《Capítulo 26:》"Olvidarte"

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Llamó un par de veces antes de abrir la puerta tras recibir el permiso para entrar. No sabía muy bien qué decir ni qué hacer en aquellas circunstancias. Tenía la garganta seca y los cables cruzados, de aquella reunión podría salir cualquier cosa. Las preguntas que le podría hacer podrían ser de cualquier cosa, y él tenía que hacer dos cosas: sacar información y ocultar lo ocurrido con Izuku.

Pasó al gran despacho del señor Midoriya con el corazón latiendo apresuradamente. El padre de la joven se encontraba detrás de su escritorio, ojeando una montaña de papeles. Parecía muy concentrado, con miles de cosas surcando por su cabeza. Todoroki se preguntaba si entre ese remolino formado en su cerebro, se encontraba la idea de pagar de una vez a Dabi y ahorrarle a él y a su hija tanto dolor y sufrimiento. De eso ocurrir, el bicolor era consciente de que podrían ocurrir únicamente dos cosas. La primera, que pudieran amarse sin obstáculos. La segunda, que él nunca volvería a verla y le daría la oportunidad de ser feliz con alguien que pudiera asegurarle estabilidad tanto emocionalmente como en la vida. Y Shoto no estaba seguro de ser ese hombre.

El señor Midoriya alzó la vista hacia el guardaespaldas y le sonrió, dejando de lado el papeleo.

-Buenos días, señor Todoroki.-lo saludó, amablemente.

-Buenos días, señor.

-Siéntese, por favor.-se puso en pie en señal de recibimiento.

A regañadientes, el bicolor obedeció y tomó asiento enfrente del hombre. Este avanzó unos instantes hacia su minibar y le tendió una copa de lo que asemejaba champán. No la rechazó, necesitaba algo de alcohol.

-Cuénteme, señor Todoroki. ¿Cómo fue la estancia en España?

"Horrible. Me di cuenta de que amo a su hija, la besé, le di esperanzas y ahora le rompí el corazón." Estuvo tentado a decir.

-Acogedora. Fueron cuatro días muy bien aprovechados. La señorita Izuku estuvo muy feliz y disfrutó profundamente con el concierto. No hubo indicios de amenazas externas ni espías, ni gente que la vigilara constantemente.-"Básicamente, porque de eso me encargo yo."

-Ya veo. Me alegro de que lo pasara bien.-sonrió forzadamente.-¿Sabe, señor Todoroki? Estuve barajando la idea de pagar de una vez lo que debo y librar a mi hija de la carga que esto le supone.

Algo en el interior del joven dio un vuelco. Dejó mostrar sorpresa ante el hombre unos instantes, contrariado. Pensar que ese idiota había razonado bien y que probablemente todo aquel infierno terminaría, le hacía sentirse algo mejor. Quizás podría sacar algo positivo de toda aquella mierda que ya le alcanzaba el cuello.

-Pero, a la vez, no quiero hacerlo.-esas palabras fueron suficientes para querer golpear al padre de Izuku. Apretó los puños con fuerza para contenerse.-Es mi forma de decirle a ese hijo de puta que puedo proteger a mi familia de él.

"¿¡Que puedes proteger a tu puta familia cuando estoy yo aquí, infiltrado, y con la misión de asesinar a tu hija, de la que estoy jodidamente enamorado!? ¿¡Pero realmente crees que puedes ganar contra alguien como Dabi!? ¡¡INSENSATO DE MIERDA!!" Shoto estuvo tentado a gritarle todo aquello, a dejarle claro que no podía proteger a nadie y que los estaba sentenciando. Pero se calló, como siempre.

"Si de verdad la amaras, no te callarías." Le dijo una vocecita en su cabeza.

Apretó la mandíbula tan fuerte que sintió que se le iba a desencajar. El señor Midoriya era un gilipollas, un mierdecilla que se creía mierda en mayúsculas y con todas sus letras, pero no era ni siquiera eso. Un puto cobarde amante del dinero que ponía en peligro a su propia familia con tal de no pagar.

El Brillo De Tus Ojos | ᵀᴼᴰᴼᴰᴱᴷᵁ-ᶠᴱᴹDonde viven las historias. Descúbrelo ahora