El sol ya se ha ocultado, cediendo su lugar a la luna y con ella el tiempo de marcharse llegó.
La mansión Potter ya estaba lista para ser habitada y el medallón de Slytherin ya está en su poder. Harry había dejado pasar una semana. Siete días en los que espero alguna respuesta por parte de sus tíos honorarios, pero no obtuvo nada.
El temor se apoderó de su corazón.
Pensamiento intrusivos invadieron su mente.
Tal vez ahora que notaron que no se parece tanto a James cómo ellos quisieran le darían la espalda... quizá la guerra era más importante para ellos, otra vez. O probablemente piensan que solo es un mocoso haciendo berrinche y quieren esperar a que se le "pasé" para volver a abordar el tema.No lo sabe y... francamente, tiene pánico de descubrirlo. Tiene pavor de ser abandonado por dos de las personas más importantes en su vida, personas por las que aún llora sus muertes a pesar de que ahora están vivos... a pesar de que no va a volver a permitir que les suceda nada. Claro que esto sería más complicado si no lograba ponerlos de su lado, pero no imposible.
¡Quién sabe!
De cualquier modo, el ojiesmeralda se nego rotundamente a seguir preso en el cuartel. Con todos los ojos puestos sobre él, con sus dos amigos tratando de acercarse con "discreción", pero sin disculparse por la falta de comunicación en que lo tuvieron por más de un mes. Con Ginny intentando coquetear, los señores Weasley observandolo cómo si fuera un animal herido o con los gemelos tratando de mantener su curiosidad al mínimo. Con Sirius escondido en su recamara y con Remus fuera del cuartel durante todo el tiempo que le fuera posible.
Harry soltó un cansado suspiro al tiempo que cerraba su baúl, se oculto debajo de la capa de invisibilidad y camino hacia la cocina. Se adentro a la chimenea y antes de marcharse hacia su nuevo... a su único hogar se despidió de Kretcher y dejo una carta para Sirius sobre la mesa.
Las verdes llamas tan características del Flu lo envolvieron y pronto desapareció de la Noble y Ancestral Casa Black.
Potter Menor lo recibió con una espléndida sala de estar; con paredes de color hueso, una sala de color escarlata con adornos dorados y con muebles de caoba. Tres elfos aparecieron frente a él e hicieron reverencias antes de presentarse.
— Joven amo, es un honor tenerlo por fin en la mansión. Nosotros somos los elfos de la Casa Potter y estamos para servirle — anunció el más viejo de las tres criaturas—. Mi nombre es Luck, ella es Kitty — señaló a una elfina que parece a panas unas décadas más grande que Dobby, y luego señalo al más joven— y él, es Marte.
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De regreso a la casa Black, Sirius y Remus se sentían morir de vergüenza. Las palabras de Harry fueron dagas, filosas y dentadas dagas, que se clavaron en lo más profundo de su orgullo y corazón. El hecho de que Harry, con tan solo 15 años de edad, les haya dicho de frente todo lo que dijo... todo lo que ellos mismos piensan. El sentimiento que por años los persiguió había sido expresado con palabras por el cachorro de la manada, por SU cachorro. El cachorro del Alfa, un cachorro que fue separado de su manada de la manera más cruel que alguien pueda imaginar.
Un cachorro que se vio obligado a crecer y educarse por cuenta propia porque el mundo le dió la espalda, porque SU manada le dió la espalda. Un cachorro que nunca tuvo la oportunidad de actuar como tal y que ahora se veía en la necesidad de tomar el mando de la "manada" que formó por cuenta propia, una en dónde les estaba dando la oportunidad de integrarse. Les estaba ofreciendo una segunda oportunidad.
Una oportunidad que ambos querían abrazar como el salvavidas que realmente representa para ellos, pero de la cual no se sienten merecedores.
Cada que están en la misma habitación que Harry podían sentir sus rostros enrojeser de vergüenza, todo lo que querían decir se quedaba atrapado en la garganta, formando un molesto nudo y se encontraban incapaces de mirar al menor a la cara.
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Hijo de la Muerte
FanficHarry demostró ser digno de las Reliquias de la Muerte, convirtiéndose en el Amo de la Muerte pero también en el hijo de la misma. Y es gracias a ella, la Muerte, que Harry tiene la oportunidad volver a su quinto grado y escribir su propio destino...