—¿Entonces...? —preguntó claramente divertido por mi estado.
Después de haber entrado al restaurante de comida rápida y pedir dos hamburguesas con muchas papas y salsa, Dior se había interesado en hacerme preguntas, «para conocerme mejor», fueron sus palabras.
El caso es que me había preguntado cual había sido lo mas vergonzoso que me había pasado.
—No te vayas a reír —advertí señalándole, levantó la mano como un nazi de Heather, le di una mirada fulminante—, fue hace como dos años en Londres, estábamos en un lugar de coleos, había demasiadas personas y mucho barro y estiércol —apoyó los codos en la mesa y la cabeza en las manos, apretó los labios para no reír pero sus ojos brillaron con diversión palpable, le tiré una papa—. No te rías.
—¿Acaso he emitido sonido?
—¿Qué?
—Estoy sonriendo, Ana. Son-ri-en-do.
—Entonces no sonrias, ni rías, y ahora dejame terminar —asintió con la cabeza para que continuara—. Yo quería subir en un caballo y mi padre me cumplió el capricho, el maldito caballo no quería que yo lo domara y al cuarto intento se dejó, dio al menos 20 pasos tranquilos, pero de pronto ¡Pff! Se volvió loco y terminé callendo en estiércol de caballo frente a mas de 220 personas que habían en el poliedro, todos los que se fijaron en mi caída comenzaron a reír y cuando les pasaba por un lado hacia mueca de asco. Los entendí porque verdaderamente estaba asquerosa pero duré en el pueblo unas cuantas semanas más y aun los que me reconocían se burlabas de mi.
En la cara de Dior el atisbo de diversión había desaparecido y solo se mostraba cauteloso.
—¿Estas bien? —asentí con obviedad, creí que se reiría o algo, pero su reacción fue todo lo contrario.
—Crei que te ibas a reír.
Levanto una ceja y su expresión graciosa regresó aunque esta vez con menos intención que anteriormente.
—Te dije que me dijeras algo vergonzoso no algo jodidamente deprimente, yo me hubiera suicidado si me hubiese pasado a mi —abri la boca con sarcástica incredulidad, pero volví a cerraslas, me sentí avergonzada.
—Eres estúpido —dije al fin de manera acusadora.
—Y tu la chica estiércol —le lancé un puño de papas que no se esperó, todas cayeron en sus cara y luego en su ropa. Me miró desafiante y luego hizo lo mismo con las suya, comenzamos a reír como locos llamando la tensión de las otras personas. Estiré el dobladillo de mi camiseta y vi como algunas pequeñas manchitas de aceite se escurrieron en ella.
—¡Me has dañado la camisa! —levanto la mirada hacia el, tiene la comisura de los labios elvedos, abre la boca lentamente y de una manera maliciosa para luego meter una papa en ella.
—Pues, quitatela —sus palabras salieron lentas y sensual, me le quedé mirando embobada su precioso rostro. La manzana de la garganta subió y bajo cuando estaba tragando y me pareció un acto de lo mas erótico. Creo que nunca me había fijado en ella, pero le ayudaba mas en su porte masculino.
Su cara tenia una hermosura que perecía sobrenatural, y, sabia que en parte eso era lo principal que me atraía de el, era esa atracción irresistible y seguridad que enmanaba de el que me hacia susceptible. Obviamente pensé que solo seria eso, pero simplemente me engañé a mi misma, yo sentían más por el, lo sabia, los nervios recorrían mi cuerpo cuando el estaba cerca, no eran solo por esa atracción, no, también era porque me comenzaba a gustar, y me había enamorado. Si, comenzó con su físico, pero tal vez al ser una persona muy diferente a había influenciado a que mis sentimientos quisieran explorar en el..
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Yo Soy Mujer.
רומנטיקהLibro registrado en CEDRO bajo el código *5632 por @Nat087. Obra original. Creada por la Unión de Duig F Mery C bajo el seudónimo de Aroushten23z. No albergues, evoca tu imaginación y da rienda suelta a tus palabras. Deseamos suerte. Ana Austen es...