Capitulo 43

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Teresa preparaba la comida mientras mis padres, Taylor y yo estábamos en la sala, íbamos a comunicarles lo de mi embarazo. Estaba nerviosa y asustada, pero no tanto como para olvidar lo que pasaba con Demian. A comparación del secuestro de mi hermano, decirles a mis padres del embarazo era algo ya muy simple. Estábamos sentados en la sala, rodeados de mucha gente, Taylor me tenia tomada de la mano, mientras yo jugaba con su anillo de bodas, estaba nerviosa.

—tengo algo que decirles— mi voz era baja al igual que mis ánimos.

—¿estas bien mi niña?— desde que había desaparecido Demian mi madre era más cariñosa conmigo. Creo que perder a unos de sus hijos le había hecho entender muchas cosas.

—si mamá, estoy bien... es solo que...

El sonido del teléfono nos interrumpió, me levante rápidamente y tomé el aparato entre mis manos que temblaban sin cesar. Sabía que eran ellos, las personas que tenían a Demian. Taylor ya tenía el dinero listo, solo faltaba que nos dijeran qué haríamos con el. Tome aire escandalosamente y conteste la llamada.

—¿diga?

—¿crees que somos estúpidos? sabemos que has hablado con la policía. ¿Quieres ver morir a tu hermano?— la voz de hombre seguía distorsionada, tenía la esperanza de que no cubriera su voz y saber de quién se trataba.

—No por favor, le juro que...

—cállate— me interrumpió —si deseas salvar la situación, deberás hacerlo que te diga, llamaré a tu celular y te daré instrucciones— me queda observando a mi alrededor, todos tenían sus miradas clavadas en mi. —no les digas ni una palabra.

Y colgó la llamada, deje caer lentamente el teléfono y me fui corriendo a mi habitación, tenía que buscar mi teléfono y esperar la llamada. Mientras me dirigía a ella, pensaba que decirles a los demás. Desde un principio me negaba a llamar a la policía y ahora todo esto se estaba saliendo de control. Cuando llegue a mi cuarto busqué mi bolso, saqué mi celular y lo puse en vibrador, inmediatamente lo metí a la bolsa del pantalón. Minutos después entró Taylor a la habitación, se acercó a mí y me abrazo.

—¿que paso? ¿lastimaron a Demian?

—no... pero saben que la policía está aquí, dijo que me llamarían más tarde... por favor Taylor, has que se vayan.

—es que ya no depende de mí, es su trabajo— parecía apenado, creo que al igual que yo pensaba que esto ya no era una buena idea.

—estoy un poco cansada y quiero dormir, puedes disculparme con mis padre, después hablaré con ellos.

—esta bien— beso mi frente —te dejo para que descanses, si necesitas algo avísame.

Taylor salió de la habitación y cerré la puerta con seguro, saque mi celular de la bolsa de mi pantalón y llame a Louis, tenía que conseguir que me ayudara a entregar el dinero sin que nadie se diera cuenta. Ya no podía poner en más riesgo a mí hermano. Louis contestó al segundo timbre, él ya estaba al tanto de todo, pero por lo que había pasado hace algunas semanas, el pensaba que era mejor mantenerse a distancia de Taylor.

—necesito que me ayudes— dije sin más —nadie debe saber de esta llamada ¿entiendes? nadie...

—¿qué te traes entre manos Nia? no cometas una locura— Louis se escuchaba preocupado, pero tenía que convencerlo de ayudarme.

—no es ninguna locura, solo quiero salvar a Demian, pero Taylor insiste en que la policía se involucre. Por favor Louis... ayúdame— mi voz se empezó a quebrar, si no lograba que Louis me ayudara no sabía que iba a hacer.

—esta bien, tranquilízate... te ayudare ¿que hay que hacer?

Le explique a Louis lo que pensaba hacer, el objetivo era poder convencer a los sujetos que tenía a Demian para que la entrega del dinero se hiciera en la noche. Tenía que salir del apartamento yo solo con le dinero, vernos en algún sitio para hacer el intercambio. Louis estaría a mí lado en todo momento sin que lo vieran, más que nada, por si algo salía mal él podía avisar a la policía. Se escuchaba fácil, pero era todo lo contrario. La noche llego, mis padres se habían ido, pero la policía aún seguía en mí casa, un oficial se había quedado por si llamaban aquellos hombres. Teresa había preparado la cena, yo seguía sin hambre pero hice un esfuerzo por comer, mientras Taylor me miraba tiernamente. Odiaba tener que mentirle, pero quería a mí hermano a salvo y estaba segura de que si no hacía lo que esos hombres querían jamás lo volvería a ver.

Terminamos de cenar y subimos a la habitación, estaba inquieta por lo que pensaba hacer, pero estaba usando todas mis fuerzas para que mi esposo no notara nada. Me puse la pijama y después acomode la cama para acostarnos, Taylor solo me observaba desde un sillón en la esquina de la habitación. De pronto sentí que el celular vibraba dentro del bolsillo de la pijama, disimuladamente me metí al baño, puse el seguro y conteste la llamada.

—¿diga?— dije en un susurro.

—hola putita, no fue difícil obtener tu número... ¿ya tienes el dinero?

—si... le prometo que solo iré yo a dejarlo, pero no lastimen a Demian.

—si haces lo que te decimos, nadie saldrá herido...

—¿que tengo que hacer?— tenía miedo de que Taylor me escuchara, así que cada vez hablaba más bajo.

El hombre me dio las instrucciones, iría a la estación de trenes San Andrés que estaba a las afueras de la ciudad a las 3 de la mañana, obvio era un lugar abandonado. Ellos dijeron que llevara el dinero y que ahí mismo me entregaría a Demian. Antes de salir del baño le mande un mensaje a Louis contándole todo lo que haríamos, después salí del baño y camine hacia la cama, Taylor ya se había acostado, tenía mucho miedo y quería refugiarme en sus brazos asi que me recosté a su lado de espaldas a él, tenía los sentimientos a flor de piel y la preocupación al mil. Sin querer comencé a llorar en silencio, Taylor me pegó más a su cuerpo y me abrazó acariciando mi vientre mientras me daba tiernos besos en la cabeza, odiaba preocuparlo así, pero todo esto era muy intenso y me sobrepasaba. Cuando me tranquilice, trate de relajarme, los nervios solo provocarían que todo esto terminara mal. Sentí cuando Taylor se quedó dormido, mire el celular y apenas era las 12:15 de la madrugada, suspire muy bajo y me voltee muy lentamente para quedar frente a mí esposo. Quería admirar su rostro tranquilo, me daba paz y era justo lo que necesitaba en estos momentos. Tenía que armarme de valor, no solo tenía que salvar a Demian, también tenía que proteger a mí bebé. A lo mejor todo esto era una mala idea, pero tenía que intentar algo, no podía quedarme con los brazos cruzados.

A la 1:30 en punto me levanté de la cama muy despacio, no podía hacer ningún ruido, Taylor dormía muy tranquilo y no quería que eso cambiara. Empecé a caminar hacia el closet, la ventaja de andar descalza es que mis pisadas no se escuchaban, la puerta del armario era otro desafío. Hace tiempo atrás le había dicho a Taylor que la puerta necesitaba reparación porque hacía un poco de ruido al abrirla, rogaba por que esta noche la puerta del closet se pusiera de mí lado. Llegue a la puerta y la abrí muy despacio, agradecí por dentro cuando la puerta se abrió sin ningún quejido, tome algo de ropa rápidamente y me cambie ahí mismo. Quería hacer todo rápido para salir lo más pronto de aquí. Baje las escaleras y parecía que la suerte estaba a mi favor, el policía que se había quedado a vigilar estaba dormido sobre una silla a un lado de la sala, camine hacía el despacho de Taylor y saque el maletín que contenía el dinero del rescate. Decidí bajar por las escaleras de emergencia, solo tenia que encontrar la llave para abrí la puerta que me llevara a ellas, el ascensor hacía mucho ruido cuando lo llamamos, así que tenía que tomar otro camino aunque estuviéramos en el último piso de un edificio de 10 niveles. Después de tanto buscar, encontré las llave, salí por la puerta de emergencia que me guiaba a un gran pasillo, teclee el código de seguridad para que la puerta que me guiaría a las escaleras se abriera, ya en ellas le marque a Louis.

—estoy saliendo del apartamento– le dije en cuanto contestó.

—Nia, piensa bien las cosas, aun puedes arrepentirte y decirle todo a Taylor.

—no insistas, él querrá llamar a la policía... Louis por favor ayúdame.

—lo haré— suspiró frustrado
—¿donde nos vemos?




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Claudia TayRe

Un mal negocioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora