Capitulo 38

712 46 2
                                    

Le dije que si con la cabeza, se separo de mi, me ofreció su mano y yo la tome. Ambos subimos juntos la escalera y caminamos hasta nuestra habitación. El cuarto de Demian estaba hasta el fondo del pasillo, fui a ver que hacía, pero él ya estaba dormido. Cerré la puerta y camine hasta nuestra habitación nuevamente, Taylor me esperaba en la puerta. Entramos en ella y camine directo al closet, saque una pijama para mi y otra para Taylor. Me acerqué a él para darle la pijama, pero solo la tomo y la colocó en un sillón que tenía en la esquina del cuarto, hizo lo mismo con la mía.

—¿Te ayudo a desvestirte?— dijo acercándose a mi.

—por favor…

Me colocó de espaldas a él y empezó a bajarme el cierre del vestido, su manos cálidas acariciaban mi espalda desnuda, comenzó a moverlas hasta llegar a las mangas y comenzó a bajarlas para quitarme el vestido. Pronto quede en ropa interior, me gire para quedar frente a él para comenzar a desabotonar su camisa. Sus ojos azules me miraban llenos de amor, pero también llenos de lujuria. Le quite la camisa y después seguí con sus pantalones, mi esposo solo me sonreí mientras yo me dedicaba a desnudarlo.

—pense que tu me quitarías la ropa— le dije alzando una ceja.

—ya casi termino, en cambio tú— miró sus pantalones —tardas demasiado.

—cállate— me reí —deja de usar pantalones tan ajustados— bromee —así no tardaría tanto en quitartelos.

—me encanta usar pantalones ajustado, resaltan mi atributo principal— señaló su pene. 

—eres un tonto— por fin se los baje y Taylor los pateo para quitarselos.

Cuando estaba solo en boxer continuó con su tarea, comenzó a besarme los hombro mientras me quitaba el sostén. Su barba naciente me picaba, mientras él seguía su camino de besos yo le acariciaba el pecho. Me encantaba jugar con el pelo que cubría algo de su pecho, era tan suave y olía tan bien. Dejó de besarme, me tomo de las manos y me guió hasta la cama, me recostó en ella y volvió a besarme desde el cuello hasta el vientre. Mi cuerpo solo se retorcía ante los escalofríos placeres que me hacía sentir. Colocó sus manos en mis caderas y comenzó a bajarme la pantaleta. Se colocó en medio de mis piernas y comenzó besarme los muslos, poco a poco hasta llegar a mi vagina. Comencé a gemir cuando introdujo su lengua en mi abertura. Tome a Taylor del pelo y comencé a jugar con él mientras mi esposo seguía devorando mi parte intima. De pronto abandonó mi vagina, se acercó para besarme y sin darme cuenta me penetro, lance un gemido que él cubrió con su boca. Comenzó a mover más cameras muy lentamente, era una dulce tortura. Escondió su rostro en mi cuello, su respiración era agitada. Abrace sus caderas con mis piernas y la embestida se hizo más profunda. Mis manos aferrada a su espalda, unos cuantos movimientos mas y alcance el orgasno, hice la cabeza haci atras y solté un grito de placer mientras me retorcia con las sacudidas de mi orgasno. Taylor siguió su dulce tortura hasta que minutos después hizo lo mismo que yo y llego al orgasmo.

Aun desnudos. Taylor se acostó con medio cuerpo encima de mi y acariciaba mi vientre con el pulgar, su cabeza estaba entre mis pechos. Yo jugaba con su pelo, pero quería ver sus ojos, aquellos que tanto amaba. Lleve mis manos a su rostro y lo hice que me mirada, esa mirada azul que me tenía fascinada, sus pupilas estaban algo dilatadas, siempre le pasaba eso a su mirada después del sexo. Me quede viendo fijamente a sus ojos, Taylor había apoyado su barbilla en medio de mis pechos y su barba rubia me picaba un poco. Siempre me perdía en sus ojos, al sonreír se le formaban algunas líneas en ellos. Amaba cada detalle de su rostro. Cada línea de expresión, cada lunar, sus labios delgados pero rosados y lo más importante amaba el brillo de sus ojos el cual se hacia mas intenso cuando me veían. 

—Gracias— mis manos acariciaban sus mejillas. 

—¿Porque?—dijo alzando una ceja. 

—por todo… pero principalmente, por amarme.

A la mañana siguiente los tres desayunábamos en el comedor, Taylor y yo ya estabamos cambiados mientras Demian aún estaba en pijama. Como me había levantado temprano les prepare unas crepas con fruta, licuado y jugo de naranja fresco. Sentía algo de nauseas pero tenía que comer, rezaba para que mi bebe aceptara la comida y no tener que vomitar. Mi hermano es muy observador y empezaría a interrogarme. 

—quiero que me acompañen a un lugar los dos— dijo Taylor mientras recogía los platos cuando terminamos de desayunar.

—¿A dónde?— preguntó Demian curioso.

—ya verán— llevo los platos al fregadero.

—deja yo lo hago— le dije a mi esposo levantándose de la mesa.

—no señorita, usted hizo el desayuno, yo lavo los platos— volteo a ver a mi hermano
—Demian ¿Me ayudas?

—si, yo lavo y tú secas— dijo levantándose de la silla y corriendo a la cocina. 

—ok— sonrió Taylor. 

Me senté en uno de los bancos de la barra y me puse a ver como mi esposo y mi hermano lavaban los platos. No podía ser más feliz, la sonrisa de Demian me decía que el tambien estaba feliz. En estos momentos es cuando nada más importaba, a pesar de lo que había hecho mi padre, me sentía afortunada por la familia que tengo. Por otra parte Louis va mejor con su recuperación. Mi padre se negaba a incapasitarlo, pero gracias a dios entró en razón. Mis dos chicos que tenía frente terminaron sus quehaceres, Taylor le dijo a Demian que se alistara para irnos y este se fue corriendo a su habitación. Mi esposo se acercó a mí y me abrazo, aun sentada lo abrace por el cuello y le rodeé la cintura con mis piernas. 

—¿Que traes entre manos?— le dije dándole un beso corto.

—a ti amor— sonrió. 

—tu amigo Kendall ¿No tuvo problemas el viernes?— le dije recordando que no habíamos ido a trabajar, cosa que no me agradaba mucho. 

—todo bien, no te preocupes…Ademas creo que Steven también va a intervenir en la empresa. 

—¿En serio? Me parece genial, que mejor que tus hermanos para ayudarte.

—lo se… es lo mismo que les digo siempre, pero a ellos les gustan otra cosas. Son empresarios también pero tienen otros negocios. 

Demian bajo corriendo las escaleras cambiado y con su mochila, llego hasta nosotros y se colocó al lado de Taylor quien aun me tenia abrazada.

—ya estoy listo.

—pues vamos entonces— Taylor me ayudo a levantarme del banquillo, tome mi bolsa de la barra y salimos los tres del departamento. Mi esposo llamo el ascensor, Demian siempre quería hacerlo pero era imposible porque su huella no estaba registrada. Al llegar al estacionamiento caminamos al coche de Taylor, este le quitó los seguros automáticos y Demian corrió para llegar primero a la parte de atrás del auto, cuando ya estábamos todos adentro el auto mi hermano saco su celular.

—¿Puedo poner música?— mi hermano conecto su teléfono al estero del auto antes de que Taylor respondiera.

—ya lo hiciste— le dije fingiendo mala cara, la musica empezo a sonar. 

Demian y yo comenzamos a cantar como siempre lo hacíamos, ambos amamos la música y se que Taylor también aunque no lo demostraba tanto. La voz de Ariana grande resonaba en el auto, mientras nos adentramos por las calles de la ciudad. No tenía idea a dónde nos dirigimos, de pronto tomamos la carretera que nos llevaría a las afueras de la ciudad. Taylor se veía muy emocionado, su sonrisa no podía ser más grande. 

—¿Porque sonríes? Cantamos horrible— le dije a mi esposo.

—claro que no, cantas muy bien, amo tu voz— me lanzó una tierna mirada. 

.
.

.
.

Lo prometido es deuda, aqui esta el otro capitulo, disfrutenlo mucho y dejen sus comentarios 🥰🥰 amo leer lo que me escriben. Gracias por leer y por apoyar este sueño loco mio de ser escritora 😘😘

.

Claudia Franco ❤️

Un mal negocioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora