Para cuando Izuku regresó de su paseo con Kaminari, había anochecido, lo que cabreaba a Shoto. No paraba de preguntarse si le habría ocurrido algo, si Denki habría intentado algo con ella.
"No debí haberla dejado ir sola con él." Se reprochaba, paseando de un lado a otro de la habitación.
-Y encima no coge el teléfono.-refunfuñó en voz alta, apretando con fuerza el móvil tras oír sonar por octava vez el buzón de voz.-¿¡Dónde mierda se ha metido!?
Su respuesta no tardó en llegar, ya que escuchó unas risas procedentes del pasillo, y reconocería la de la peliverde a kilómetros de distancia. Caminó, cabreado, hacia la puerta; pero, cuando puso la mano en la manilla, se detuvo, consciente del número que montaría de hacerlo. Prefirió esperar, prefirió escuchar lo que ambos decían, prefirió darse la vuelta y aparentar no estar histérico cuando entrara.
-¿Nos vemos entonces mañana antes de desayunar?-escuchó a Denki hablar, tras la puerta de madera. Una oleada de rabia surcó sus venas.
-Claro, hablaré con Todoroki, no habrá ningún problema.
-De acuerdo.
Y tras aquello, silencio. Un silencio incómodo. Un silencio aterrador. Un silencio que Shoto no sabía interpretar. Un silencio que podría significar muchas cosas. Desde que simplemente no sabían qué decir, hasta darse un abrazo o incluso el lote. ¿Hasta dónde se habría propasado aquella noche el rubio? ¿La habría besado? ¿Tocado? ¿Cogido de la mano, siquiera? ¿Confesado? ¿Eran amigos? ¿Pareja? ¿Amigos con derechos?
"Relájate, Shoto. Se te está yendo la puta olla. Sabes perfectamente que Izuku no se liaría con nadie tras doce horas de haberlo conocido. No seas imbécil, estás obsesionado. Cálmate antes de que entre." Se trató de convencer, a sabiendas de que aquellas preguntas necesitaban la respuesta que él quería, exigía y necesitaba.
Por esa misma razón, cuando Izuku al fin abrió la puerta, aquel autocontrol que estuviera tratando de controlar se desvaneció, y se giró muy enfadado hacia su protegida.
-¿¡Por qué mierda no me cogías las llamadas!?-fue lo primero en espetarle.-¿¡Sabes lo preocupado que estaba!? ¿¡Lo intuyes, al menos!? No, claro que no. No tienes ni puta idea.
Izuku lo miró, sorprendida de aquella reacción.
-Shoto, cálmate, no le tenía volumen. Estoy bien.-le dijo, tratando de tranquilizarlo.
-¡¡Me da igual!! ¿¡Te das cuenta del aprieto en el que me podrías haber metido!? ¡Mi trabajo es estar detrás de ti las veinticuatro horas del día aquí!
Shoto había perdido los estribos de la preocupación que lo llevaba abarcando casi dos horas. Exagerando un poco, llegaría a las tres. Sus deseos de abrazarla para convencerse de que estaba allí con él y no perdida lo impulsaban. Pero supo retenerse. Supo que no era lo correcto. Sus trabajos consistían en protegerla y matarla a la vez. No se dio cuenta de que ya lo estaba haciendo por dentro.
-No me eches todas las culpas ahora.-habló Izuku, tranquila, para así poder calmarlo a él.-Tú me dejaste ir con Denki a solas.
-Ya lo sé...-gruñó el bicolor pasándose una mano por la cara.-Joder...ni se te ocurra volver a darme estos sustos.
-Lo siento.-dijo ella, casi inaudible.
Un silencio incómodo los rodeó entonces. Ninguno sabía qué decir o qué hacer. Estaban confusos y avergonzados. ¿Cómo actuar normal desde entonces delante del otro cuando estuvieran a punto de besarse? Muy fácil, no podían. Aquello había marcado un antes y un después, y no sabían si para bien o para mal. Y tardarían en descubrirlo.
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El Brillo De Tus Ojos | ᵀᴼᴰᴼᴰᴱᴷᵁ-ᶠᴱᴹ
FanfictionOdiar por inercia es la manera más sencilla de desquitar la furia, Shoto lo sabe a la perfección. Sin embargo, no desaprovecha la oportunidad que le ofrecen de vengarse de quien considera el detonante de la nefasta vida que lleva, arrebatándole a lo...