Hijo de la Muerte

Capitulo 19

Sentado sobre el césped, Harry cerró los ojos, tratando de despejar su mente, concentrándose en su respiración, escuchando y siento el latido de su corazón. Intentando desconectarse de la realidad por un momento, vaciar su mente de todo pensamiento y buscar su "paisaje" mental.

Distintos recuerdos y pensamientos invadieron su mente, distrayendo lo de se meta y frustrando sus avances. Soltó un suspiro profundo y se acomodo otra vez, buscado una posición lo suficientemente cómoda para el ejercicio pero no tanto para no quedarse dormido en el intento.

Lo intentó una vez más, pero en esta ocasión se visualizo recostado sobre su enorme y cómoda cama en Potter Menor, el solo recuerdo de estar en su mansión lo calmo y reconfortó como nunca nada ni nadie había logrado hacer.

Lo intentó otra vez, ahora imaginando se a sí mismo pintando de blanco su recamara,  poco a poco vio desaparecer los muebles y accesorios que adornan su pequeña "guarida" hasta que solo quedó él atrapado en un lugar completamente en blanco, entonces procedió a pintarse a sí mismo.

Era como si el tiempo se hubiera detenido, no había nada, el espacio y la dimensión desaparecieron entre la infinita blancura. Sintió como su cuerpo se relajaba lentamente, la tensión en sus músculos desaparecía paulatinamente, al mismo tiempo que su respiración se torno calma y armoniosa, podía oír a su corazón bombeando sangre y sintió a su yugular palpitar, por un instante casi podia jurar que sintió como la sangre corría por la arteria de su brazo izquierdo.

Sin prestar atención a su entorno, pero estando totalmente seguro de que nada podía atravesar las barreras que levanto a su alrededor, Harry se dejo llevar por las diferentes sensaciones que recorrían su cuerpo, maravillado y fascinado con la armonía y sintonía con la que al parecer trabajo el cuerpo humano. Era simple perfecto, no había otra palabra para definirlo. Y entonces, cuando parecía que nada podría mejorar la experiencia, sintió un cómodo y reconfortante calor corriendo por debajo de su piel, acariciando la superficie y concentrándose sobre la boca de su estómago por un instante antes de que esa misma energía comenzará a chispear  y se disparará otra vez por sus extremidades.

Con un jadeo sorprendido abrió los ojos y observó la piel expuesta de sus manos, un pequeño y brillante resplandor adorno la superficie de la piel por un instante antes de desaparecer y dejarle su suave hormigueo por todo el cuerpo. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro y sus hermosos ojos verdes pasaron a ser de color palo de rosa, revelando la felicidad que lo invadió ante la desconocida (pero familiar) sensación. Tardo un momento o dos en darse cuenta de que la energía que había sentido no era otra cosa más que su propia magia.

Contento con el avance que obtuvo hoy en su meditación, se levantó y regreso al castillo para darse una ducha y alistarse para sus clases del día.

Con grata sorpresa, Harry descubrió que su mente parecía más clara y trabajaba más rápido que antes, entendiendo con mayor facilidad la teoría detrás de los hechizos y comprendiendo mejor el procedimiento detrás de la preparación de ciertas pociones.

Una sonrisa relajada y alegre lo acompañó por el resto del día, y por una vez en su corta vida, los rumores que se generaban y giran en torno a él no le hicieron perder esa felicidad.

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— ¿Sabes que le sucede? — le pregunto Hermione en voz baja a Ron, sin apartar la mirada de un sonriente y relajado Harry.

Ron se encogió de hombros mientras tragaba el pan de ajo que se había metido a la boca— Ni idea — dió un trago a su jugo de calabaza y agrego— Regreso así al dormitorio esta mañana. — Escaneo con la mirada la comida cercana a él y agarró un poco de salchichas y tocino frito— Talvez le está haciendo bien salir a correr, parece más relajado — comento como un pensamiento tardío para después regresar toda su atención a la deliciosa comida que tenía en el plato.