Dior llevo a Julet a su casa primero, ella no entendía el porqué, al igual que yo, pero no puso objeción, bajó del carro y entró a su casa. Dior se giro hacia mi, que aun seguía apenada en el puesto trasero.
—Subete adelante —ordenó palmando el puesto de copiloto, tarde unos segundos en analizarlos y con todo el nerviosismo que había en mi sistema baje y me subí en el asiento a su lado. ¡Dios!, fue de lo mas incomodo, sentí como el corazón se me salia del pecho.
Él puso el auto en marcha sin decir ni una palabras, agradecí que mi casa estuviera unas calles de distancia, pero la velocidad que iba era casi nula.
—¿Por qué me besaste? —no se cómo descifrar su tono de voz, no se le veía enojado, ni frustrado, pero tenia que lidear con esa pregunta.
—Lo hago siempre —mentí, aunque ni yo sabia porque mi reaccion fue esa—, no se porque lo hice contigo, seguro por la emoción de que le dieras permiso, sabia que no seria de tu agrado y mas aun cuando eres amargado —mi voz fue volviéndose mas borde cada vez que decía cada palabra —. Además no es gran cosa ¿sabes? Solo fue en la mejilla.
—Lo dice la chica que se volvió un tomate —estava calmado, eso si que fue sorpresa.
—Vale, ya, te besé ¿lo dejas? —no me resultaba nada fácil hablar por todo el camino de algo que me daba tanta vergüenza y mas cuando la velocidad en la que íbamos llegaríamos mañana.
—Estas roja ahora mismo —no respondí, solo mire por la ventanilla; arboles, casas, carros. —. ¿Cuando saldrás con Julet? —la manera de pronunciar el nombre de su hermana era totalmente diferente a como yo lo hacia. Yulieth o algo así.
Me enconjo de hombros.
—No lo se.
—¿Se divirtió hoy? —lo miré.
Estaba concentrado en la carretera, se veía tan bien, relajado, su mandíbula estaba tranquila y sus labios un poco separados, la luz de las lámparas de la calle se les reflejaban en los ojos y les daban un brillo utópicos, de ensueño, perfectos. Los hoyuelos de su mejillas se formaron y no es necesario que el lo diga para saber que me había quedado embobada viendole. Palpadeo y me aclaro la garganta.
—Conformate con saber que nunca la había visto reír tanto como hoy. —su risa no desapareció, puse los ojos en blancos, porque se que me pilló admirándolo.
—¿Y tu? —pregunto después de un rato en silencio. No entendí.
—¿Yo que?
—¿Te divertiste? —ah, era eso. ¿Que diablos le pasa a este tío? Primero parece odiarme y luego me pregunta si me divertí. Resoplo.
—Es tan bipotar —murmuro esa palabras sin siquiera darme cuenta hasta que las he dicho
—¿Que? —oh, no ha oído.
—Si, obvio que me divertí —digo mas fuerte de lo que pensé —. ¿Eres bipolar acaso? —me mordi la lengua para no seguir hablando, Dior me echó una mirada con el ceño fruncido.
Callate, Ana.
—No, ¿por que? —oh, es tan sexi su manera de hablar.
—Nada.
—¿No te reñiran tus padres? —no entendí sus preguntas, o bueno si las entendí, solo que no me explicaba porque las preguntaba.
—Espero que no, aunque seguro Riad si, es muy celosito ¿sabes?
Ríe.
—Oh claro que lo se —me golpeo mentalmente por lo estúpida que he sido. Habla por experiencia propia.
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Yo Soy Mujer.
RomanceLibro registrado en CEDRO bajo el código *5632 por @Nat087. Obra original. Creada por la Unión de Duig F Mery C bajo el seudónimo de Aroushten23z. No albergues, evoca tu imaginación y da rienda suelta a tus palabras. Deseamos suerte. Ana Austen es...