Capitulo 11

8 1 0
                                    

Cuando llegué a casa esa misma tarde mis fuerzas se debilitaron, mi corazón amenazaba con salir y estoy casi segura que la sangre dejo de correrle o comenzó a correme mas rápido, pero su reacción al verme fue solo ignorarme. Y así pasaron los siguientes días ignorandonos mutuamente aunque yo sabia que el estaba ahí, el me hacia sentir transparente, inexistente.

Mi relación con los chicos sigue siendo la misma Julet esta mas que emocionada con su extraña relación con Marcos, le he preguntado si tiene miedo de que les descubran pero sus palabras fueron; «Es excitante tener una relación a escondidad». Ese día casi me ahogo con el chocolate que tomaba en la cafetería. Leon ha estado muy extraño, se que sospecha de el comportamiento que tengo cada vez que Dior va a buscar a su hermana.

Justo en este momento mi madre trata de convencer a Jose y a Dior para que vengan a cenar, y me ahorro una oración porque se que aunque trata de negarse vendrá, mi madre es muy persuasiva y se que terminara ganándole ella.

—Ven, cielo, ya eres como de la familia, además yo cocino riquisimo. ¿A que no José? —¿Cielo? ¿De la familia?. José argumenta un elogio.

Mi padre me consiguió un trabajo en una tienda, yo por estudiar trabajo de 3pm a 7pm. Me vi obligada a cambiar la hora para ir al gimnasio, y, apenas salgo de clases voy al Bob's Trainer a quemar las calorías que no dejo de consumir. Pero hoy decidi ir solo una hora y pasar antes por casa

Resoplo y vuelvo a mis deberes, mi padre me sonríe con orgullo cuando le entrego el análisis que he realizado. Miro mi reloj que marca las 1:34pm. Mierda.

—Tengo que ir al gimnasio. ¡Gracias a dios que me aliste antes!

Me levanto de la mesa y me dirijo al salón, donde justamente Dior resopla y acepta la oferta de mi madre, ruedo los ojos al ver el jubilo de ella. Inconscientemente mi mirada se dirige a el, que, para mi mal y el de mi pecho, corazón y piernas, me esta mirando; su penetrante, inexpresiva y neutra mirada me recorre el cuerpo para luego volver a mis ojos. Mis piernas comienzan a temblarme y el corazón galopa como si un mardito asesino me siguiera, abro los labios para poder respirar mejor. Es como si todo se congelara a nuestro alrededor y perdida en el océano de sus ojos ¿y el?, gozando de provocar ese efecto en mi. Es frustrante que yo sienta todo este y que no reciba nada reciproco, me duele, me escose el pecho solo de sentir eso.

—¡Ana! —grita mamá para llamar mi atención, y lo hace, mi cabeza se vuelve rápidamente a su dirección, pero se que sigo teniendo la cara de horror y las piernas aun siguen temblandome, pero lo disimulo lo mas que puedo—. ¿Ya te vas? —Asiento—. Necesito que compres unas cosas en la tienda en la que trabajas ¿Puedes? —frunzo el ceño ¿acaso cree que no tengo cosas que hacer?. Su típica sonrisa americana me escandaliza y sus labios están rojos carmín. Me pregunto porque diablos siempre esta tan coqueta.

—Madre, ahora voy al gimnacio para luego irme a trabajar ¿no puedes enviar a Riad? —parece meditar y se que me dará la razón pero antes de que diga algo, le interrumpen.

—Yo podría ir —Dior Nirleuv se acerca hasta nosotras y me mira directamente. Estamos a menos de un metro de distancia, muy serca para mi salud y nervios— ¿Puedes comprarla cuando llegues a la tienda? —Asiento, porque las palabras no me salen. Luego mira a mi madre— Entonces Rosali, yo las buscare, por mi no hay problema— le sonríe, pero estoy consiente de que no es su risa genuina. No es esa autóctona risa de el, mas bien una artificial, falsa, usada para darle a entender a mi madre que no hay peso, e inmediatamente me pongo alerta.

—Gracias, cielo. —pasa la palma de su mano por su mejilla y casi me quedo sin aire, ¿desde cuando le tiene tanta confianza?. Dior parece incomodo, tensado le sonríe con los labios unidos. Aparta la mano y me mira, besa mi frente— Te enviare a tu numero lo que necesito ¿Vale? —asiento, aun estoy en algún tipo de Shot. Camino hasta la puerta principal, sin siquiera despedirme. Cuando salgo suelto todo el aire que estaba reteniendo.

Yo Soy Mujer. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora