Ya habían llegado las vacaciones, y nuestros padres propusieron que vayamos a almorzar a algún lugar, y así fue. Yo estaba buscando algo para ponerme hasta que sentí unos brazos rodeando mi cintura.
-¿Qué te pondrás? -Dijo la voz de mi ahora novia, casi secreta-.
-Mmmm, no sé-. Respondí agarrando una falda claramente corta para molestarla-.
-Noup, no te pondrás eso-. Prohibió ella moviendo mi mano para dejar la prenda en su lugar-.
Yo reí al presenciar sus notorios celos. Me di vuelta y la besé rápidamente para darme la media vuelta nuevamente.
-Ya, alguien podría vernos-. Dije revolviendo mi armario-.
Escuché un suspiro de su parte y la ausencia de sus manos en mi cintura.
-¿Por qué no podemos decirles? Ya es hora, aparte ellos lo entenderán-. Reprochó con un leve puchero en sus labios-.
Es verdad, ¿Lo entenderían? A eso le temía, aunque sabía que al menos mi mamá no era de esa clase de personas que te alejan de las otras.
-Solo espera, un poquito nada más-. Tranquilicé y devolví mi vista a mi ropa-.
Tomé un top corto azul con grandes volados y una calza blanca con rayas finitas verticales y horizontales, el mismo tenía también un moño en el costado de la cadera. En los pies me puse unas alpargatas blancas con detalles beiges. Até mi pelo como una coleta y me puse un collar que tenía una flor. Ya estaba lista.
Cuando entré a nuestra habitación, ya estaba Sana perfectamente vestida.
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* sin las flores *
-Te ves hermosa amor-. Dijo ella tratando de ponerse un collar-.
Yo me acerqué y la ayudé a ponerse aquel accesorio.
-Gracias, tú también.
Bajé las escaleras y mi mamá estaba allí con su celular, tenía puesto un vestido azul que según ella le había regalado Hiroshi, mientras que él tenía una camisa rosa con pequeñas bananas casi ni notorias si las miras de lejos.
Cuando ya estábamos todos, partimos hacia un restaurante donde parecía haber mucha gente. Comimos charlando de cosas no tan importantes pero entretenidas. Yo me senté junto a Sana y mi madre junto a Hiroshi. Sana y yo pedimos postre así que aproximadamente a las 4 salimos de ahí.
Fuimos a un lugar donde vendían flores porque el señor Hiroshi quería comprarle algunas a mi mamá. Entre todas esas flores, estaban las Sakurasou. Me paré a mirarlas con los recuerdos pasando por mi cabeza.
-Mira, las Sakurasou, ¿Las recuerdas? -Dijo Sana a mi lado-.
-Cómo olvidarlas.
-Ya ha pasado un mes.
Nos miramos mutuamente sonrientes cuando ella dijo eso, yo miré a todos lados, mi madre estaba muy entretenida con el padre de Sana así que la besé, y luego de unos 7 segundos me separé.
Cuando volvimos a casa, yo me fui a mi habitación a leer revistas ya que estaba bastante aburrida.
Las horas pasaron hasta que se hizo de noche, y en ese momento entró mi madre a la pieza. Yo estaba acostada sola en mi cama.
-¿Cómo estás? -Dijo ella sentándose en el borde de la cama a mi lado-.
-Bien, y tú mamá?
-Bien mi amor. Te quería hablar de algo...
-¿Qué pasó?
-Pues, hoy te ví besándote con Sana.
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¡Ya estamos demasiado cerca del final! T-T lo siento mucho pero es lo que tocó, no se pongan tan tristes que habrá epílogo :)
(Podría haberlo dicho en el capítulo anterior pero no quería arruinarles el momento 😅)
