Capitulo 13

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—¿Que? ¿Porque?— dije sorprendida por su revelación.

—mis padres estan educados a la antigua y si les digo que me case solo por el civil se van a morir de la vergüenza— Taylor se veía muy apenado —solo les diremos que estamos saliendo ¿Puedes hacerme ese favor?

—claro, pero...— mire mis anillos —¿Me los quito?

—solo el de boda y solo cuando estemos con ellos.

No pude evitar reirme, mi deseo mas grande es que este matrimonio no fuera real y ahora tengo que fingir que no estoy casada.

—¿Qué es tan gracioso?— dijo Taylor cuando me vio sonreír.

—la ironía de todo esto.

—lo se...— sonrió.

Volvimos a la compañía y seguí trabajando, me encantaba hacerlo y me distraía mucho, aunque aun no me acostumbraba al tan nombrado "señora Henderson" lo que me recordó que su familia pronto regresaría, ¿como hará Taylor para que los empleados no dijeran nada de la boda? No quería preocuparme de eso ahorita, así que mejor me puse a trabajar. A las 5 en punto tome mis cosas, salí de mi enorme oficina y camine hacia la de Taylor, antes de abrir la puerta escuche unas voces, era la de una mujer y la de Taylor, no le di importancia y decidí esperar hasta que se desocupara, pero algo llamó mi atención.

—esa esposa que te compraste es muy linda, la vi desde lejos.

Me acerque a la puerta para escuchar la respuesta de Taylor pero él hablaba muy bajo.

—¿Cuando vas a botarla y regresar conmigo? Sabes que desde siempre me has gustado.

Esa conversación despejó las dudas que yo tenia, Taylor si me había comprado, ¿Pero porque negarlo?, Algo se clavó en mi corazón, dolía mucho y no entendía porque, siempre supe que esto era solo un negocio, eso es lo que siempre he sido para Taylor... un negocio.

Salí del enorme edificio y tome un taxi rumbo a casa, los ojos me ardían por las lágrimas retenidas, ¿Porque me dolía tanto? Suspire profundo y cerré los ojos mientras el taxi me llevaba a casa. A las 5:40 ya estaba en mi habitación con una pijama, no tenía humor de nada, solo quería dormir y olvidarme de que mi padre y mi ahora esposo me veían como una mercancía. Me recosté en la cama y me cubri con una manta, cerré los ojos y me quede dormida. A las 7:15 un ruido me despertó de mi sueño, abrí los ojos y me senté en la cama, al parecer alguien estaba en la cocina y yo sabía quién era. Me levante de la cama, moría de sed asi que salí de mi cuarto, baje las escaleras y camine hacia la cocina, Taylor preparaba la cena, no dije palabra alguna solo camine hacia el refrigerador y tome un bote de agua.

—¿Porque no me esperaste?— dijo Taylor de pronto.

—lo siento, estaba muy cansada.

—¿Sabes algo? Acabo de cerrar otro contrato gracia a ti.

—bien— dije sin darle importancia.

—¿Bien?— sonrió —trabajaste duro en eso hay que celebrar.

—lo siento, no estoy de humor.

Empecé a caminar pero Taylor me tomó suavemente del brazo (muy diferente de como lo hacía mi padre) se colocó frente a mi y me miró directamente a los ojos.

—¿Que pasa? ¿Algo está mal?

Muchas cosas estaban mal, pero estaba cansada de todo esto, todo en mi vida era una farsa, y el hombre que tenía frente a mi era igual al resto, pense que le importaba, no como esposa pero si como amiga pero estaba muy equivocada.

—todo está mal, siempre a sido así y lo sabes.

—pensé que ya estabas más tranquila al respecto, ¿Puedo hacer algo? Odio que te sientas asi.

—¿Acaso te importa? Todo esto es mentira Taylor, solo te agradecería que dejaras de fingir.

—¿Fingir? ¿De qué hablas?

—a ti yo no te importo nada, solo compraste una esposa, deja ya de fingir...— me solté del agarre de Taylor y camine hacia las escaleras pero mi esposo rápidamente me impidió el paso.

—pensé que eso ya había quedado claro, yo no te compre, lo unico que queria era ayudarte.

Abrí la boca para responderle pero el teléfono de la sala comenzó a sonar, Taylor suspiro y camino hacia la pequeña mesa donde estaba el teléfono, lo levanto y contesto la llamada, aproveché para irme pero las palabras de Taylor me detuvieron.

—Diga... no es posible— su voz era entrecortada. —¿Como paso?— el rostro de Taylor pasó de serio a afligido, pude ver algunas lágrimas en sus ojos pero no estaba segura —¿Cuándo llega?... Si esta bien, mañana a primera hora estaré ahí.

Colgó la llamada y se dejó caer en el sillón, colocó sus manos sobre su rostro y recargo la cabeza en el sillón, algo malo pasaba, jamas lo habia visto asi. Muy despacio me acerque a él, no quería molestarlo pero quería hacerlo sentir mejor, a lo mejor podría ayudarlo en algo. Estaba de pie frente a él, pude ver como su pecho subía y bajaba, estaba alterado. Me arrodille y me coloque en medio de sus piernas entre abiertas, con las palmas de mis manos comencé a frotar sus muslos, la verdad no tenia idea de que estaba haciendo, solo quería hacer notar mi presencia. Un poco dudosa subí mis manos hasta llegar a su cintura y recargue mi cabeza en su pecho y lo estreche, de pronto sentí sus manos en mi espalda y su mentón en mi cabeza, lo abrace fuertemente, solo quería que supiera que estaba ahí para el.

—mi abuelo murió— tenia problemas para hablar, creo que estaba conteniendo las lágrimas —mañana llega su cuerpo desde España... fue un paro cardiaco.

—lo siento tanto— dije separándome un poco de él para verlo a la cara.

—sabes... el me regalo mi primera bicicleta— recordó con tristeza.

—mi abuela me ayudaba a escaparse de casa, decía que iba a quedarme con ella, pero en realidad me iba alguna fiesta, ellos murieron hace ya un buen tiempo— le dije para hacerlo sentir mejor, amaba a mi abuela y entendía por lo que Taylor estaba pasando.

—¿Cómo lo superaste?

—No lo haces, solo aprendes a vivir con el dolor, recuerda las cosas buenas que te dejó y trata de seguir su ejemplo.

—lo amo tanto— escuche un sollozo. —mi abuela está destrozada.

—lo se... Puedo imaginarmelo

—lo voy a extrañar demasiado.

Esas fueron las palabra que detonaron el llanto silencioso de Taylor, me olvide de la pelea que estábamos teniendo, lo abrace lo mas fuerte que pude, él escondió su rostro en mi cabello, solo escuchaba su llanto y sus lágrimas mojaban mi cabello. No era el momento para reclamar nada, solo era el momento de estar a su lado. Recuerdo cuando murieron mis abuelos (por el lado paterno) eso me destrozo el alma, mi abuela era mi gran amor, mi amiga, mi cómplice, mi todo, me regaló muchos momentos hermosos y me enseñó muchas cosas.

Me levanté muy despacio y tome a Taylor de las manos, hice que se levantara del sillón y lo guíe hasta su cuarto, lo ayudé a recostarse y después me senté a su lado acariciando su cabellera. Taylor cerró los ojos, se veía tranquilo pero yo sabía que por dentro estaba destrozado.

—a veces no entendemos porque pasan las cosas, te lo digo por experiencia— sonreí triste —pero debemos ser fuertes... ¿Puedo acompañarte mañana?

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Claudia Franco ❤️

Un mal negocioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora