Dejo esto rapidísimo que me llaman a comer y me llevo broncas.
Dedicado muy especialmente a Carla porque me pidió esta actualización y a mis niñas Cris y Ka porque las amo con todo mi ser.
Sin más, disfrutad:
XII
El botellín de cerveza congelaba sus manos y su sabor, amargo y fresco, apagaba sus pensamientos unos instantes, ofreciéndole una merecida tregua en medio del caos de su mente y las tormentas que se levantaban casi sin poder detenerlas, en cuanto la mirada cargada de miedo y anhelos de Inés aparecía en sus recuerdos, anclándose para quedarse, para desquiciarla lentamente y que sus latidos irregulares golpeasen contra su pecho nublando, uno a uno, sus sentidos.
Cerrando los ojos con fuerza, apretó más de la cuenta aquel botellín, su desahogo en medio de cada uno de sus miedos, con el dolor agudo que no la abandonaba, con sus sentimientos desbordándola y volviendo a analizar a conciencia cada instante compartido con Inés, antes del golpe de estado, cuando podía mantener escondido en lo más profundo de su ser ese huracán arrasador que suponía para ella la Jerezana... No sabía a ciencia cierta en qué momento había dejado de verla como la implacable de ciudadanos, la insoportable que no mantenía la boca cerrada en debates y solo sabía interrumpir, la mujer descarada y sin pelos en la lengua que no dudaba en enfrenarse a todo el mundo cuando defendía aquello que creía correcto... Seguía siendo todo aquello pero con nuevos matices, con sonrisas distintas y con su pecho desbocándose al verla porque hacía demasiado tiempo que la quería y se lo negaba a sí misma hasta ese maldito golpe, hasta verla apagarse entre sus brazos, tan débil y rozando la muerte... Su punto de inflexión y de no retorno, el momento que marcaría para siempre un antes y un después en su vida y en sus sentimientos respecto a Inés... Admitirse a sí misma que la quería, que lo hacía desde el mismo instante en que la escuchó reír, relajada y divertida en aquel cara a cara que lo había cambiado todo, supuso para ella lanzarse cuesta abajo y sin frenos. Ya no había murallas tras las que ocultarse y cada vez que Inés la llamaba, la buscaba... Haciéndole ver que la quería partícipe de sus instantes de felicidad y que se refugiaba entre sus brazos cuando el dolor o el miedo la consumían ella misma caía sin poder evitarlo, se dejaba arrastrar pues tener aunque fuese un ínfimo pedazo de la jerezana era mejor que su absoluta indiferencia.
Secando una lágrima esquiva de su mejilla y apretando los labios furiosa, volvió a beber permitiendo que el ambiente cargado de música rock y alcohol la envolviese intentando, una vez más, esconder cuán hondo estaba metida Inés y deseando que su plan desesperado funcionase... Arrancarla de su interior como quien arranca un apósito, de un solo tirón y con fuerza para que el dolor no la consumiera, dándole una oportunidad a la vida y a sí misma de ser feliz y que órbita girase en torno a una mujer libre de amarla sin ataduras.
–Veo que has empezado sin mí. –La vivaracha voz de Gloria, aquella joven periodista, llegó a través del estruendo del lugar, provocándole una sonrisa pícara en el rostro. –No pasa nada, te cojo rápido el ritmo.
–Tenía sed. –Respondió, girándose lentamente para clavar en ella su mirada, mientras la joven se dejaba caer en el asiento de su lado, haciendo un gesto al camarero para pedir su consumición. –Y has tardado demasiado.
–El trabajo que no perdona ministra. –Le dijo, guiñando un ojo de forma pícara, tonteando descaradamente con ella, justo antes de recibir su cerveza con una sonrisa y darle un largo trago. –Pero no es nada que tú no sepas ¿Verdad Irene?
Ella empezó a reír ante las confianzas de la periodista, no en vano habían estado hablando durante días siempre que podían, lanzándose frases más que intencionadas a través de ese teléfono, dotándolas de una confianza explicita.
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El Golpe
FanfictionNo era más que una sesión de control, algo rutinario y sin mucha complicación para Inés, acostumbrada a que su rutina no variase un ápice... Hasta que irrumpió el ejército en medio del hemiciclo desatando un auténtico infierno y provocando que solo...