Habían pasado ya seis meses desde aquella unión, seis meses en los cuales Diane y King se sentían en las nubes. Sentían aquella dicha de haberse podido unir en matrimonio finalmente.
Ambos decidieron irse a vivir un poco a las afueras de la ciudad, ya que a ambos les llamaba mucho la naturaleza, y amaban la fresca brisa que golpeaba las hierbas.
Al principio ambos se sentían un tanto temerosos de cómo podrían manejar, ellos dos, un hogar. Se requería atención en varias cosas, como: lavar la ropa, los trastes, barrer y trapear, hacer la comida, etcétera.
Por un momento Diane creía que ella tendría que hacer todo eso, ya que era mujer, y siempre había visto que su madre hacía todo en el hogar, y su padre siempre estaba en el trabajo.
Grande fue la sorpresa de la castaña, cuando vio como King la ayudaba en las labores del hogar, y también en pagar los servicios de luz, agua, teléfono e internet.
A Diane se le hacía muy lindo aquel gesto de él, y sus preocupaciones no duraron mucho, ya que Harlequin seguía apoyándola en todo lo que hiciera falta en aquella casa.
Los amigos de ambos iban a visitarlos cada que podían, ya que éstos igualmente trabajaban. Bromeaban entre ellos en pequeñas reuniones que hacían, aunque a veces si se pasaban de copas, más que nada los amigos del de ojos amielados. Simplemente las novias se los llevaban con ellos y pedían disculpas a los recién casados.
A veces, cuando todos se iban, se generaba un enorme silencio en la casa. Y, es que, a ambos les encantaba estar con sus amigos y reír a carcajadas hasta que le estómago les doliera. Pero ya no más, ya eran adultos responsables, los cuales ya tenían prácticamente sus vidas hechas, unos trabajaban y otros se iban de viaje quien sabe por cuánto tiempo.
Si... La vida adulta pareciera ser complicada.
—Amor... ¿Estás despierta?— Habló King, en medio de la noche a su esposa mientras sus brazos se mantenían entrelazados en el abdomen de Diane.
—Si, ¿Tú tampoco puedes dormir?
—No. No he podido conciliar el sueño.
—¿Te preocupa algo?— Diane siempre tan directa, esa era una de las cosas que a King le asustaba y gustaba de ella. A veces sentía que su esposa podía leerle la mente.
—S-si. No he dejado de pensar en el hecho de que ambos crecimos tan rápido, tanto, que hasta parece que lo que vivimos en la preparatoria, ahora solo sea un lindo recuerdo en mi memoria.
A Diane se le aguaron sus ojos ante las palabras de su amado, pero amaba esas veces cuando King se ponía así de nostálgico y algo sentimental.
Y, aclarándose la garganta, la fémina contestó:
—Lo sé, cariño. Pero así es la vida, creces para aprender. Aunque queramos, no podremos quedarnos para siempre como adolescentes. Y, honestamente, ya me estoy haciendo a la idea de que solo serán bellos recuerdos.
—"Que jamás podrán volver"— aquello solamente lo pensaron ambos, al mismo tiempo, mientras lágrimas silenciosas se colaban en los ojos de ambos.
Pero debían de afrontar las cosas ahora y seguir con sus vidas, ahora mismo eran un matrimonio y debían de sacarlo adelante. No sería fácil, pero vale la pena si estás con la persona que amas.
De un momento a otro King, ágilmente, movió a Diane de tal forma que quedará encima de él. Ambos quedaron viéndose a los ojos, profundamente, sonrojándose en el acto. Aún con el pasar de los años, sus corazones latían desenfrenadamente al tacto de sus pieles, y sentían cono si una corriente eléctrica pasara pos sus cuerpos.
Y, juntando más sus rostros, entre lágrimas secas, y sintiendo el pulso cardiaco más que acelerado, se fundieron en un beso de amor y pasión.
Cuando menos se dieron cuenta, las prendas de ambos habían desaparecido, y entre besos y caricias se decían todo el amor que sentían el uno por el otro.
Aquella noche ambos entendieron que, aunque crecer sea doloroso, tenían que seguir adelante, cueste lo que cueste.
(...)
Y, aquí el capítulo dos de esta historia.
.Estuvo bastante corto, por falta de inspiración, una enorme disculpa por eso unu
Igualmente espero que, al menos, lo hayan disfrutado.
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Matrimonio [TERMINADO]
FanfictionLos días eran hermosos, bellos a su lado... Pero... No todo es perfecto ¿verdad?