Capitulo 28

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Mi tarde iba bien pero acaba de tornarse desastrosa, salí de nuevo a la sala y me senté en el sillón junto a Louis, estaba demasiado cansada y solo queria dormir. El telefono volvio a sonar en mi mano pero lo ignore y lo arroje a la mesa de centro de la sala. Louis bebía una cerveza más, creo que lo de la chica si le había afectado mucho. 

—deberías irte a descansar— lo mire tratando de sonreír —quiero dormir, estoy cansada.

—yo no estoy cansado— se pego mas a mi y tomo mi mano. —Te amo.

—también te amo— sonreí —pero necesitas dormir, mañana hay trabajo.

—Nina…

Louis me tomo por sorpresa del rostro y comenzó a besarme, me quede helada, su boca sabia a cerveza y su aliento calido invadía mis fosas nasales. Cuando reaccione intente alejarlo de mi. Louis era fuerte y mis intento por zafarse de él fracasaron rotundamente.

—¿Que haces Louis?— dije con dificultad, no podia hablar con sus labios sobre los míos, empezaba a asustarme.

—Nina, eres la única mujer que me quiere, debemos intentar algo– decía mientras me seguía besando.

—Louis estás ebrio, tu no harías esto en tus cinco sentidos.

—deja que te ame como hombre– me tumbo en el sillón y se colocó encima de mi, mi amigo, la persona que me ayudó muchas veces, estaba a punto de lastimarme y se que el mañana que entre en razón, también se sentirá lastimado por lo que está haciendo.

—Louis no hagas esto— comencé a llorar.

—nos conocemos de muchos años, creo que tu y yo debemos terminar juntos, estoy arto de buscar el amor y no ser correspondido, tu también has tenido malas relaciones, debemos estar juntos Nina— sus manos sujetaban las mías, mientras el me besaba por todas partes, no podía permitir que nos hiciera esto a ambos, sé que mañana se arrepentirá.

—No por favor— le dije como suplica —Louis… 

Me soltó un brazo solo para desabrocharme la blusa. Tenía que ponerle un alto, moví mi cuerpo para liberar una de mis piernas y cuando el se levanto un poco le di con mi rodilla en sus testículos. Mi amigo se cayó del sillón doblándose de dolor, me levanté lo más rápido que pude y llamé al ascensor. Fui a la cocina y tomé un cuchillo, era obvio que no iba a lastimarlo, pero quería que él pensara que si.

—vete…— la mano me temblaba y las lágrimas hacia mi visión un poco borrosa —Lárgate antes de que te clave este cuchillo.

—Nia— con dificultad se puso de pie, su rostro reflejaba arrepentimiento, creo que la borrachera se había ido.

—mañana hablamos— el ascensor se abrió y le señalé con la cabeza —vete…

Louis comenzó a caminar con dificultad al ascensor, cuando ya estaba dentro, volteo a verme y ahí estaba, la mirada que sabía que llegaría. Estaba arrepentido y dolido, sabia que habia hecho mal, una lagrima rodo por su mejilla. Trate de ignorarlo y mostrarle mi peor cara, mañana hablaría con él cuando ya estuviera en sus cinco sentidos.

-Nia…

—adiós Louis— las puertas se cerraron, me acerque al teclado que estaba a un lado del ascensor y teclee la autorización para que pudiera bajar.

Aún no era tarde, se que conseguiría un taxi para irse. Suspire frustrada, en el fondo Taylor tenía razón, pero jamás le contaría esto, no quería hacer una tormenta en un vaso de agua, además de que yo quiero a Louis. Aunque ahorita estoy muy enojada con el. Recogí la cocina y la sala, odiaba el desorden. Mi telefono empezo a sonar otra vez, era Taylor, no tome la llamada. Estaba cansada, fastidiada y no tenía humor para otra pelea, el sonido de un mensaje en mi teléfono me sacó de mis pensamientos.

"¿No vas a contestarme?"

Lo ignore nuevamente, subí a la habitación y me puse la pijama, quería olvidarme de este día, empezó mal y acabó mal. Me acosté en la cama y me cubri con la sabana, todos mis sentimientos estaban al mil. Estaba enojada, decepcionada, triste, conmocionada y lo más importante, Estaba sola. El teléfono sonó otra vez, otro mensaje había llegado, ni siquiera me molesté en mirar el mensaje. "La tercera será la vencida" quería meter esa idea en mi cabeza porque los últimos dos dias habían sido un caos total. Poco a poco me quede dormida en medio de un llanto y un dolor en el pecho por los acontecimientos del día.

