Capitulo 15

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En la sala de espera no pude evitar darles pequeñas mirada a Diego, Dior a mi lado solo gruñía.

—Pareces un perro —dije con expresión de fastidio en mi rostro.

—Y tu una tonta mirandolo cada tres minutos —exclamó mirando a su dirección—. ¿Acaso te sigue gustando? —preguntó finjiendo estar interesado.

—¿Que? No —resoplé—, y si así fuera no te importa en absoluto.

—Me alegra oír eso —su comentario me sorprendió, evitó mi mirada.

Preferí no decir nada y dejarlo estar, nada de lo que el diga será lo que yo he deseado oír, y menos cuando tiene novia y se la tira.

La enfermera que acompañó a Julet se acercó a nosotros dándole una sonrisa coqueta a Dior, si, es todo un rompecorazones, luego me miró a mi y su gesto se endureció, para luego fijarse nuevamente en el.

Nirleufft —embocé una risa por la mala pronunciación de su apellido. Dos pares de ojos me miraron fulminadome con una mirada muy seria. Me encogi de hombros restándole importancia, el pronunció su apellido y ella repitio pidiendo disculpa—. Le hemos inyectado para bajar la fiebre, por poco no convulsiona, me ha dicho que está con doles musculares. Eso es a causa del resfriado que ha cogido. Debe de esperar al menos dos horas y luego sera dada de alta. ¿Supongo que ya llenó el papeleo? —Dior asintió, concentrado en cada palabra que salí de la enfermera con respecto a la salud de Julet—. Ambos pueden ir a verla, habitancion 133 cuarta planta. Que tenga un buen dia —inclinó un poco la cabeza, dio media vuelta y se marchó.

Dior no tardo tres segundos en ponerse de pie, con el junto a Julet podía hablar mejor con Diego, preguntarle como iba en sus estudios y de su vida, aunque no era de mi importancia desde la secundaria hemos sido buenos amigo, no entiendo el porque después de haber terminado una relación no podemos volver a serlo.

—¿Que esperas? —dí un respingo por el tono tan masculino y viril que empleó Dior para sacarme de mis pensamientos. Levante la cara y lo miré ceñudo— ¿Crees que te quedaras aquí y hablarás con el? —odiaba la facilidad con la que el podía saber todo lo que pensaba, cuando yo no podía ver mas allá de los azules de sus iris.

Soltó una risa burlona y negó con la cabeza.

No quería discutir con el y formar un escandalo en pleno hospital con mas de treinta personas a nuestro alrededor. Me levanté del asiento y me dispuse a seguirlo. Cuando llegamos al ascensor unos tantos doctores esperaban la llegada de este, el pitido sonó y las puertas se abrieron y entramos en el, Dior marcó el número cuatro y nos empujo a una esquina.

Un hormigueo recorrió mi cuerpo cuando, con el suyo me cubrió desde atrás,  mis latidos se aceleraron, mis piernas me temblaron y el escozor en mis ojos no tardó en aparecer, yo estoy mas que enamorada de el, pero no soy suficiente, estoy segura de que no soy la mitad de lo que el espera y sabia de no debía torturarme haciéndome fantasías con algo que no va a pasar, inmediatamente recordé a Leon, debo apagar la luz que me ilumina a algo incierto con el, y eso debía ser, porque yo quiero este gesto con el, pero no cuando entre nosotros no llegará a pasar nada mas, y no pienso seguir desgarrando mi alma por algo que no comenzará.

Me revolví en sus brazos consiente de que algunos volteaban a mirarnos, Dior me soltó como si le quemara, hacer un escena entre personas de titulo no le daría buena fama, por eso se apartó lo mas que pudo de mí, y aunque no se sintió bien lo agradecí.

•••

—Ya me siento mejor —repitió por tercera vez Julet, puso los ojos en blanco y me miro pidiendo ayuda, respondí encogiendome de hombros.

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