Capitulo 23

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Taylor se estaciono al aire libre, no tenía ni idea de a dónde nos dirigimos, nos bajamos del coche y pude ver un campo totalmente cubierto de césped. Un hombre de mayor edad se acercó a nosotros y nos saludó de mano. 

—¿Puedo ayudarlos en algo?— su voz era grave.

—si, queremos un paseo por favor.

—claro que si… síganme.

—¿Un paseo?— le dije a Taylor cuando me tomo de la mano para caminar.

—ya verás. 

Caminamos tras el hombre por el inmenso campo, a lo lejos vi algunas canastas enormes y sobre el césped algo como lonas de colores y fue cuando entendí, eran globos aerostáticos, mire a Taylor y di saltitos de emoción.

—¿Subiremos a uno de ellos?— me sentia como niña pequeña que acaba de recibir el mejor regalo del mundo.

—si…— pude ver un hermoso brillo en sus ojos.

El hombre empezó a preparar todo y vi embobada  el globo aerostático de colores llamativos desparramado por el suelo, el hombre nos dijo que nos subieramos, no sin darnos unas pequeñas instrucciones. Cuando ya estábamos arriba, el hombre encendió la llama del globo, lo soltó de su agarre y este se empezó a inflar y después a elevarse, estaba muy emocionada, me abrace de mi esposo y empecé a mirar el paisaje, todo se veía hermoso. A cada instante que pasaba los árboles se veían más pequeños y las nubes tan cercas. Algunas aves pasaban a nuestro lado, el aire era fresco pero agradable. Saque mi celular y nos tome una foto a Taylor y a mi. Desde arriba todo se veía perfecto. 

—¿Te gusta?— me dijo Taylor y después besó mi cabeza.

—me encanta…

—desde hace algunos dias queria darte esto— me separo de él y sacó un sobre (que no habia visto que traia) doblado de la bolsa de su pantalón.

Lo tomé extrañada y lo desdoble, era un sobre que contenía papeles, los saque y vi que eran el contrato prenupcial y los pagarés que le había firmado mi padre. Voltee a verlo y Taylor me tomo de la cintura.

—no te voy a atar a un contrato prenupcial y respecto al dinero, soy capaz de entregárselo todo a tu padre por ti… para mi tu lo vales todo.

—Tay… es tu dinero y tienes derecho a recuperarlo— mi padre era capas de no devoberle nada, era mejor que Taylor conservara los pagare. Si se deshace de ellos es como tirar su dinero a la basura y estamos hablando de una cantidad ridículamente grande.

—eso no importa, te tengo ti, eso es lo único que quiero. 

—Tay…— me dolía tanto que mi esposo perdiera su dinero y más porque se lo dio a un hombre como mi padre.

Mi esposo me quitó los papeles de las manos y los acercó a la llama del globo aerostático, rápidamente se encendieron. Él los arrojó hacia la nada, estos caían mientras se consumían por las llamas. Volvió hacia mí y me abrazo nuevamente, yo hice lo mismo y lo tome de la cintura, me sentía tan afortunada de tener a este gran hombre como esposo, jamás sabría como pagarle todo lo que hacía por mi. Aunque me dolia que jamas recuperara lo que es de el. Me sentia responsable por tremenda tonteria qué acaba de cometer.

Después de un hermoso paseo y una deliciosa comida de un restaurante italiano, salimos rumbo a la casa de los padres de Taylor. Estaba algo nerviosa pero no quería demostrarlo para no poner nervioso a Tay. No había visto a sus padres después del funeral, pero lo poco que trate a la madre de mi esposo se me hizo una persona muy amable. Minutos después llegamos a la gran mansión. Me sentía intimidada, no por la casa, si no por el hecho de ir con los padres de Tay y decirle la verdad, si ellos eran muy conservadores como decía él, creo que esto se convertiría en una batalla campal. 

Un mal negocioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora