Capitulo 12

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Llegué tarde a casa, pasadas las siete, la bulla se escucho a penas entre y no me sorprendió verlos a todos en la mesa; Mis padres, Riad, Jose y el galán de Dior. Solo sobra mi puesto que para mi desgracia esta frente a Dior y al lado de Riad. Se que no será una noche tranquila, tal vez no pueda ni comer. Mientras llego hasta ellos pienso en una buena escusa para no acompañarlos, pero es imposible, cinco pares de ojos me miran y yo solo pienso esquivar las iris azules de una persona. Me digo mentalmente que ya debo  de olvidarlo, superarlo, que no soy su tipo, no soy suficiente para el, pero aun asi, toda la mierda que hace que mi autoestima baje en picada, sigo sintiendo el hormigueo en mi cuerpo solo con su presencia. Estoy jodida, estoy enferma, necesitada de el, pero el no de mi. Yo no quiero regalarme y lo único que me alegra de todo esto es que no llegó a mas, no le seguí el juego y mis piernas no cedieron a el.

—Amh. Buenas noches —todos callan, les sonrió, no pienso ni mirarlo, lo mejor sera evitar cualquier tipo de contacto con el, y aunque cueste, lo haré. Llego hasta donde esta sentado mi padre, el me abraza por la cintura y me sonríe.

—Hola, cielo, te esperabamos ¿Estas cansada? —asiento repetivamente. Bajo un poco y beso su frente.

—Iré a bañarme, bajo en un rato —mi madre me examina con la mirada, luego me sonríe. —, siento llegar tarde la verdad, no era mi intención.

—Ve a bañarte, Ana, tengo hambre —Riad agita sus mano hacia las escaleras. Lo fulminó con la mirada y le saco el dedo de medio.

—¡Ana! —mi madre y sus formalidades.

Cuando salgo del baño, pensé un momento en colocarme algo casual, pero recordé que Leon pasaría mas tarde por casa, así que elegí una falda plisada de flores blanca y azul, una camisa sin hombros celeste ajustada y unas sandalias doradas, mi cabello lo recogí con una cola alta.

Baje las escaleras corriendo y cuando llegué a la mesa mi corazón latía con rapidez, se acelero mas cuando recordé que Dior nos acompañaba y mi puesto esta frente a el.

Lo ignore, si, corrí mi silla hacia atrás, me senté en ella y la acerque a la mesa sin siquiera darle una mirada. Me sentí bien por fuera. En el baño me prometí que me alejaría de el, lo evitaría y lo haría todo el tiempo necesario hasta que pasaran estos sentimientos.

Coloque el teléfono al lado de mi plato, no suelo comer con el, pero Leon quedo en llamarme.

—¡Hasta que por fin! —levante la mirada hacia José y pude ver por el rabillo de mi ojo a su lado que Dior me miraba, el corazón se me acelero y hice un gran esfuerzo para no mirarle.

—Callate José, y come. —Mi madre, que acababa de servirle me dio una mirada de reproche por mi mala educación. Gire los ojos y ella continuo sirviendo.

—Gacias —musito Dior, su voz era tan débil y vulnerable que causó que el corazón se me apretara.

—Cielo, ¿Como te fue en el trabajo? —papa está sentado en una de las puntas de la mesa. Doy gracias por sacame tema de conversación y no sentirme tan incomoda.

—Mi jefe estuvo muy irritante pero... —me encojo de hombros—, no puedo quejarme.

—Solo es temporal, estoy seguro que cuando tengas mas tiempo en la universidad podrás empezar practicas o algo así.

—Si es cierto, cariño —me vuelvo hacia mi madre que esta en la otra punta dándole la razón a mi padre —. Creo que deberías ir a Los Ángeles con Agus, allá hay universidades mejores y mas oportunidades de trabajo.

—Lo he pensado —baje la cabeza y comencé a picar mi comida. Los Ángeles me parece una ciudad para personas que quieran ser cineastas o musicos. No para alguien que le encanta la literatura y vea ello como lo único completo en la vida.

Yo Soy Mujer. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora