Nada será igual

Capitulo uno

—Lolito es alcalde...- anunció Vegetta- ¡Felicidades, Lolito! Se te hará entrega de la llave de la ciudad, solo no abuses
— ¿¡COMO!? - grito Luzu - ¿¡Lolito alcalde!? ¡Debe de ser una jodida broma!
— No... esto no es ninguna broma — se apenó Vegetta
— ¡Joder! Yo confiaba en todos ustedes — señaló a sus compañeros y se detuvo en Auron
— ¡Luzu! ¡Lo hice por tu bien! -chilló Auron
— ¡Me importa un bledo! - grito

Se fue corriendo de ese lugar, hechando humo. Auron calló de rodillas llorando por perder a su... amigo.

Tres días después

Era una tarde muy bonita, Auron estaba con un cigarro en los labios cuando llegó Alex y Mangel.

— ¡Buenas, Auron!- saludó Mangel
— Buenas... - desanimado
— ¿Pero que te pasa hombre?- preguntó Alex— por cierto ¿Viste la casa de Luzu?
— ...¿Que pasa en casa de Luzu?
— ¡Se construyó una muralla y cae lava!
— Si vas, salúdamelo.

Los dos chicos se fueron riendo, mientras que el ojicafé corría hacia la casa de Luzu. Le tocó la puerta. Espero por unos minutos.

—¿Quien es?
— ¡Soy Vegetta! ¡Que va! Soy yo, el psicólogo calvo
— ¿¡Que quieres!?
— Hablar contigo...
— ¿Que es lo que estamos haciendo?

Auron recargó su cabeza en la puerta mientras sollozaba, del otro lado también estaba llorando. Tan lejos pero tan cerca. Luzu abrió la puerta.

— ¡Luzu! No quería hacerte daño...
— Ya todos me lo han hecho y por eso estoy asi- se señaló

Tenía una pinta espantosa, sus ojos de un rojo sin sentimiento, ojeras, su pelo despeinado y la ropa estaba algo rota. Auron corrió a abrazarlo, Luzu correspondió.

— ¿Me puedes dar una terapia?

Algo nuevo, pero peligroso