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Mi mañana fue tranquila a excepción de mi teléfono que sonaba como loco, Louis con llamadas y Taylor con mensajes. Los dos hombres más importante de mi vida metiendo la pata hasta el fondo. A la hora de la comida me fui a un lugar pequeño cerca del trabajo, pedí mi comida y me dispuse a disfrutarla tranquilamente. El lugar era muy sencillo pero la comida era muy sabrosa. Me concentré en mi plato, de pronto alguien se sentó frente a mí, levanté la cabeza y puse los ojos en blanco. Samanta atacaba de nuevo.

—¿Que quieres?— puse mi peor cara para demostrarle que me desagradaba su presencia.

—Nada, saludarte ¿Cómo va tu mejilla?— me regalo una sonrisa burlona.

—mejor que la tuya— sonreí sarcástica. Mi mejilla estaba roja y tenía algunas marcas, pero la de ella estaba hinchada y de un color morado y negro, se veía espantoso el golpe, por primera vez me sentía orgullosa de mi por esa cachetada.

—¿Ya volvió Taylor?

—no se ¿Porque no se lo preguntas? ¿No te contesta la llamada? 

—sabes— se inclinó sobre la mesa para estar mas cerca de mi
—cuando lo veas en mi cama te darás cuenta de que tu no significas nada— se burló —dile que me encanto el apartamento y el coche, como no contesta las llamadas te pido que le agradezcas por mi— se levanto de la mesa y se fue.

Me quedé sin habla ¿Taylor le compró casa y un auto? ¿Qué demonios estaba pasando? El estómago se me revolvió y sentía náuseas. Deje mi comida en el plato, había perdido el apetito. A esta mujer le encantaba amargarme el día, la semana, el mes, el año. Taylor volvía por la noche y se que tendríamos una larga charla, él me reclamara por Louis y yo por Samanta. Esta noche terminara mal, lo sabía perfectamente. Volví a la oficina y caí en cuenta que Lisa le dijo a Samanta donde estaba, solo ella sabe dónde estoy siempre, me acerqué a ella y me coloque frente a su escritorio.

—estas despedida, puedes recoger tu cosas— estaba molesta y lamentablemente estaba descargando mi ira con Lisa.

—Señora, le juro que no fue mi intención, ella dijo que iba a disculparse.

—¿Y le creíste?— sonreí incrédula.

—se escuchaba sincera— la chica parecía arrepentida, pero no podía arriesgarme a que esto volviera a pasar.

—esta bien, no te despediré, pero ya no serás la asistente de Taylor, serás la asistente del gerente de ventas— no podia permitir que esto volviera a pasar y si dejaba a Lisa de asistente, sabria todos los movimientos de Taylor y los míos

—gracias señora.

—comunicame con el y empaca tus cosas.  

Entre a la oficina y de inmediato sonó el teléfono, lo tome y era Joe, el gerente de ventas, le informe del cambio de asistentes y después de varios reproches por parte de Joe por fin aceptó (aunque no le quedaba de otra) ahora Lisa sería su asistente y Daniela la de Taylor. Todo iba mal en este día otra vez, Louis seguia llamandome, pero yo aun estaba molesta, pense que podria hablar con él pero aun no soy capaz de hacerlo.

Toda la tarde me la pasé explicandole a Daniela lo que haría, ella ya sabia de que se trataba, pero tenía que empaparse de toda la información. Quisiera regresar el tiempo y volver al domingo pasado, antes de que Taylor se fuera, todo era mejor en ese momento. A las 6:30 en punto salí de la oficina y me fui a casa, como no conteste las llamadas y los mensajes de Taylor no sabía a qué hora volvería. Estaba tan frustrada. Llegue al apartamento y llamé al ascensor, teclee el codigo para subir. Solo unos cuantos minutos ya estaba dentro del apartamento, deje mis cosas en la barra y me quite los tacones. 

—Hola— Taylor bajaba las escaleras.

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Perdón la tardansa, estaba un poco ocupada... Pero aqui tienen el capitulo, no se olviden dejar sus comentario.

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Claudia Franco ❤️

Un mal negocioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora