La visita con la psicóloga marchó bastante bien. Era una mujer dulce, y a Peter le hizo sentir seguro. No se abrió con ella, pero tampoco intentó salir corriendo. Le dijo a Chris que volvería, pero solo si él iba con él. Así que, una vez cada dos semanas, Chris y Peter tenían una cita en el centro de la ciudad.
El tiempo voló y antes de lo que esperaban se encontraron celebrando el cumplimiento del primer mes de los gemelos en casa. Todo había ido bastante bien en los últimos días. El comportamiento de los chicos era excelente, aunque puede que en parte se debiera a que se acercaba un examen de matemáticas importante para los gemelos, y Peter pasaba mucho tiempo estudiando. Nick en ocasiones le ayudaba, aunque en general se le veía menos presionado. No parecían tener tiempo para armar ningún escándalo. Como los chicos se pasaban gran parte de la tarde estudiando, Chris se pasaba gran parte de la tarde con Leo, ayudándole con los deberes, jugando con él y dedicándole todo el tiempo que podía, para que el chico no se viera afectado por tener menos atención que cuando era hijo único.
- ¿Podemos ir al parque? – le preguntó una tarde en la que ya habían hecho de todo.
- Aun estás castigado, campeón. Nada de parque.
- ¡Pero un mes es mucho tiempo! ¡Solo jugué un rato con la pelota!
- Sí, y sabes que no podías hacerlo. Y por si eso te parece poco te colgaste de la barandilla. ¿Hablamos de castigos justos? Porque creo que sé quién sale perdiendo....
Leo, sabiamente, dejó el tema, pero sacó las témperas: sabía que Chris las detestaba, porque siempre ponía todo perdido. De esta forma, cuando Nick bajó al salón les encontró cubiertos de pintura hasta en la cara. Chris tenía la nariz amarilla.
- ¿Qué es esto? ¿Os divertís sin mí?
- No queríamos molestarte mientras estudiabais.
- Bueno, pues ya no voy a estudiar más. Peter me irrita con su histeria crónica. Así que trae para acá el azul, Leo, que quiero recordar cómo era esto.
- Yo subiré a hablar con Peter – dijo Chris, suspirando, dejándole el relevo a Nick. Iría a tranquilizar a Peter. Le gustaba que se tomara en serio los estudios, pero no era necesario que se pusiera tan nervioso por un examen. Antes de ir al cuarto de su hijo, se lavó las manos, que parecían un arcoíris, y preparó dos vasos de zumo: uno para él y otro para Peter. Entró en el cuarto del chico tras llamar a la puerta, y le vio sentado con la mirada fija en un libro. Ni siquiera le miró, como si no se hubiese dado cuenta de que entraba.
- ¿Qué tal vas, Pete?
- Mal. Hay muchos ejercicios que no me salen.
- No te preocupes, ya te saldrán. Y si no, no pasa nada.
- Sí: pasa que suspenderé el examen.
- Eso no lo sabes. Y tampoco sería algo tan grave. Aun cuentas con el examen trimestral.
- ¿Y si suspendo también ese? Suspenderé la asignatura.
Chris se sentó en la cama, y dejó la bandeja con los zumos a un lado de la mesa.
- El mundo no se acaba porque no lo apruebes todo a la primera – dijo Chris, con calma. – Tan malo es el desinterés como la sobrecarga. Encuentra un término medio.
- Eso dices ahora.
- Y lo diré también después. No me enfadaré si suspendes ese examen: te he visto estudiar y esforzarte demasiado. ¿Por qué no haces un parón y bajas con nosotros? Creo que Leo va a redecorar la cara de Nick, como ha hecho con la mía.
Peter esbozó una media sonrisa, pero no hizo ademan de levantarse.
- Luego. Tengo que terminar esto.
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Formando una familia [FANFIC DE EMBRUJADAS]
FantasyChristopher Halliwell , el hijo mediano de Piper Halliwell, intenta superar la muerte de su esposa y llevar una vida normal con su hijo Leo. Todo empieza a cambiar cuando decide ser padre por segunda vez y las cosas no salen exactamente como lo habí...