Una mujer, de 27 años, estaba mirándose en el espejo de su cuarto fijamente.
—No lo entiendo.
Ende se miraba minuciosamente su rostro, como tratando de encontrarle alguna imperfección. Frunció el ceño cuando recordó como King la había rechazado anteriormente. No entendía cómo podía rechazar a una bella mujer como ella.
Pensó, que, hasta no ver la cara de esa dichosa mujer, empezaría a mover sus cartas...
...
Varios días pasaron, normal.
King y Diane se la pasaban trabajando arduamente, yendo de un lado a otro, a tal punto de llegar sumamente agotados de trabajo. Aunque eso no significaba que no pudieran disfrutarse mutuamente. Diane, en especial, se sentía plenamente feliz, ya soñaba con tener a un pequeño niño entre sus brazos, para cuidarlo y protegerlo, junto a su padre.
En una habitación que tenían sola, la comenzaron a remodelar para su futuro hijo. Aun sin estar seguros de que Diane estuviera en cinta, pero querían estar más que precavidos.
Compraron todo tipo de cosas para el bebé. Pintaron el cuarto de blanco, y Diane se dedicó a dibujar figuritas en las paredes de la habitación.
King, detrás de ella, procurando que no se cayera de la escalera, le tomaba fotos a su mujer. Le gustaba verla así de feliz. Soltó una risita cuando vio como Diane se pintaba accidentalmente la cara con la brocha que llevaba en su mano. Ella solo le sacó la lengua cuando King le mostró la foto tomada. Así siguieron por el resto del día, hasta que, agotados, fueron a dormir.
—Oye, King. Si yo resultara en cinta, me cuidarías mucho, ¿verdad?
Aquello sorprendió un poco a King, sin embargo le respondió naturalmente.
—Claro que sí, amor. No solo a ti, también al bebé.—King le sonrió, para infundirle confianza, ya que vio algo de miedo en el rostro de Diane.
—Eso me reconforta. Muchas gracias, corazón.
King solo se dedicó a estrecharla entre sus brazos, embriagándose del aroma a fresas de su esposa. Sin embargo, King no sabía que Diane ocultaba un miedo más grande, aparte de su futuro hijo...
Hace algunos días, Diane comenzó a sentir una extraña opresión en el pecho, casi lacerante. Sentía como si algo fuera a pasar. Se decía a si misma que sería alguna buena noticia, pero en el fondo de su conciencia, algo le decía que ese presentimiento que tenía no iba a ser muy bueno que digamos.
Pero, Diane procuró disimular sus miedos y, acurrucándose en el pecho de King, se dejó hacer, cerrando os ojos y olvidándose de ese horrible presión que sentía.
"No va a pasar nada, sé que todo irá bien si estamos juntos"
Se dijo a sí misma, Diane, antes de caer rendida en un profundo sueño.
...
Diane despertó un poco desconcertada, aun recostada en la cama, sin embargo sintió un inmenso frio. Volteó a ver a su lado, encontrándose con la sorpresa de que King no se encontraba ahí con ella. No se le hizo raro, ya que pudo haber ido al baño o simplemente le había dado sed y había ido por un vaso de agua.
Trató de incorporarse de nuevo en la cama, y seguir durmiendo, a que aún era de madrugada. Pero un ruido en la cocina la alertó, se escuchó como si un vaso de vidrio hubiera caído al suelo. Asustada bajó a la cocina, pensando que King no fue muy cuidadoso y podría cortarse con los vidrios.
Y, justo cuando bajó el último escalón, escuchó una voz. Era la voz de King, parecía que hablaba con alguien, así que, acercándose en silencio se limitó a escuchar de qué se trataba. Por un momento sintió una especie de escalofrío recorrer toda su espina dorsal. Extrañada, Diane le quitó importancia y asomó un ojo por el extremo de la pared.
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Matrimonio [TERMINADO]
FanfictionLos días eran hermosos, bellos a su lado... Pero... No todo es perfecto ¿verdad?