《Capítulo 27:》"Combate"

966 97 27
                                    

Una vez un corazón es roto, volver a construirlo es una tarea larga, dolorosa y complicada. Todos esos sentimientos acumulados que se crearon gracias a hechos, deben asentarse y hacerse a la idea de que no van a volver a ocurrir, que todo fue una máscara que la vida colocó para así dificultarla un poco más si es posible.

Pero Izuku no quería hacerse a la idea. Solo su preciado gato fue consciente de todas aquellas lágrimas derramadas las siguientes semanas, de aquellos llantos que no cesaban por mucho que tratase de consolar a su dueña, de aquellos ataques de ira que la hacían gritar y que luego dejaban paso al infernal sentimiento de humillación y debilidad. Todo lo había provocado una simple palabra que Shoto pronunciara en respuesta a su pregunta. Y lo peor era que incluso el propio Negan le recordaba al bicolor, ya que ambos encontraran en su nombre un tema de conversación que los acercó.

Nadie era capaz de comprender ese tremendo ardor que no abandonaba su pecho, esa presión y ese dolor que continuamente la animaban a llorar, a desahogarse y a repetir ese proceso una y otra vez, hasta que no le quedaran más lágrimas que derramar.

Aún con todo, la peliverde siguió el consejo de su querida amiga Ochako, y Denki Kaminari se convirtió en su pequeña distracción. Había quedado con él múltiples veces, y mientras lo acompañaba, toda señal de dolor se desvanecía, haciéndola sentirse segura, que podría volver a comenzar. Y realmente deseaba aquello. Olvidar todas las sensaciones que Todoroki había provocado en su cuerpo, olvidar el sabor de sus labios, olvidar su preciosa sonrisa que llevaba semanas sin volver a ver, olvidar el ardor a tabaco al que se había terminado acostumbrando, y el perfume que tanto le gustaba espirar.

Pero no fue suficiente. Ni siquiera Denki fue capaz de ayudarla lo necesario, y poco después de todo lo ocurrido con su guardaespaldas, la joven Midoriya supo que sobre ella había caído la pesada carga de la depresión. No tenía ganas de nada, su ánimo se encontraba por los suelos, su humor era muy bipolar, las lágrimas se le salían con cualquier chiquillada, y ya nada le resultaba a la altura.

Su mente se encontraba perdida. Caminaba de vuelta a casa tras haber pasado la tarde con su rubio amigo, seguida desde cerca por el bicolor. Tenerlo tan cerca y no ser capaz siquiera de dirigirle una palabra la mataba de tal manera que debía hacer grandes esfuerzos por no llorar en aquel mismo instante. Esfuerzos que le costaban más que levantarse por las mañanas.

Anochecía, una densa niebla empezaba a asentarse en la ciudad, a penas pasaba gente por donde ellos caminaban, y la luz de las farolas comenzaba a ser insuficiente. Aunque la primavera estuviera a punto de comenzar, sentía un intenso frío escalar cada poro de su piel. No le gustaba aquel ambiente, no le parecía seguro, y algo le decía que estaba en lo cierto.

No era la única en pensarlo, el mismísimo Shoto rondaba esa idea desde hacía un buen rato, y había acortado la distancia entre la chica y él por seguridad. ¿Quién no le decía que Dabi había enviado otro psicópata para atacarlos? ¿Quién se lo garantizaba? Nadie, porque él sabía que aquel hombre estaba dudando seriamente sobre las decisiones que el bicolor tomaría en un futuro. Ya no podía fiarse de él completamente.

Comenzó a mirar en todas las direcciones en busca de algo que le hiciera saber qué iba a ocurrir. No estaban solos, podía sentirlo, alguien se estaba moviendo cerca de ellos muy sigilosamente. Dejando de lado los problemas que tenía con la menor, la agarró de la muñeca para detenerla al mismo tiempo que seguía buscando algo que le afirmase aquello, que alguien los seguía desde que las calles se quedaran desiertas.

Sintió la piel de la muchacha herizarse ante su contacto, y supo que acababa de sorprenderla enormemente. Llevaban sin tener un mísero roce casi un mes. Aquello era totalmente inusual en aquel instante. Pero no fuera de lugar, pues ella se sentía más segura sabiendo que Shoto seguía totalmente dispuesto a protegerla, a costa de su vida si era necesario.

El Brillo De Tus Ojos | ᵀᴼᴰᴼᴰᴱᴷᵁ-ᶠᴱᴹDonde viven las historias. Descúbrelo ahora