—Me has contado que en tu casa estaba Dior,¿Por que? —la duda es clara en su rostro. Ya habíamos dejado el carro en el porche de la casa y, antes de que alguien escuchara el sonido del motor nos bajamos del carro y apresuramos el paso hasta llegar varios metros lejos de la casa.
Me encojí de hombros para darle una respuesta.
—Ha ido muy seguido a casa, es muy amigo de Riad, mi hermano —aclaré— y creo que a mamá le agrada eso, con el y José allí, Riad ha dejado de ir a fiesta, al menos esta semana.
Miro a mi amigo, este me da una sonrisa que no logra llegar a sus ojos. Lleva un brazo sobre mis hombros mientras seguimos caminando.
—¿Vas a contarme? —no me lo estaba exigiendo pero había atisbo de impaciencia en su tono.
Me llene de valor y solté un suspiro.
—Me gusta Dior —confecé. Sus pies dejaron de caminar y yo junto a el. Lo miré pero no pude describir lo que reflejaba su rostro.
—¿Como...? ¿El...? —dejo caer el brazo que estaba en mi hombro. Sentí vergüenza y no sabia el porque—. ¿Le has dicho?
Negué con la cabeza.
—Solo le conté que me gustaban su atractivo —le di la espalda—, antes me había dicho que no era de relaciones. Esto es raro, con Diego, mi exnovio —aclaré—, no sentí la mitad de los nervios que recorren mi cuerpo como cuando estoy cerca de Dior.
Me sentía tan frustrada al no tener control de mis sentimientos.
—Queria solo liarse conmigo —continue. Me volví para verlo. Sus ojos se abrieron tantos que parecían fuera de orbita—. Esta tarde una chica que al parecer llama su atención se le acercó y me ha ignorado completamente.
Con pasos sigilosos acortó la distancia que nos separaba, hasta que me envolvió en sus brazos.
—Oye —levantó mi barbilla con sus dedos para mirarlo— no te mortifiques con eso. Está claro que el no es para ti, nena. —Cualquiera que oyera sus palabras pensaría que solo se aprovechaba de mi vulnerabilidad, pero yo sabia que no era así. En Leon había encontrado un buen amigo.
Comencé a sentir el escozor en mis ojos y las lágrimas no tardaron en aparecer.
—No lloro por el —me adelante a decir—, o bueno... Si. Pero no del todo —aclaré. Nos separamos y, exasperada comencé a agitar los brazos —, ¡A Riad apenas lo soporto y a Dior lo tengo que ver casi todos los días, además que me confunde o eso hacia!. Nos hemos besado, el siempre daba el primer paso pero yo no mostraba mucha resistencia. Y, ¡Joder! No podía soy muy susceptible a el.
Comencé a caminar, con Leon detrás, claro.
El no decía nada, y necesitaba su silencio, trataba de ser meticuloso para no decir algo que me ofendiera, siempre le gustaba analizar las cosas antes de hablar.
—Ana —me detuve, el tardo unos segundos para estar a mi lado— es difícil controlar algo que sientes, creeme. Es complicado querer algo sin querer —solto una risa ironica—, pero no permitas que cambien nada en ti, eres joven. ¿Cuantos años es mayor Dior? ¿6? ¿8?. No son el uno para el otro, y disculpame por se cruel, nena, pero debes de apagar esa luz que te iluminaba a un camino inexistente junto a ese chico.
Resopló
—Tiene 22 años, eres mayor que el.
—¡Joder! —respondio de inmediato— ¿No te parece mayor? —asentí—, capaz no sea su verdadera edad y es un viejorro.
Reí. Leon era muy bueno en subir el humor, pero había algo en mi que no podía elevarse.
—Tengo baja autoestima —murmuré y baje la cabeza—, cualquier desprecio, una mirada de asco, ser ignorada..., todas esas cosas me afectan —tomé aire— Dior me ha dado un golpe muy fuerte.
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Yo Soy Mujer.
RomanceLibro registrado en CEDRO bajo el código *5632 por @Nat087. Obra original. Creada por la Unión de Duig F Mery C bajo el seudónimo de Aroushten23z. No albergues, evoca tu imaginación y da rienda suelta a tus palabras. Deseamos suerte. Ana Austen es...