Continúe con la búsqueda de mi bolso, el cual conseguí en el armario, la ropa que con la que me vine de casa no la vi por ningún lado, pero no me importó, lo que mas me preocupaba era volverle a ver la cara a Dior.
Y eso fue lo que sucedió cuando entré en el salón, Dior se levantó del sofá donde estaba sentado cuando me vio.
—He dejado la bandeja en el cuarto —avisé nerviosa. Me incomodaba tratarnos como si nada—, no pensé encontrarte —susurré. Aparté la mirada de el y seguí camino hacia la puerta para irme.
—¿A donde vas?
Su pregunta fue retórica, puesto que sabia que me iba, aun así respondí.
—A casa.
Negó con la cabeza y caminó a mi dirección.
—Yo te llevo.
—No tie...
—Shh —me calló—, he dicho que te llevo.
Me pasó por un lado y salió de la casa. Cuando yo lo hice ya estaba encendiendo la camioneta, suspire y me metí dentro.
—¿Estas de mal humor? —pregunto burlón.
—No.
—Pareces un ogro —abrí la boca en una O y lo miré con los ojos abiertos, este chico es bipolar. Soltó una carcajada y aparté mi cara mirando por la ventanilla— ¿Estas en tus dias? —preguntó cuando puso el coche en marcha.
Inhala, exhala, no te exasperes Ana.
—No.
—Vale, me callo, no quieres hablar.
No era que no queria, es que no podia, todo, absolutamente todo con respecto a el es falso, sus aminos, sus sentimientos, sus señales, todo es tan falso y confuso, ¡Me confunde!. Quería preguntarle ¿por que yo?, quería confesarme y decirle todo lo que sentía para que pudiera dejarme en paz, para que sintiera lastima y no me volviera a hablar, para que se apartara de mi y por fin olvidarlo. Pero no tengo el valor para hacerlo.
—Ana —me llamó, espabilé y me volví para verle— ¿Puedo preguntarte algo? —me encogí de hombros, pero su vista estaba en la carretera.
—Igual lo harás —dije. Me miró fugazmente y vi los hoyuelos formarse en sus mejilla.
—Vale —respiró—, no te molestes ¿eh? —de inmediato me puse nerviosa. Asenti lentamente, el tomó aire y habló—: ¿Te has puesto celosa cuando has visto a Mónica?
Me paralice, parpadee saboreando las palabras y estoy casi segura que perdí el color del rostro.
¿Que se supone que debo decirle? ¿Es este el momento de confesarme y afrontar las consecuencias? ¿Y si decide aprovecharse de mi en vez de alejarse?
Medité unos segundos, los mismo que me tarde en recuperar mi compostura. Aunque se que el no me miraba me dispuse a levantar la cara. El coche se detuvo y Dior me puso sus ojos en mi con una sonrisa triunfante de medio lado. No tenía el valor.
—Estoy saliendo con Leon —menti. Mis palabras salieron como un cohete, Dior se puso serio y con el ceño fruncido me pidió que repitiera mis palabras. Mierda no me ha entendido—. Estoy saliendo con Leon —repetí esta vez mas despacion.
La reacción de Dior fue un poema, los dientes le rechinaron y las fosas nasales se les agitaron por la rápida respiración, su cara se opacó y el enojo se hizo notar.
—¿Con el pobretón? —musito incrédulo, solto una carcajada fingida.
El apelativo que uso con Leon me hizo hervir la sagre.
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Yo Soy Mujer.
RomanceLibro registrado en CEDRO bajo el código *5632 por @Nat087. Obra original. Creada por la Unión de Duig F Mery C bajo el seudónimo de Aroushten23z. No albergues, evoca tu imaginación y da rienda suelta a tus palabras. Deseamos suerte. Ana Austen es...