Vol. I Capítulo 8: En el espejo

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Volumen 1: "Singularity zone"

Un mundo no diferente al nuestro: Guerras, hambruna, miseria, dolor y sufrimiento.

Desde los confines del firmamento. Choques estelares dieron lugar a un gran cataclismo que se tragó incluso a la luz, un punto oscuro en el universo, tan masivo que deformo la misma realidad, fruto de la muerte de una estrella...

En una agonía terrible que se consumía por completo en su propio vacío. Sus semejantes tuvieron miedo al sentir y presenciar como uno de sus hermanos caía, se alejaron, pero el destino quiso que esta repentina muerte fuera la más cruel de todas. En su lecho de muerte, no, en el principio de su transición, logró explotar en millones de pedazos. Sus hermanos al ver esto lloraron su pérdida, pero eso les costó su propia existencia... El fantasma de la muerte hizo su aparición y devoro uno a uno de los hermanos astrales. Esto no es un sueño, tal vez una casualidad, pero nunca un error.

John despertó de un profundo sueño con una sensación de persecución. El sudor le recorría toda la frente, su pecho le dolía y su cuerpo estaba tensó. Se levantó y comenzó a respirar con mucha dificultad, sus ojos estaban rojos y llorosos lo que notaba una gran fatiga. Su visión era medio borrosa, pero aun así llegó al baño de su habitación.

"Se está saliendo de control."

Abrió la puerta, dirigió sus manos al lavado, abrió la llave y sin pensar puso su cabeza mientras el agua fría caía. Se relajó y dejo que el agua siguiera cayendo, mientras lentamente los ojos se abrieron, después de cinco minutos, recién pudo sentir la vida fluyendo por todo su cuerpo. Su respiración se suavizó y se vio al espejo con una cara entre tranquilidad y preocupación.

__ Estoy cansado, pero... Debo seguir... No importa el precio...

En esa última frase sus labios apenas se tocaron, sus ojos fueron más sombríos, lo que al final dejo una expresión de frialdad. No es el momento de mostrar debilidad.

John se miró fijamente al espejo, como si buscará algo... Tu reflejo nunca miente.

__ Ese no soy yo...

__ Tal vez no.

Esa era la vos de la misma persona con la que había hablado antes.

Esa frase cruzó hasta donde estaba John. Una figura envuelta en luz solar al que no se le veía el rostro. Abrió la puerta externa y sin vacilar le dijo: John, Te tenemos otra misión.

John se dio media vuelta y con el rostro empapado lo miro, fijamente a los ojos, con una simple pregunta: ¿Quién tiene que morir esta vez?

A pesar de su condición, no mostraba si quiera algún signo de inferioridad, más que eso, el ambiente se llenó de una gran carga emocional que fue reducida en una sola persona.

Tetsuo Kira le respondió:

__ Se te encarga la tarea de entrenar a los sujetos de prueba para el emergente proyecto Vortex.

John le tomó la palabra y asintió con la cabeza.

__ Los datos se te dejarán en tu escritorio y no te preocupes está vez no habrá errores que lamentar. -- Tan frío y a la vez firme con cada palabra.

Al concluir sus palabras, Tetsuo, cerró la puerta externa y se fue. Otro día en un mundo que conoció la desgracia de los cielos.

John no pudo negar el hecho que está no era una misión simple. Se reanudará la cadena de muertes.

__ Tetsuo... Te has vuelo un títere del poder.

John dijo esto mientras miraba como este se marchaba, tan distante a pesar de estar cerca, sin ninguna señal de humanidad.

John seguía pensando.

"Seguramente, no, nunca acabará."

Todo lo que podía ver era una sombría habitación metálica que lo separaba físicamente de la realidad de este mundo.



En algún lugar muy lejos de nuestro entendimiento, un acontecimiento resonaba en todo lugar: Un choque de fuerzas que se negaban a retroceder...

El Ente era como una estrella que se movía entre un cielo azul. Un golpe semejante a un cometa que cruza el universo, tan poderoso, pero a la vez tan fugas.

Su voz sucumbió ante una gigantesca avalancha. Así como atacas así serás atacado, nada más que silencio, la bestia de los cielos mostró su poder desencadenado su furia. Otras dos garras oscuras surgieron del cielo carmesí y lo aplastaron hasta llegar al congelado suelo.

Su guadaña estaba lejos así que recibió un impacto directo. Toneladas de nieve y hielo lo sepultaron, los relámpagos de sangre golpearon todo su cuerpo.

Unas grandes fauces descendieron del cielo carmesí. No eran sólo nubes, dientes formados por hielo, ya está realidad, de por sí, es muy confusa.

Así como el Ente fue golpeado, así también Mikio fue golpeado, pero de forma diferente. Un certero corte emocional.

La bestia de seis cabezas finalmente habló: ¿Por qué crees que te deje avanzar?

Está pregunta lo hizo detenerse bruscamente. Una duda pasó por su mente, era como si volviera en sí, lo cual era extraño debido a la situación en la que estaba metido. Su estado de euforia se partió a la mitad.

Todo este tiempo se había sido guiado por su instinto, hasta ese momento él no percibía por completo la abismal diferencia que había entre ambos... A Mikio esto no le importo mucho.

Mikio trató de olvidarse de eso, pero otras dudas cubrieron su consciencia.

"Estoy en mi mente ¿Verdad? Si estoy ganando ¿Por qué no creo lo que veo? Aquí hay algo raro y de por si todo ya es extraño "

Sus manos aún sostenían los ojos que le había arrancado, pero a pesar de tener esa aparentemente ventaja no se sentía satisfecho. Había algo: "¿Estoy encerrado en mi propia mente? Si es así... Se me acaban las opciones, tiene que haber algo que no estoy viendo. "

Como una flecha que penetra en tu alma, un infierno que atraviesa tu tenue paraíso, una mordida que destruye tu carné y una Luna que tapa tu Sol... Una respuesta que contesta todas las preguntas.

La voz bestial y serena apareció entre la confusión. Su presencia estremeció todo ese inexistente lugar

__ Esto es un espejo que absorbe la realidad.

Tan silencioso como siempre, pero tan certero como nunca antes... Esas simples palabras atravesaron todos los pedazos de la personalidad de Mikio.

Un mar de entendimiento y dudas se expandieron por toda su conciencia en forma de hielo, la existencia de Mikio no tenía ni el más mínimo sentido y eso fue la mecha que encendió un fuego eterno.

Los bordes de ese inexistente lugar se comenzaron a formar cristales de hielo.

El mismo Mikio comenzaba a congelarse por su propia voluntad.

Eien no yume: Soul of emptinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora