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Era un día de otoño cuando se culminó aquella unión de dos almas que estaban destinadas la una de la otra.

Aquellas almas, conociéndose desde la preparatoria, habían tenido cierta conexión que los atraía a ambos. Siempre se les encontraba juntos, platicando, caminando hacia sus casas, o estudiando para un examen difícil.

Sus amigos comenzaban, pasados varios meses, a molestarlos. Que si se gustaban entre sí o cualquier otra cosa que los expusiera, a lo que ambos negaban rotundamente.

La chica, una joven de cabellos castaño oscuro y de ojos amatista llamada Diane, siempre decía que no podría haber algo entre ellos ya que eran solo amigos y se llevaban bastante bien, y que le agradaba bastante King, el chico con el cual siempre se juntaba.

King, o más bien, Harlequin –su verdadero nombre-, le encantaba estar con Diane, su mejor amiga, siempre pasaba ratos llenos de emoción y risas a donde fueran, y este chico de ojos y cabellos castaño claro no se había dado cuenta de que cayó irremediablemente enamorado de ella en cuanto los ojos de ambos chocaron hace muchos meses atrás. Claro que le dolía escuchar de la boca de Diane que solo eran amigos, aunque, algo en su interior le decía lo contrario, más no escuchaba a aquella vocecita, la cual creía que era una de sus alucinaciones.

Ban, un chico alto y albino de ojos rojos, le decía de manera burlesca y otras veces seria –raro en él- que Diane si lo quería, solo que era tan despistada para darse cuenta de sus verdaderos sentimientos, pero que tarde o temprano, estos terminarían por llegar al joven castaño.

Meliodas, su segundo mejor amigo, comentaba que no perdiera las esperanzas en aquella chica, porque él el autonombrado "Capitán" siempre daba en el clavo.

Escanor, siempre a disposición de sus amigos, animaba a King a dejarle poemas o cartas en el casillero de Diane, pero éste se negaba alegando que no quería parecer acosador ante la chica.

Y Gowther, solo contemplaba a sus mejores amigos habar sobre cómo llamar más la atención de la fémina, y él solo escuchaba. No entendía muy bien eso del amor, ya que nunca lo había experimentado en su vida y esperaba no hacerlo ya que le parecía algo complicado.

Así fue pasando el tiempo, hasta que se graduaron y entraron a la universidad. Harlequin se separó de sus amigos, ya que éstos decidieron irse mejor a otras universidades donde les parecía buena idea estudiar lo que les apasionaba. Sin embargo, los únicos que quedaron fueron Ban y él en la misma escuela cursando diferentes carreras.

Diane igualmente entró a la misma universidad que ambos, para estudiar biología, algunas de sus amigas decidieron tomar caminos separados, pero prometiendo verse de vez en cuando o en las vacaciones.

Ahí está, que, con el pasar del tiempo, King y Diane seguían siendo buenos amigos aunque realmente ambos no lo quisieran así... Y no fue hasta su graduación que los sentimientos de ambos por fin salieron a la luz.

Comenzaron una linda relación, y todos sus amigos los apoyaban incondicionalmente.

Aquella pareja se veía realmente adorable cuando paseaban de la mano.

Y, cuatro años después ambos decidieron que competirían sus vidas en matrimonio...

Y aquí se encontraban, una linda pareja frente al altar, tomados de la mano. Las amigas de Diane, como damas de honor, tenían lágrimas en los ojos por aquella bella unión, mientras tanto los amigos del novio tenían unas miradas de orgullo pintadas en su rostro.

Finalmente el esperado beso se hizo llegar y con pétalos de rosas y hojas otoñales se dio por concluida aquella unión sagrada. King y Diane se sentían llenos de alegría ya que por fin podían estar juntos como marido y mujer, hasta que la muerte los separe... ¿O quizás...no?

Después de la ceremonia todos se dirigieron a donde sería el salón de la fiesta, para celebrar a los recién casados.

Los mejores amigos de King se la querían pasar en grande, más que nada Ban, ya que disfrutaba de beber alcohol hasta el amanecer, a pesar de las réplicas de su pequeña novia rubia.

Diane estaba embriagada de felicidad. Finalmente podía ser feliz con la persona que amó durante toda su adolescencia y adultez. Aquella mujer de ojos brillantes y violetas veía embelesada al que ahora era su esposo, se sentía tan dichosa de tenerlo a su lado, y esperaba que aquello durara para siempre y que su amor nunca se extinguiera.

Lo amaba, amaba profundamente a aquel muchacho de ojos color miel que le robó su primer aliento en la preparatoria. Jamás se arrepentiría de haberlo conocido.

Sabía, de antemano que un matrimonio no sería tan sencillo y sus padres claramente se lo dijeron, tendría que pasar duras pruebas y que su amor no muera en el transcurso del tiempo.

Diane tenía un sueño, uno en el cual estaban ella y Harlequin en medio de un campo de flores y detrás de ellos dos hermosos niños correteando por ahí sonrientes.

Soltó un suspiro que a su esposo no pasó desapercibido.

— ¿Pasa algo, cariño?

Al voltear su mirada con la amielada, siente de inmediato como su corazón late frenéticamente y un extenso sonrojo cubre sus mejillas.

—No, nada en absoluto... Sólo, solo pensaba en el futuro... —Contesta la castaña con una mirada brillosa, a la cual para King fue lo más hermoso que pudo contemplar.

—No te preocupes ambos sabremos cómo enfrentarlo... Juntos— Dicho esto la tomó de la mano y, regalándole una mirada cargada de convicción y amor se apoderó de sus labios a lo cual Diane no rechistó en absoluto. Y los aplausos de las personas no se hicieron esperar.

Y quién diría, que más tarde el sueño de Diane, cada vez más se haría lejano.

(__)

Nueva historia Kiane.

Espero les guste uwu

Matrimonio [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora