No te equivoques, no pienses mal. No pienses que cuando te veo es porque te extraño, te quiero sí, pero no te extraño.
Me costó, pero con el tiempo aprendí que querer no significa que tengo que quedarme en donde me hacen daño, aprendí que extrañar no significa querer volver.
Y no, no te voy a mentir, en algún momento sí quise volver, pero realmente fue más por costumbre que por ti.
Una vez leí que el famoso Van Gogh usaba tinta amarilla porque consideraba el color amarillo como un color alegre y creía que era feliz al utilizarla. La tinta tenía plomo, el plomo en el sistema nervioso provoca depresión. Él utilizaba la tinta amarilla creyendo que lo haría feliz, pero no.
Lo curioso es que al leer eso viniste a mi mente y me quedó algo muy claro: Eras mi tinta amarilla.
Creí por tanto tiempo que tú me hacías feliz cuando era todo lo contrario, cuando por ti día a día me hundía más. Cada pelea me destrozaba un poco más, cada palabra hiriente me marcaba, porque eso hacías tú, me dañabas, me dañabas y eso no era lo peor, lo peor es que me hacías creer que era mi culpa. Y de verdad, por mucho tiempo creí que era así, creí que había algo mal en mí, creí que no era suficiente, creí tantas cosas que no eran verdad, una de ellas fue creer que eras lo mejor.
Tú, haciendome sentir mal, llamándome egoísta cada vez que empezaba a revelarme contra ti, todo eso me destrozó, me marcó de manera profunda.
Y te quise, sí, te quise y estoy segura de eso porque antes de quererte a ti me quería a mí misma pero, con el paso del tiempo ese amor por mí misma fue disminuyendo y lo digo porque muchas veces te tuve como prioridad cuando en realidad mi prioridad tenía que ser yo misma. Lo más importante para mí tenía que ser mi felicidad y tranquilidad, no la tuya.
Te di muchísimas oportunidades, y realmente fue mi culpa, porque creí que ibas a cambiar cuando sabía perfectamente que no ibas a cumplir con las promesas que me hacías después de cometer uno de tus muchísimos errores. El error fue de ambos, mío por creer que ibas a cambiar y tuyo porque pensaste que te iba a aguantar siempre.
Te equivocaste cuando pensaste que no me iba a dar cuenta de que solo me utilizabas porque no sabes querer, no sientes amor por ti mismo y por eso necesitabas a alguien que te dijera cosas bonitas, necesitabas sentir amor y utilizaste a otra persona ya que ni siquiera te quieres a ti mismo.
Cariño, un clavo no saca a otro clavo pero eso no lo entiendes tú. Buscaste en alguien más lo que no te hacía falta, trataste de olvidar, trataste de reemplazar nuestras charlas y todo el tiempo que tuvimos juntos con fugaces momento junto a otra persona, una persona que solo te veía como un entretenimiento, algo para un rato, para subirse el ego. Buscaste a alguien que solo se fijó en ti por tu físico para tratar de olvidar a alguien que de verdad te quiso por lo que eres.
Y a pesar de todo te agradezco, gracias a ti sé que jamás debo poner a alguien antes que a mí, te agradezco porque tú mismo te encargaste de acabar con todo lo que sentía por ti, tú mismo hiciste que te olvidara, hiciste que ya me dieras igual. Gracias a ti no dolió tanto.
De los errores se aprende, y contigo cometí muchos errores, uno de ellos fue pensar que tú me querías de verdad.
Ya no te espero, ya no te extraño, ya no me dueles, ya no.
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Este pequeño relato está inspirado en la historia de una amiga muy importante para mí, una chica valiente que salió de una relación tóxica y dijo "Al carajo que me amo yo misma" .Cariño, si lees esto quiero que sepas que te quiero y que estoy realmente orgullosa de la chica fuerte y valiente que eres, porque te eligiste a ti antes que a alguien más y tuviste el valor de irte a pesar de que la costumbre mata.♡
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History
Short StoryDespués de tantas despedidas esta vez no me deprimí, quizás fue por la costumbre de terminar y volver y ahí me di cuenta de que lo nuestro no estaba bien. Después de tantas despedidas él no volvió y yo no estaba dispuesta a volver.