~Hermanastras ГSana y tú~

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Estaba en medio del examen, totalmente concentrada. No me estaba yendo mal, al contrario, había estudiado lo suficiente y estaba consciente de eso. Momo estaba en la mesa de en frente, no paraba de mover sus piernas, estaba notablemente nerviosa. Desde atrás sigilosamente le acaricié el brazo para que se tranquilizara un poco. Se volteó,fugazmente me sonrió y volvió a mirar al frente.

Cuando terminó la hora, yo ya había terminado el examen perfectamente, no dudaba de ninguna de mis respuestas en aquel. Lo contrario a Momo y Jihyo, que inisistían en que les había ido mal.

Le avisé a Momo que hoy no podría ir con ella por la cena familiar, ella lo comprendió totalmente y ni siquiera hizo algún comentario al respecto.

En el segundo receso, ví a Sana acercándose a donde yo estaba de forma dudosa, pero finalmente terminó acercándose.

-Oye tú-. Me llamó de forma seca-.

-Qué quieres? -Dije en el mismo tono-.

-Tu madre dice que hoy te vistas formal, el restaurante es lujoso-. Con cada palabra que decía, se expresaba más cálidamente, al fin y al cabo sí tenía un lado no tan frío, lo sabía, y quería conocerlo-.

-Oh, está bien, gracias por avisar-. Dije con una muy pequeña sonrisa y me volteé luego de que ella se alejara-.

Seguí hablando de otra cosa para dejar pasar lo anteriormente ocurrido, ¿Desde cuándo mi mamá le dije a ella lo que tiene que decirme a mí? Y sobre todo, ¿Desde cuándo ella lo hace?

En Cuanto terminaron las clases, volví a mi casa. Momo dijo que nos viéramos mañana a la tarde, yo acepté con gusto, no tenía nada que hacer de todas formas.

-Hija, hoy te vestirás realmente bien, ¿No? Iremos a un lugar bastante lujoso y sobre todo, veremos a un amigo de tu padre, ¿Sabes? Es muy importante.

Tenía varias preguntas, una de esas era, ¿Padre? ¿Qué padre? Tal vez mi madre identificaba al señor Hiroshi como "mi padre", o tal vez no. Aparte, ¿Amigo? ¿Qué amigo? No tenía memoria de alguna vez haber visto a algún amigo de mi padre ni del señor Hiroshi. Por último, ¿Qué era tan importante como para verlo? Es decir, es un amigo pero, la cena sería "familiar", solo nosotros cuatro. Y hago comillas porque ya ni sé si debería llamarlos a Hiroshi y a Sana "familia" O solo a mi mamá y a mí. Y bueno, todas esas preguntas volcaron de mi boca sobre mi mamá mientras fruncía el ceño.

-Un amigo de tu padre, no padrastro. Está bien si quieres llamar a Hiroshi padre, pero yo hablo de tu padre biológico. Si has visto a su amigo pero cuando tenías 5 años, él se mudó a California por lo que no lo vimos más, cuando se enteró del fallecimiento volvió, pero como estaba en esta ciudad no pudimos visitarlo. Y sí, seremos nosotros cuatro pero él le debía dinero a tu padre, por lo que me lo dará a mí y listo-. Tomó aire haciendo una pausa y continuó-. Y... -Agarró mis manos-. Si quieres llamar a Sana y Hiroshi tu familia, está bien, de todas formas en la familia siempre estará incluído tu padre, esté o no con nosotros.

Finalizó esbozando una sonrisa decaída. Yo la imité y expresé un "Ok". Seguido a eso, subí las escaleras para llegar hasta mi habitación, ahí entré y me desplomé en mi cama soltando una bocanada de aire. De verdad extrañaba a mi padre, y mucho tal vez. No era que no me gustara la "familia" Que tenía ahora, era que nunca sería suficiente, tengo a mi mamá, luego está el señor Hiroshi, que no pasa tanto tiempo en la casa por estar trabajando pero sin embargo sí está presente y me ha tratado muy bien, me ha ofrecido su confianza lo cual agradezco. Y después tengo a Sana. ¿Quién era Sana para mí? No, no era una amiga, enemiga sería mucho, y hermanastra era correcto pero... Eso no era hermandad, yo no lo sentía así. Cada vez que hablábamos, teníamos cierta conexión aunque discutiéramos, pero también teníamos algo que nos impedía hacer algo con esa conexión, o siquiera reconocerla.

Cuando menos me lo esperé, unas lágrimas caían de mis ojos, pero también una persona entraba a mi dormitorio. Rápidamente me senté en mi cama y limpié mis fluidos. Miré al frente, Sana estaba frente a mí con una expresión un tanto confundida, al parecer no sabía qué hacer al verme derramar unas pocas lágrimas.

-¿A qué vienes?-Pregunté como si nada hubiera pasado-.

-E-Em, tu mamá tiene un vestido abajo, quiere que te lo pruebes-. Dijo y salió de la habitación-.

Yo me preguntaba, ella había visto las lágrimas en mis ojos, porque sí, ella LLEGÓ a verlas, ¿Tanto le costaba preguntarme si al menos estaba bien? Pero claro, es Sana, y Sana siempre tiene que mantenerse en el papel de Sana, la hermanastra desinteresada por todos y todo. ¿Acaso se creía que esto era un juego? ¿De verdad le cuesta tanto aceptarme? De verdad, ¡No lo entendía! En lo absoluto. Y sí quería entenderlo, lo averiguaría.