero de alguna manera... distinta. De cabellos rubios peinados en una coleta alta, ojos de color violeta, piel bronceada y unos gruesos y apetitosos labios.

Ambas Ladys habían insistido en sacarlo a bailar y a pesar de que puso resistencia, no fue capaz de hacerlo por mucho tiempo, el encanto de sus nuevas mamás logro "ablandar" su corazón. Cómo resultado recibieron varios pisotones. Y esa es la razón por la que decidió agregar danza al resto de sus clases.

Claro que ahora ya no le parece tan buena idea, ¡su día ya es demaciado agotador con las clases de Duelo, Política, Oclumancia, Pociones, Etiqueta y Lenguaje corporal como para agregar el baile!

— Vamos, Harry, date un baño rápido y baja a comer, seguiremos con tu clase de modales en la mesa —ordenó Wualburga con total indiferencia al agotado estado del adolescente.

— Tenga compasión de mí, mi Lady, ¡ha estado torturandome durante los últimos 10 días! —Se quejó Harry, haciendo un puchero tan infantil cómo nunca ante lo había hecho.

El retrato de la difunta matriarca sintió algo en el fondo de su corazón hablandarse, algo MUY en el fondo, pero no fue suficiente para hacerla cambiar de opinión.

— No, ahora mueve, el postre es tarta de melaza.

¡Listo! El truco fue hecho. La tarta de melaza es suficiente para convencerlo de hacer casi cualquier cosa.

Lástima para Harry, pues Walburga fue rápida en descubrir su pequeña debilidad.

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El agua caliente le relajó poco a poco los músculos, un enorme suspiro de alivio salió de sus hermosos labios.

!Ah! Estos pequeños (casi minúsculos) momentos de placer y relajación son la razón por la que se levanta cada día sin hacer casi ningún berrinche o protesta... bueno, puede que los gritos de Wualburga también sean un buen factor de disuasivo para no quejarse tanto... ¡pero no el único motivo!

Vertió abundante shampoo sobre su cabello rebelde y se masajeo el cuero cabelludo al tiempo que se lava. Justo cuando terminó de bañarse; una neblina luminosa apareció de repente, tomo la forma de un Grim, pero en color blanco, y de el salió la juguetona voz de Sirius.

— Cachorro, queremos verte... ¿podemos reunirnos?, sabemos que todavía no confías en nosotros, pero te extrañamos y queremos verte... también asegurarnos de que la histeria de mi encantadora madre no te haya afectado mucho la cordura.
Rems te manda saludos y dice que le encantó el pastel. Cocinas delicioso, Cachorro.
Por favor comunicate, dinos un lugar, fecha y hora y ahí estaremos.

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Quería saltar de alegría y hacer un ridículo baile de triunfo, pero la atenta mirada de Wualburga sobre él fue suficiente para detenerlo de hacer tan humillante acción. La mujer incrementaría su suplicio solo para hacerle pagar la escenita, y la verdad, prefiere evitar la fatiga.

Se conformó con dibujar una resplandeciente sonrisa en su rostro. ¡Sus tíos por fin habían tomado una decisión y lo eligieron a él por sobre todo lo demás! ¡A Él! ¡Lo eligieron a él por sobre el gran Dumbledore y sobre la guerra!

Un calor reconfortante y esperanzado invadió su corazón y se expandió por todo su cuerpo. Uno muy parecido al que siente cada que es abrazado por la señora Weasley, pero con mucha más intensidad. Mucho más reconfortante.

Las cosas por fin comenzaron a mejorar, pronto reuniría a toda su familia, a toda Su Manada.

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Sin comentarios. Así es cómo se quedó Albus después de escuchar lo que le dijo Sirius con tanta molestia. El argumento del animago logró lo que nadie nunca había logrado, no después de la trágica muerte de Ariana, su hermana menor. Ni siquiera Grindelwald lo logró durante el duelo en el que Albus lo derrotó.

El pesado silencio que cayó después de las duras pero certeras palabras del último Black fue tan incómodo que los presentes se sintieron sofocados.

— Deja de comportarte cómo un niño, Sirius, Albus es un hombre muy ocupado y hace lo que puede para mantener ha salvo a Harry. —Regaño Molly con voz aguda y demandante. —Sí sabes algo sobre él, solo dilo y ya, nosotros nos encargamos de lo que tú obviamente no sabes hacer, cuidarlo.

Fue cuestión de segundos, solo un instante, y Sirius ya tenía a la regordeta mujer contra la pared y con la varita enterrada sobre la yugular. Cualquier posibilidad de llevarse bien ahora estaba muerta y enterrada 3 metros bajo tierra.

—Pensé que eras más lista, Molly, algo que los Sangre Pura crecieron sabiendo es que nunca debes meterte con un Black —siseó con molestia Sirius, un rasgo muy Slytherin que heredó de su familia. —Tú de entre todas las personas deberían saberlo, después de todo, fue una Black la que puso fin al apellido Prewett.

El animago de ninguna manera se sentía orgulloso por lo que acaba de decir, a él todavía le duele la muerte de los gemelos Prewett, pero, de ninguna manera pensaba permitir que le echarán en cara sus errores, nadie aparte de Harry quien es el único (vivo) con derecho a hacerlo.

» Yo en tu lugar aprendería a controlar la lengua, después de todo estás ofendiendo al dueño de la casa que actualmente habitas —, bajo lentamente la varita y la guardo un su llegada túnica.

No dijo nada más y salió de la lúgubre cocina, siendo seguido de cerca por Remus quien ni siquiera se molestó en mirar los pasmados rostros que dejaron atrás. Ya habían tenido suficiente de Albus-Entrometido-Dumbledore y la sobre protectora matriarca Weasley.

Los siguientes 10 días fueron una tortura para los Merodeadores. Habían desatado una tormenta demasiado grande para ser controlada, y se sentían demasiado satisfechos con ese hecho pero les irritaba que mandarán a Hermione y Ronald a tratar de sonsacarles información. Cómo si la mini copia de Molly Weasley y el prepotente de Ron pudieran lograr lo que los otros adultos no lograron.

Hasta habían llegado al extremo de llamar a Snape en un intento desesperado por conseguir la información, cosa que no tienen y aunque tuvieran no dirían, ya no más. No si eso podría afectar a Harry, no sí hacerlo podría significar el fin de cualquier posibilidad de ser una familia... otra vez.

Claro que el truquito del Director solo provocó una pelea no solo verbal sino una con maleficios que rayaban en lo oscuro y destruyó gran parte de la cosina, dañando aún más la deteriorada Casa Black, y mandando al hospital tanto a Snape cómo a Sirius. Quienes se dejaron llevar por la rencilla y perdieron el control.

Llegados al décimo día estaban que trepaban las paredes por la irritación y decidieron por fin contactar con Harry, ahora solo tenían que esperar por una respuesta y rogaban a Merlín para que esta fuera afirmativa.

Editado; 03 de Diciembre de 2022.