CAPÍTULO 19: El equilibrio del universo

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La forma en la que Peter se enteró del secreto de la familia no fue la mejor. Al menos, no fue la que Chris hubiera escogido.

Christopher se pasó el resto del día buscando la manera de hablar con Peter y explicarle lo de la magia. No era sencillo. ¿Qué iba a decirle? "Hola hijo, soy un brujo y un luz blanca". 

Con Nick ni siquiera había pensado en las consecuencias: su hijo se había hecho daño y el tenía que curarle. Y, aunque el chico se lo había tomado bien, estaba muy extraño. Muy callado, y semiausente. Cuando le preguntó al respecto, Nick solo dijo:

- Tengo mucho que asimilar. Las reglas del mundo han cambiado. 

Antes de ocuparse de Peter, quería que Nick terminara de aceptar lo que le había contado. Debía estar ahí por si el chico venía con preguntas... aunque en realidad no le hacía ninguna, como si no quisiera pensar en todo lo de la magia. Quizá lo mejor fuera cambiarle de tema, hacer que pensara en otra cosa. Y Chris sabía exactamente sobre qué hablar con Nick. De hecho, tenían un tema pendiente. Aprovechó mientras los dos estaban juntos en la cocina, preparando la comida.

- Aun no me has dicho qué te paso ayer.

En seguida notó cómo su hijo se puso tenso.

- Hormonas. Adolescencia.

- Eso no te lo discuto, pero te pasaba algo. Algo en concreto.

- No me pasaba nada.

Chris resopló. Al final, por una cosa o por otra, Nick siempre acababa por no decírselo. Chris no insistiría si la cosa se hubiera limitado a un par de gritos y malas respuestas, pero es que Nick le había mirado como si quisiera matarle, y de hecho le había empujado. ALGO le pasaba, y Chris quería asegurarse de que quedaba solucionado.

- Nick, sé razonable. ¿No crees que, si me dices qué pasaba, puedo intentar arreglarlo? Si es por algo que he podido decir o hacer sin darme cuenta...

- Oh, si cuenta te diste. Perfectamente.

- O sea, que sí que te he hecho algo...

Eso era un avance. Al menos Nick ya no negaba tener un motivo. Pero luego frunció el ceño. ¿Qué había hecho él? Trató de pensar en el día anterior. Hasta el momento del castigo todo había ido bien con Nick.

Nick por su parte, pensaba de nuevo en esa mujer sin rostro, que iba a quitarle aquello tan fantástico que tenía ahora: una familia. Y no cualquiera. Una familia de brujos. Un ángel. Chris era un ángel, lo llamara él como lo llamara. Luz blanca, linterna azul, daba igual. Era un ángel. Era la respuesta a las oraciones vacías de dos niños pequeños que querían un salvador. Nick, en cierta forma, ya veía a Chris como una especie de ángel antes de saber lo que era. Y no iba a dejar que ahora viniera una mujer a quitárselo. Chris era SUYO, pero aquello era demasiado infantil como para decirlo en voz alta.

- No vas a decírmelo, ¿verdad?

- No – dijo Nick, con firmeza. Chris suspiró. – Castígame si quieres, pero no te lo diré.

"Al menos no me ha mentido" pensó Chris, que en realidad no tenía pensado castigarle. No le parecía el mejor método de comunicación con su hijo: dime qué te pasa, o te castigo. Seguro que incumplía varias reglas de la psicología. Pero decidió advertirle:

- Si vuelvo a hacer lo que sea que te haya molestado, no podrás culparme. No puedo saber lo que te molesta si no me lo dices.

Nick no dijo nada. Siguieron cocinando en silencio, hasta que Chris recibió una llamada. 

Formando una familia [FANFIC DE EMBRUJADAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora