El Golpe

Capítulo 18

Hola! Dejo esto rápido que me regañan si me pillan que no estoy haciendo trabajos de la uni.

Dedicado a mis niñas de las birras y el cacaolat porque son lo mejor que me ha dado la vida, en especial a Carla porque espero que le gusten sus ideas reflejadas en el capítulo.

Sin más os dejo leer y recordad que vuestros comentarios me ayudan a seguir ya que me hacen ver que lo que hago le gusta a alguien.

XVIII

Estaba demasiado nerviosa, no podía evitarlo... Desde que había cogido ese avión llevando solo una mochila con lo estricto y necesario para llevar a cabo sus planes, sabiendo que solo iba a quedarse unos días en Jerez puesto que no podía ausentarse demasiado del ministerio.

Esa misma mañana, se había levantado demasiado temprano, sin restos de sueño y con todo su metabolismo acelerado puesto que Inés solo hacía dos días que se había marchado pero la idea de volver a verla despertaba una vez más sus cosquillas, su pulso acelerado, sus sonrisas... Las que solo guardaba para ella, más sinceras y carentes de disfraces.

Lo tenía todo listo, solo tuvo que despedirse de los niños sin llegar a despertarlos, con un suave beso en sus cabecitas, ya que su madre se quedaría con ellos mientras estuviese fuera, cogiendo su equipaje y subiendo a un taxi que la llevaría al aeropuerto... En unas horas estaría por fin en Jerez y podría abrazar a Inés, incluso indagar en sus motivos para haberse marchado de aquella manera tan repentina.

Ya en el vehículo, ojeó su teléfono para ver si tenía mensajes, esperando inconscientemente que ella le escribiera aunque no se había dado el caso, mirando su agenda para poder reorganizar algunos eventos o encomendárselos a Noelia mientras estaba fuera, cuando su mirada se posó en esa fecha en específico que contraía su vientre y despertaba todos sus miedos... El cumpleaños de Jordi.

Un año, qué rápido se había escapado el tiempo, viendo casi cada tarde como ese pequeño crecía siendo una copia exacta de su madre, adorándolo... Un año queriéndola en silencio y dejándose arrastrar por sus propias tormentas... Tonteando con Gloria sin poder ofrecerle nada más que sexo y risas sin poder quitársela un solo instante de la cabeza y, lo que era peor, sin poder arrancarla de su pecho y sus latidos enfurecidos.

Suspirando suavemente, masajeó sus sienes recuperando el control, solo serían unos días más, cumpliría su promesa y, de esa manera, aquel nudo invisible que oprimía su pecho atándola a Inés se haría un poco más liviano... Quizás así empezaría a reconducir cada aleteo de mariposas salvajes hacia esa amistad que ella necesitaba, sin poner su corazón como cabeza de turco en el proceso.

En cuanto subió al avión, sintió como todo el cansancio y el hecho de no haber dormido en toda la noche, demasiado nerviosa por su inminente aventura, se apoderaba de ella obligándola a cerrar los ojos y respirar pausadamente. Antes de despegar ya se había sumido en un profundo sueño, amparado por el ronroneo del vehículo y la quietud que siempre acompañaba un viaje aéreo, solo despertó al notar como el puente de aterrizaje chocaba contra la pista, dando pequeños saltos, indicándole que había llegado.

Rápidamente, cogió su mochila y esperó su turno para salir del avión, repiqueteando suavemente sobre el suelo, sintiendo una vez más como la atacaban los nervios y encendiendo su teléfono, dejando que se llenase lentamente de todas las notificaciones y mensajes que había recibido mientras estaba volando.

Ya en la terminal, saliendo de la zona de equipajes, entró en la conversación de Xavi para comprobar la dirección que este le había mandado, sonriendo abiertamente ya que el marido de Inés parecía estar tan emocionado como ella con el asunto de la sorpresa, siendo un cómplice la mar de útil y provocando, una vez más, ese aguijón lacerante de culpa al pensar que estaba enamorada de su mujer en silencio.