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Ya era la hora de irnos. Yo tenía puesto un vestido así:

 Yo tenía puesto un vestido así:

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Me miré al espejo una vez más. Mis zapatos dorados con un pequeño taquito haciendo lucir perfectas mis piernas, mi piel tan brillante en la parte donde se descubría, mi cabello cayendo por mi hombro izquierdo, mostrando mi aperlado y largo arete del lado derecho. Me sentía satisfecha, me veía realmente bien en este vestido.

Me eché un poco de perfume y finalicé. Bajé las escaleras, allí estaba mi mamá con su vestido azul ajustado, mi padrastro con un traje de color negro con manchitas Rojas y por último Sana. Tenía puesto esto:

Me detuve para que no me notara y poder observarla cómo es cuando no está conmigo

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Me detuve para que no me notara y poder observarla cómo es cuando no está conmigo. Estaba hablando con su padre, su expresión era sonriente y soltó una risita en un momento. Ella era tan linda sonriendo, tan hermosa para tener una actitud tan fea hacia mí. ¿Por qué conmigo no sonreía así? ¿Por qué tanto conmigo como en la Universidad ella actuaba tan fríamente cuando en realidad no era así siempre e incluso me podría llegar hasta a agradar siendo así? Luego Hiroshi dijo algo que hizo reír a mi mamá y a Sana. Ya conocía a mi mamá riendo, también a Hiroshi haciendo chistes pero, su risa. La risa de Sana, llevaba un millón de Ángeles, ella era un Ángel.

~'~'~'~'~'~'

Ya habíamos llegado al restaurante, era realmente lujoso, no esperaba algo así. La cena fue tranquila, Hiroshi nos hacía reír seguido, noté que Sana se resignaba un poco a reír, pero terminó haciéndolo de todas formas. Nos la pasamos bastante bien, esta cena había reforzado un poco los lazos quiera o no. Hasta Sana se había reído un poco y a la vez mirado mi rostro, lo que me sorprendió en ese momento pero no lo demostré.

Luego salimos y fuimos a un café donde en la parte de la entrada había un cantero lleno de flores, especialmente tulipanes. Mi madre me dijo que aquí estaría el amigo de mi padre, ordenó que me quedara aquí afuera con Sana y que no nos movamos. Noté que mi compañera veía encantada las unas pequeñas flores de color violeta. Ella se paró delante del cantero con sus dos manos en el frente suyo sosteniendo su pequeño bolso negro. Dudé un poco antes de acercarme lentamente y pararme a su lado mirando aquellas flores.

-¿Cómo se llaman? -Pregunté en un tono bajo y dudoso-.

-Sakurasou-. Dijo mirando hacia aquellas con una sonrisa-. Significan Deseo y Amor duradero, son mis favoritas.

Yo asentí únicamente una vez mostrando mi honesto interés en el tema.

-Mis favoritas son las Tsubaki-. Dije dirigiendo mi mirada hacia las anteriores nombradas-. Significa Humildad y Discreción. Y el amor perfecto.

Dije lo último en un tono más bajo que el otro. Me percaté de que me estaba mirando, así que moví mi cabeza haciendo que nuestras miradas se encontraran. Ella tenía una leve sonrisa, recorrí con mi mirada rápidamente desde sus piernas hasta sus ojos, era aún más hermosa sonriendo, y esta vez lo estaba haciendo frente a mí. Yo imité su acción y mi respiración comenzó a acelerarse cuando noté la cercanía entre las dos. Me volteé a ver las flores de nuevo para evitar la tensión y justo mi madre cruzó la puerta junto a su ahora esposo. Vaya salvación.

-Chicas, veo que están muy entretenidas con las flores. ¿A dónde quieren ir ahora?-Preguntó mi mamá alegremente calmada-.

-¿Y si vamos al parque de diversiones? ¡Quiero subirme a la ruleta!-Dijo Hiroshi emocionado-.

-Le pregunté a las chicas, niño-. Bromeó mi mamá y reímos-.

Terminamos yendo a tomar helado, el parque estaba cerca por lo que solo nos subiríamos a la ruleta y luego vamos a casa.

En el parque, se subieron Hiroshi y mi madre primero, ellos insistieron en que nos subiéramos nosotras dos, no lo íbamos a hacer pero para que se callaran aceptamos. Ya estando allí, ninguna de las dos decía nada, ella solo veía la vista desde ahí, yo la miraba a ella hasta que me percaté de eso y miré el paisaje.

-Todo se ve muy lindo desde aquí, en el punto más alto todo se ve más pequeño, y alejado, alejado de nosotros, no tienes que preocuparte por nada acá arriba-. Habló ella casi susurrando, pero siendo audible para mi oído-.

-Sí... -Dije y solté un suspiro-.

-Allá abajo hay tantas personas y cosas de las que no te puedes ni alejar, cada vez ahogándote más y más.

Así que eso era lo que ella pensaba, ella necesitaba alejarse. Y algo en mi interior, se propuso alejarla de todo, conmigo.

~Hermanastras ГSana y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora