Capitulo 20

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Puse lo ojos en blanco, Louis a veces podía ser un odioso, me acerque a él y me senté a su lado, le quite un pedazo de fruta que se iba a comer. Mi amigo tomó el control del aparato y bajo el volumen.

—¿Como dormiste?— dijo sin dejar de comer.

—bien— me encogí de hombros.

—¿A qué hora es tu cita?— seguí comiendo su fruta.

—a las 5 ¿Que vas hacer respecto a tu esposo?— pude ver algo de preocupación en sus ojos. Louis siempre se ha preocupado por mi y yo por el y aunque yo este casada eso no cambiaria.

—no tengo idea...

Y era verdad, no tenía ni idea que iba hacer, aun estaba molesta pero más que nada estaba triste. Toda mi vida se volvió un caos desde que conocí a Taylor, nunca pensé que alguien podría hacerme feliz un dia y destrozarme al siguiente. Le dije a mi amigo que tomaría una ducha, el agua me relajaría un poco y tenía la esperanza de que mi mente se despejara. Salí del baño y me puse la misma ropa que tenía ayer, la pijama que me había prestando Louis era la misma que siempre usaba cuando me quedaba, tomé mis cosas y salí a la sala.

—¿A dónde vas?— me pregunto mi amigo quien ahora estaba en la cocina lavando los platos del almuerzo.

—pasare el dia con Demian, he descuidado mucho a mi hermano.

—si anda, ve a pasear por la ciudad en tu auto nuevo de lujo- se burló mi amigo.

Lo mire con mala cara mientras le mostraba el dedo medio de mo mano derecha, mi amigo seguía burlándose de mí, cuando por fin se canso, levantó las manos en modo de rendición y se disculpó.

—ojala te dejen plantado—le dije molesta.

—jaaa, eso quisieras, ya largate de mi casa.

Me colgué mi bolso y abrace a Louis, le di un beso corto en los labios y salí a toda prisa. Al llegar a casa de mis padres pude notar que no estaban como siempre, los fines de semana tienen eventos o fiestas. Subí hasta la habitación de Demian y toque a su puerta, cuando la abrió sonrió de oreja a oreja y me abrazo.

—¿Quieres salir a pasear?— mi voz era entrecortada, ver a mi hermano me emocionaba mucho.

—por supuesto que sí...— sus ojos brillaban de emoción.

—solo me cambio de ropa y nos vamos ¿Ok?

—ok...

Mi hermano me soltó y fui a mi antigua habitación, la cual para mi sorpresa seguía igual. Tome algo de ropa limpia y me cambie, no tarde nada ya que me había duchado en casa de Louis, estaba maquillandome un poco sobre mi antiguo peinado cuando mi hermano toco la puerta.

—ya estoy listo— dijo cuando entró

—yo tambien— me levante del banquillo —y... ¿A dónde quieres ir?

—mamá prometió llevarme al centro comercial, a la librería... hay un libro que quiero comprar.

—esta bien, vamos...

Salimos de la casa y nos subimos al auto que me compro Taylor, Demian me pidio permiso para poner música y acepte, conectó su celular y de inmediato Little Mix resonaba en todo el auto, empezamos a cantar como locos, me encantaba ese grupo y a mi hermano también.

https://youtu.be/DlsD_cifOsk

Siempre me divertía mucho con él, cuando llegamos al centro comercial nos pusimos a recorrerlo de principio a fin, le compre a mi hermano el libro que quería, comimos, jugamos, paseamos y demás cosas. A las 6 de la tarde ya estábamos cansados, habíamos caminado mucho, lo cual agradecia porque no me acordé de Taylor en todo el día. Subimos al coche para ir de regreso a casa, mis padres ni siquiera notaron que Demian no estaba y eso me ponía muy triste. Cuando llegamos a la casa me despedí de él y se lo encargue mucho a Gloria, ella lo quería mucho y lo cuidaba muy bien.

Ya era hora de volver a casa y enfrentarme a Taylor, no podía hacer nada, el divorcio ni pensarlo y además no tenía a donde ir, ni loca volvía con mis padres. De pronto una idea cruzó por mi cabeza y se la plantearia a Taylor cruzando los dedos para que aceptara. Maneje hasta el apartamento, salí del auto y llame al ascensor, estaba un poco nerviosa pero no tenía más remedio, además de que no quería admitir que no quería separarme de él, lo quiero como una tonta y pensar en perderlo me dolía demasiado. Me había enamorado de mi esposo, pero en vez de sentirme feliz, estaba triste y destrozada. El ascensor se abrió y entré al apartamento, deje mis cosas sobre el sillón y me quite los tacones, escuche que alguien bajaba las escaleras, era Teresa quien ya se marchaba.

—¿Como esta señora?— me dijo la mujer con una pequeña sonrisa.

—bien Teresa ¿Y tú?— respondí amablemente.

—cansada, pero ya me voy a casa...

—descansa Teresa.

—gracias señora, igual usted... la molesto si llama el ascensor por favor.

—claro que no— camine hacia el pequeño aparato y coloque mi huella. La mujer me agradeció con un gesto, cuando entro al ascensor me sonrió y levantó la mano para despedirse. Regrese a la sala y me dejé caer en el sillón, escuche que Teresa tecleaba el código de seguridad del ascensor y después como este se cerraba, subí los pies al sillón, los abrace y recargue mi cabeza en mis rodillas, sin darme cuenta Taylor me miraba desde la puerta de su despacho.

—¿Donde estuviste?— me dijo tomándome por sorpresa.

—por ahí— dije sin voltear a verlo.

—estaba preocupado y me mentiste.

—ah si...— no pude evitar reírme —yo soy la mentirosa, la que engaña, genial...— me encogí de hombros.

—pensé que te había pasado algo, ¿Porque demonios no contestas tu celular?

—no tienes tanta suerte amigo, ademas si me hubiera pasado algo seria mejor para ti ¿no? Así te librarias de mí— no se de donde saque esa palabras, me puse un poco triste al escucharlas.

Taylor camino hacia la sala con semblante serio, parecía que mis palabras le hubieran dolido, se arrodillo frente a mí, yo estaba abrazada de mis rodillas y solo lo observaba.

—jamás repitas eso— me miro molesto, una mirada que jamás habia visto en él, realmente esta furioso —no quiero que nada te pase— colocó sus manos al lado de mis piernas de forma que quede atrapada, mi respiración se empezó acelerar y mi corazón palpitaba a mil por hora. —acabo de perder a una persona que era muy importante para mí, ¿Conoces ese dolor? Porque parece que no, si te llegara a pasar algo yo me muero— parecía sincero y su mirada reflejaba dolor.

—lo siento...— dije arrepentida de mis anteriores palabras —me quede en casa de Louis y hoy lleve a Demian de paseo— no se porque sentía la necesidad de darle explicaciones.

Me obligo a bajar los pies del sillón, separó mis piernas y se colocó en medio de ellas, después me tomó del rostro para comenzar a besarme, no pude negarme porque yo lo deseaba tanto o más que el. Lo tome por la cintura y lo acerque mas a mi, el gimió en mi boca, mientras profundisaba más el beso, su lengua danzaba al par con la mía.

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Claudia Franco ❤️

Un mal negocioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora