Hola! Como ayer lo dejé en un punto un poco tenso, traigo la continuación, espero que la disfrutéis.
Se la quiero dedicar en especial a Cris porque sin ella todo esto no sería posible y encima me ha sacado un 10 en historia, osea, no puedo estar más orgullosa de ella.
Sin más os dejo leer y disfrutar:
VI
Nunca había fumado pero, de pronto, la necesidad de robar uno de los cigarrillos que estaban al alcance de su mano y encenderlo martilleó su mente como un aguijón.
Su mirada, cargada de ansiedad y quebrada por los nervios enfermizos que lo estaban devorando, se posó más de la cuenta en el enorme despliegue policial y militar que se había afianzado a las puertas del congreso.
Las carpas marrón verdoso, destinadas a los oficiales de alto rango, se mecían suavemente por el viento mientras él observaba la actividad incesante que procedía de ellas, la entrada y salida de soldados con el rostro marcado de seriedad debido a las circunstancias ya que estaban completamente a ciegas y no sabían cómo proceder para no poner en peligro la vida de los diputados, rehenes dentro del hemiciclo. Los superiores ladraban órdenes furiosos y el cuerpo policial parecía tan perdido y desamparado que la angustia empezó a crecer una vez más en su estómago, entendiendo que tanta movilización no serviría de nada si no actuaban cuanto antes y más sabiendo que su mujer corría peligro.
Cansado de ser un simple observador, expectante por recibir noticias del interior del recinto, empezó a andar sin escuchar los gritos de Albert y otros compañeros de Inés llamándolo, con el corazón desbocado y la mirada cargada de lágrimas impotentes, dirigiéndose hacia aquella carpa donde sabía que estaba el oficial al mando con la clara intención de solicitar que entrasen cuanto antes y liberasen a Inés.
Junto a la carpa, pudo visualizar una ambulancia junto a varios paramédicos que no sabían muy bien en qué ocupar su tiempo mientras esperaban la liberación de los rehenes por si tuviesen que llevar con urgencia a alguno de ellos al hospital, una simple medida de precaución ya que, desde el interior, no habían ofrecido noticia alguna sobre el estado de los diputados y solo se sabía que Arrimadas estaba de parto pero no la gravedad de la situación.
En cuanto se acercó lo suficiente al lugar, el soldado que custodiaba la entrada de la tienda le dio el alto de forma mecánica, provocando que sus nervios a flor de piel se crisparan.
–Señor no puede avanzar más. –Le dijo con la voz mecánica y pausada. –Vuelva a la zona habilitada para los civiles.
–No pienso volver sin haber hablado con su superior. –Le respondió casi a gritos. –Hace varias horas que estamos esperando y no sé nada de mi mujer y de mi hijo, déjeme entrar.
–Ya le he dicho que no puede pasar. –Dijo una vez más, empujándolo hacia atrás para echarlo del lugar. –Solo los soldados y los oficiales.
Iba a ponerse a gritarle todos los insultos que conocía, completamente desquiciado, cuando un soldado de mayor edad salió de la carpa, seguramente advertido por el pequeño escándalo que había montado, mirándolo de forma inquisitiva.
–Descanse soldado. –Dijo al final, dirigiéndose al guardia y provocando que este se apartase de inmediato ante la orden de su superior. –Solo es un hombre preocupado por sus seres queridos...
–Señor... –Intervino Xavi, acercándose a él ávido de noticias. –Soy Xavier Cima, mi mujer, Inés Arrimadas, está ahí dentro... Solo quiero saber si han recibido más noticias sobre su estado, me han dicho que está de parto.
Haciéndose a un lado y abriendo la cortina de la tienda, le hizo un gesto con su cabeza invitándolo a entrar al lugar. En seguida, sus ojos se posaron sobre los mil aparatos que ocupaban la estancia, sin saber muy bien para qué servían, mientras el soldado le indicaba un asiento y le incitaba a tomarlo, obedeciendo en el acto pues no quería ser expulsado de la carpa.
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El Golpe
FanfictionNo era más que una sesión de control, algo rutinario y sin mucha complicación para Inés, acostumbrada a que su rutina no variase un ápice... Hasta que irrumpió el ejército en medio del hemiciclo desatando un auténtico infierno y provocando que solo...